Es habitual la preocupación de los padres cuando notan que las piezas de sus hijos se ven más largas o tienen menos tejido gingival que las demás. Para que sepas de qué se trata, en este artículo te contamos lo que debes saber sobre la pérdida de encía en los niños.
La disminución de encía en los más chicos suele darse en el sector anterior de la arcada inferior y, en general, se asocia a la salida de los dientes con malposiciones. No obstante, otras veces está vinculada a cuestiones distintas y no siempre representa un problema. Sigue leyendo y entérate más sobre esta situación en la boca de los pequeños.
¿Qué es la pérdida de encía en los niños?
La pérdida de encía en los niños se conoce como recesión gingival y es la disminución progresiva del tejido que recubre los dientes. Cuando esto no se aborda de manera oportuna, puede dejar expuestas las raíces dentarias y dar lugar a algunas complicaciones.
La función principal de la encía es recubrir y proteger la zona radicular de los dientes, pero cuando se retraen, esta protección decae. En las primeras etapas lo habitual es no notar cambios, pero a medida que la pérdida avanza, pueden aparecer algunas de estas manifestaciones:
- Sensibilidad dental: al quedar desprotegida la raíz dentaria, los niños tienen molestias cuando ingieren alimentos fríos, dulces o calientes.
- Dolor en la línea de la encía.
- Inflamación y enrojecimiento de las encías.
- Mal aliento.
- Movilidad dentaria.
- Exposición de las raíces de los dientes y apariencia de diente largo.
Como ya adelantamos, la pérdida de encía suele suceder en el sector de los incisivos inferiores y te vamos a contar por qué se desarrolla.
Causas de la pérdida de encía en los niños
El origen de la pérdida de encía en los niños no es el mismo que en los adultos. En las personas más grandes, la causa más común es la enfermedad periodontal, pero esta patología no es habitual en los chicos.
En cambio, en los pequeños son otros los motivos que pueden llevarlos a padecer una pérdida de encía. Estos son los más habituales:
- Malposición dentaria: un diente ubicado en un sitio inadecuado puede sobresalir a través de las encías y favorecer a su retracción. La erupción de las piezas definitivas a veces sucede de manera desordenada, sobre todo cuando hay poco espacio. Y en el intento de “ganar un lugar” en la arcada, los elementos dentarios afectan a la encía.
- Bruxismo: cuando los niños aprietan y rechinan los dientes de manera inconsciente y usual, ejercen presión sobre los elementos dentarios y los tejidos circundantes. Es por esto que las encías pueden retraerse como un mecanismo de defensa.
- Herencia: ciertos factores genéticos pueden predisponer a que algunos niños tengan pérdida de la encía. Esto se da, sobre todo, en hijos de adultos que también sufren el problema. A su vez, los vuelve más propensos a desarrollar enfermedades periodontales.
- Cepillado agresivo: lavarse los dientes con demasiada presión, fuerza y brusquedad lleva a que las encías se irriten y se retraigan para alejarse del trauma. Usar un cepillo dental con cerdas demasiado duras también puede provocar este efecto.
Tratamiento de la pérdida de encía en los niños
La pérdida de encía en los niños será diagnosticada por el odontopediatra durante la consulta dental. De todos modos, los padres deben estar atentos a cualquier señal que les haga sospechar que su hijo presenta algún problema en su boca y consultar de manera oportuna.
Una vez que el profesional diagnostica la recesión gingival en el niño, deberá considerar varios factores antes de elegir cómo proceder. Será necesario determinar la causa, la cantidad de tejido perdido y el remanente, cuánta exposición radicular hay y si existen síntomas asociados, como sensibilidad.
También se tendrá en cuenta la edad del paciente, la posición del diente afectado y su relación con los demás elementos dentarios y con el hueso. Asimismo, si está previsto un tratamiento de ortodoncia a futuro.
Según los datos obtenidos, el dentista podrá considerar oportuno mantener una conducta expectante sin realizar ninguna intervención. En estos casos se realizarán controles regulares durante un tiempo para vigilar la evolución. Se trata de observar y esperar durante la época del recambio dentario, sobre todo cuando los casos no son graves y se relacionan con los dientes permanentes mal ubicados.
En algunos casos, los tratamientos de ortodoncia permitirán reubicar los dientes que causan el problema en las encías. Y con el tiempo esto mejorará la situación. Si el problema es originado por el bruxismo, las férulas y los tratamientos para disminuir la tensión en la boca serán de gran ayuda.
Si, en cambio, el odontopediatra decide tratar la recesión gingival, existen técnicas seguras y efectivas para los más pequeños. Los injertos de encías o la técnica quirúrgica estenopeica son algunas de las soluciones que permiten reponer la pérdida de encía en los niños.
Cuidar las encías tanto como los dientes
La pérdida de encía de los niños muchas veces se relaciona con factores que no se pueden evitar. De todos modos, el cuidado del tejido gingival siempre ayuda a que los trastornos sean menores.
Para cuidar la zona gingival de tu pequeño debes atender bien su higiene bucal. Un minucioso cepillado que llegue a dientes y encías después de cada comida es crucial.
El mismo debe realizarse con delicadeza para no dañar las partes blandas que queremos preservar. Por el mismo motivo, el cepillo debe tener sus cerdas suaves.
Complementar la limpieza de la boca usando hilo dental, pastas dentales con flúor y enjuagues bucales mejoran los resultados. Dar al niño una alimentación saludable y limitar el consumo de azúcar es otra manera de favorecer la salud oral.
Por último, no se deben olvidar los controles odontológicos cada 6 meses. Llevar al niño de manera periódica al dentista permite detectar y solucionar cualquier problema que se presente a tiempo.
Con estos cuidados simples podrás atender la boca de tu pequeño y ayudarlo a no tener dificultades con sus encías.
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