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Niños que trasnochan son más propensos a sufrir trastornos

Los problemas el sueño pueden afectar en gran medida tanto la salud física como mental. Descubre en este artículo qué puede pasarle a los niños que se trasnochan muy seguido.

No se trata de una simple advertencia, han sido los psiquiatras quienes aseguran que los niños que trasnochan son más propensos a sufrir trastornos diversos. El sueño es muy importante en los niños, pues permite además del descanso, el desarrollo adecuado que en sus primeros años es constante; advertir a los pequeños que es importante ir a dormir temprano se utiliza con frecuencia como intimidación aunque no sepamos la razón real.

Según los informes de psiquiatría pediátrica, para los niños es determinante la hora en que se van a dormir y la calidad de su sueño una vez que lo consiguen. Acostarse temprano puede marcar la diferencia en cuanto al desarrollo adecuado y la propensión a sufrir trastornos más adelante.

En la opinión de los expertos, en la actualidad se han reconocido diferentes trastornos del espectro psiquiátrico que antes no eran comunes, algo que coincide con la reciente práctica de trasnochar.

Se tiene entendido que en años recientes la hora de dormir en los niños por lo general supera las 21 hrs; esto ha sido estudiado como posible influencia en casos de falta de atención, ansiedad y problemas relacionados. Los psiquiatras han podido determinar un aumento en las consultas infantiles sobre este asunto, lo que en gran medida terminan relacionando con las alteraciones en el sueño.

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¿Qué pasa en el cuerpo de los niños que trasnochan?

En la mayoría de las personas se reconoce la activación de la hormona del crecimiento alrededor de las 00:30 hrs; sin embargo, para que esto se produzca es preciso que el individuo se encuentre en la cuarta etapa de su sueño. De manera que, un niño que trasnocha no se encontrará en la condición ideal para que la hormona funcione correctamente, en particular porque le habrá faltado tiempo para actuar.

En este sentido, los especialistas aseguran que los efectos en el cerebro son observables por medios de estudios, razón por la cual han podido notar muchas diferencias en el sistema cerebral de niños que se van a dormir temprano y los que no. El elemento que se destaca en el cerebro son las diferentes aéreas donde se observa actividad, siempre más resaltadas en los niños que descansan mejor.

Cortesía de elmundo.es
Cortesía de elmundo.es

Entre las principales consecuencias del descenso en la actividad cerebral por falta de sueño se encuentra la falta de atención, retención y memoria, lo cual puede afectar al desempeño académico del niño. Afecciones futuras si se mantiene el hábito del trasnochar están relacionadas a enfermedades como el Alzheimer.

Según el Instituto de Medicina del Sueño, la mayoría de los problemas de salud mental están relacionados con el sueño. Dormir de manera inapropiada podría provocar trastornos psicológicos, problemas de comportamiento, ansiedad y depresión.

Por su parte, la Asociación Mundial de Medicina del Sueño asegura que la falta de horas de sueño afecta la salud física y mental desde los primeros días; es decir, tiene repercusiones en nuestro bienestar a corto y largo plazo. Muchos problemas cognitivos están asociados al trasnochar, porque se ve reflejado en aspectos básicos de nuestras actividades diarias.

Un hábito de familia

Muchos adultos subestiman la importancia de dormir, pero los expertos recomiendan que se ponga tanta atención en esto como en otros aspectos de nuestra salud. Pensar en las estrategias correctas para mejorar la calidad de sueño en el hogar, es fundamental para todos, sobre todo porque se tiene entendido que es un problema de familia.

La mayoría de los niños que trasnocha adquiere este hábito de sus padres o algún adulto en el hogar. Por esta razón, para garantizar que los niños mejoren en este aspecto, debemos comenzar por mejorar nosotros mismos. Si horas después de irse a dormir, la familia continúa despierta, probablemente el niño lo advierta rápidamente.

Apagar las luces, los dispositivos electrónicos y cambiar la casa a “modo dormir”, favorece la adquisición rápida del sueño y contribuye a que el niño adquiera hábitos de acostarse temprano. Otros aspectos a considerar son la profundidad, la duración y la continuidad del sueño; al respecto se estima un espacio entre siete y nueve horas de profundo sueño de manera continua para que sea efectivo.

 

 

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