¿Qué hacer cuando no me gusta el amigo de mi hijo?

¿Qué hacer cuando no me gusta el amigo de mi hijo?
María Alejandra Castro Arbeláez

Revisado y aprobado por la psicóloga María Alejandra Castro Arbeláez.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 27 julio, 2022

Todo parecía más fácil cuando tu hijo estaba pequeño y dependía sobre todo de ti para desplazase, para conectar con otros niños y adultos… para socializar. En esa etapa los amigos de tu hijo surgían del ambiente donde tú te movías, pero todo eso cambia a medida que tu bebé va ganando autonomía.

Para las madres sus hijos siempre son sus bebés, no importa la edad que tengan, no obstante el tiempo pasa y cada vez que se hace más grande y autónomo también tiene más libertad para elegir a sus amigos, lo cual hará de acuerdo a características psicológicas, sociales y emocionales propias de su momento evolutivo.

Y es precisamente durante la adolescencia, cuando el grupo de amigos cobra especial importancia. La mayoría de adolescentes tienen una gran necesidad de pertenecer a un grupo y de ser aceptados, por lo tanto le dan mucha importancia a lo que otras personas piensan de ellos, lo cual ejerce una gran presión sobre su comportamiento.

 

No me gusta el amigo de mi hijo, ¿qué hago?

Aunque muchos padres están conscientes de que para sus hijos adolescentes sus amigos son importantes, algunos de ellos no nos gustan o no nos parecen una buena influencia. A veces no nos agradan por personalidad, aspecto, costumbres, lenguaje entre otras cosas.

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No obstante, y antes de analizar qué hacer frente a esta situación, es necesario desprenderse de algunos prejuicios para evaluar con imparcialidad si la impresión que se ha construido del amigo o amiga se basa en una amenaza real para el niño, o simplemente es mera antipatía de nuestra parte.

Los padres debemos valorar y respetar los gustos y elecciones desde que son muy pequeños. Todos los seres humanos tienen derecho a elegir sobre todos los aspectos de su vida, incluyendo a sus amigos, y nuestros hijos no son la excepción.

 Ten confianza en la educación y crianza que le has dado a tu hijo. Si ha sido sólida, basada en el respeto, el amor, la autoestima y los buenos valores que les has inculcado a través del ejemplo, el niño contará con una estructura emocional sólida para saber valorar con qué tipo de niño o adolescente quiere estar y no dejarse contagiar o influenciar por conductas dañinas de parte de los amigos elegidos.

 

Maneja la situación con inteligencia y madurez

Prohibirle a tu hijo mantener alguna amistad con alguien que no te gusta puede provocar rebeldía y tensión en la relación entre ustedes. Con la prohibición solo crearás el efecto menos deseado frente al problema que deseas resolver, ya que lo más probable es que tu hijo se sienta en la obligación de mentir para seguir relacionándose a escondidas con el amigo que no te gusta.

Solo en algunos casos puede que la única alternativa sea la prohibición absoluta con este amigo que no nos gusta, debido a que esta amistad solo causa consecuencias negativas en la vida de tu hijo. De ser así, es conveniente que le expliques las razones por las que esa amistad no es beneficiosa para él y por qué han decidido que es mejor que no se relacione con esa persona.

habla con tu hijo

Además de ello, debes aplicar estrategias inteligentes como buscar actividades sanas como el deporte, arte o voluntariado con grupos nuevos que ofrezcan aportes positivos a las experiencias de socialización y que cubran sanamente su necesidad de vincularse con otros amigos de su edad.

La licenciada Carmen Inés Rivero quien es psicóloga y educadora venezolana, ofrece las siguientes recomendaciones en un artículo titulado Los amigos de mis hijos: buena o mala influencia, el cual fue escrito para la edición 58 de la revista Espacio Familiar:

Interésate por conocer a los amigos de sus hijos y a sus padres:

Aprovecha las situaciones que se presentan en la vida cotidiana para conocer a los amigos de sus hijos, ofrécete a llevarlos en su carro, invítalos a tu casa, club o a cualquier otra actividad. Trata, además, de compartir con otros padres y madres, seguramente ellos también quieren saber quién acompaña a sus hijos.

Habla con tus hijos:

Manifiesta abiertamente lo que valora de sus amigos y amigas pero también lo que te llama la atención o te preