La piel del recién nacido es delicada y suave. Estas características cutáneas lo predisponen a padecer algunas afecciones en la piel durante los primeros días de vida. Es común observar granos en la cara del bebé, incluso en el cuerpo, que suele generar preocupación en los padres.
Lo habitual es que sean de carácter benigno y que se resuelvan de manera espontánea. Sin embargo, algunos pueden requerir de algún tratamiento específico. En este artículo te contamos las principales causas de los granitos en la cara del bebé y qué hacer si se presentan. ¡Continúa leyendo!
¿A qué se deben los granitos en la cara del bebé?
Es natural que los bebés tengan granos y otras afecciones en la piel durante los primeros meses, producto del poco desarrollo de este tejido. Un artículo publicado en la Maedica, señala que piel del recién nacido es más delgada, menos pilosa y tiene menos secreciones de glándulas sudoríparas y sebáceas.
Todo esto lo lleva a padecer de ciertos problemas dermatológicos secundarios a la adaptación de la piel a su nuevo ambiente extrauterino. Las manchas, erupciones y granos en la cara y el cuerpo son comunes en las primeras semanas de nacido y tienden a resolverse por sí solos al cabo de unos días.
Lo usual es que se solucionen cuando las células de la piel y las glándulas ubicadas en la epidermis alcancen la madurez necesaria que les permita ejercer de manera adecuada sus funciones.
8 causas de los granos en la cara del bebé
Como vimos, la piel del bebé se encuentra en proceso de adaptación a la vida fuera del útero. Durante este período, pueden aparecen lesiones benignas, como los granos en la cara. A continuación, te contamos cuáles son las afecciones más frecuentes que producen granitos en la cara del bebé.
1. Milium o milia
El milium, también conocido como milia (cuando los granos se presentan en grupo), son pequeños quistes superficiales llenos de queratina que se ven blancos o amarillos en la piel del bebé. Pueden estar presentes desde el nacimiento o brotar en los primeros días de vida.
Suelen aparecer en la frente, las mejillas y el mentón como resultado de la obstrucción de los poros por queratina. Cuando esta condición afecta la mucosa de la boca, se denomina perlas de Epstein. El millium no requiere de tratamiento, desaparece al cabo de unas pocas semanas.
2. Acné neonatal o acné del lactante
El acné neonatal es una afección usual en los recién nacidos. La Asociación Española de Pediatría señala que esta condición afecta alrededor del 20 % de los neonatos. Por lo general, aparece a las dos semanas de vida y se resuelve de manera espontánea en los primeros tres meses. En casos muy puntuales requiere el uso de loción de peróxido de benzoílo al 5 %.
Según un estudio publicado en Boletín Médico del Hospital Infantil de México, el acné neonatal se genera por la mayor producción de andrógenos placentarios y neonatales que provoca hipertrofia de las glándulas sebáceas y mayor producción de sebo. Estos cambios favorecen la aparición de granos en la cara del bebé similares a los del acné del adolescente.
Estas lesiones son de color rojo o blanco y se observan en la mejilla, la nariz, la frente y la mandíbula del bebé. Pueden encontrarse también en el cuero cabelludo, el cuello, el pecho y la parte alta de la espalda.
3. Dermatitis de babeo o regurgitación
También se conoce como dermatitis peribucal. Esta erupción aparece cuando la saliva del bebé permanece en contacto con la piel por largos períodos de tiempo. Se distingue de otras afecciones dermatológicas, pues la erupción aparece solo alrededor de la boca, en las mejillas y en el cuello.
En la dermatitis de babeo, los granos son de color rojo y la piel del área puede estar inflamada. La condición puede aparecer a partir de los 2 y 3 meses, cuando los bebés comienzan a babear en exceso por la dentición.
4. Eritema tóxico del recién nacido
Es una de las causas más frecuentes de granitos en la cara del bebé, afectando al 50 % de los recién nacidos. Según una publicación de la Pediatría Integral, estos granos aparecen por lo general entre las 24-48 horas de vida y desaparecen hacia los 7-10 días, aunque en ocasiones puede durar varias semanas.
Se caracteriza por pápulas que miden de 1 a 3 centímetros de diámetro, de color amarillo a blanco, circundada por piel enrojecida. Suelen localizarse en la cara, el cuello y la espalda. Su remisión es natural.
5. Sudamina o miliaria
Conocida también como erupción por calor. Aparece por la obstrucción superficial y momentánea de los conductos sudoríparos ecrinos, que dan lugar a las vesículas superficiales de 1 a 2 milímetros.
Este taponamiento provoca la ruptura del conducto y la fuga del sudor a la dermis y epidermis, generando granos que se asemejan a gotitas de agua sobre la piel. Las zonas más afectadas son la frente, el cuello y el tronco.
El trastorno es de naturaleza benigna y se presenta con mayor frecuencia en bebés menores de 2 meses. Cuando se manifiesta desde el nacimiento, se le conoce como miliaria cristalina congénita.
Así como otras afecciones cutáneas en esta etapa, desaparece de manera espontánea. La Asociación Española de Pediatría detalla que, para evitar obstruir aún más los conductos de las glándulas del sudor, no se debe usar talco y cremas espesas en los bebés.
6. Dermatitis seborreica
La dermatitis seborreica es una condición habitual en los recién nacidos. Genera escamas de piel aceitosas y de color amarillo, incluso pequeños granos en la cara del bebé, en el cuero cabelludo y en las cejas y orejas. Cuando aparece en el cuero cabelludo se le denomina costra láctea. Se presenta entre la tercera semana y los primeros dos meses de vida.
Esta afección aparece como resultado de la actividad aumentada de las glándulas sebáceas, por proliferación de hongos del género Malassezia, o por alteración de la microbiota cutánea. En casos puntuales, las lesiones pueden causar picazón, descamación de la piel e inflamación.
Suele ser autolimitada, aunque en ocasiones el pediatra puede indicar tratamiento para desprender de manera más rápida las escamas de la piel. La Academia Americana de Pediatría señala que existen champús antiseborreicos que contienen sulfuro y 2 % de ácido salicílico que pueden ayudar a aflojar estas lesiones. Sin embargo, también puede ser irritantes en la piel del bebé.
7. Eccema atópico
La dermatitis atópica, también llamado eccema, es una patología crónica y frecuente, que se caracteriza por una picazón intensa de la superficie de la piel, que conduce a lesiones cutáneas, incluso infecciones dérmicas.
Según la Academia Americana de Dermatología, esta condición afecta hasta al 25 % de los niños y se estima que el 60 % de las personas con eccema lo desarrollan durante su primer año de vida.
El trastorno parece ser el resultado de la compleja interacción entre los defectos en la función de la barrera cutánea, la desregulación del sistema inmunitario y los agentes ambientales e infecciosos. Aunque no tiene cura, existen medidas que pueden aliviar los síntomas cutáneos que desencadena.
8. Enfermedades exantemáticas
Las enfermedades exantemáticas de origen viral, como la varicela, el sarampión, la rubeola o la enfermedad de manos, pies y boca, se caracterizan por producir granos y lesiones en el cuerpo que pueden aparecer también en la cara del bebé.
Son infecciones contagiosas en niños que, dependiendo de su origen, pueden acompañarse de otros síntomas como fiebre y malestar. El tratamiento para aliviar este tipo de lesiones cutáneas se basa en la aplicación de compresas húmedas y lociones calmantes a base de calamina. Puede ser necesario el uso de antipiréticos y antialérgicos.
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Medidas para manejar los granos en la cara del bebé
Si tu bebé tiene granos en la cara, existen múltiples recomendaciones para tratarlos y evitar la aparición de otras lesiones en la piel del bebé. Algunas de ellas pueden ser fáciles y muy eficaces:
- No intentes explotar o quitar los granitos de su cara y cuerpo: esto puede dejar marcas, y peor aún, causar una infección en la piel del bebé.
- Deja que la afección que desencadene estos granos siga su curso: lo esperado es que remitan por sí solos cuando la piel se adapte a su ambiente extrauterino. Si notas que estos granos se acompañan de otros síntomas, no dudes en consultarlo con el pediatra.
- Evita colocarle otros productos: no se recomienda aplicar en el rostro del bebé productos que puedan provocar la oclusión de las glándulas sebáceas, como talcos o cremas. Esto es aún más importante cuando se trata de lesiones por milia o sudamina.
- Baña al bebé con agua tibia: los bebés no necesitan bañarse todos los días. Sin embargo, se debe favorecer la buena higiene de la piel. Los baños deben ser con agua tibia y jabones neutros hipoalergénicos que no contengan colorantes o fragancias. Además, es recomendable dar baños cortos y no generarle fricción al secarlo con la toalla.
- Evita la exposición solar del bebé: los bebés menores de 6 meses deben evitar la exposición solar. En todo caso, es necesario protegerlos del sol para evitar las consecuencias de los rayos sobre su piel.
- Escoge prendas de vestir adecuadas: la elección de prendas de algodón o de fibras naturales contribuye a la prevención de reacciones alérgicas o irritaciones en la superficie cutánea de los bebés.
- Vigila que su alimentación rica y variada: si el bebé es mayor de 6 meses, se recomienda ofrecer una dieta variada que contenga todos los nutrientes y vitaminas necesarias para evitar enfermedades. No se debe dejar a un lado la importancia de la lactancia materna y de la hidratación para la salud de piel.
La consulta médica como premisa
Los granos en la cara del bebé en los primeros meses no suelen generar complicaciones ni revisten gravedad alguna. Sin embargo, siempre se debe recurrir a la consulta con el especialista en dermatología, quien es el indicado para diferenciar este tipo de lesiones en la piel.
En el caso de considerarlo necesario, el médico indicará las medidas o tratamientos para aliviar las lesiones de la piel del bebé.
Bibliografía
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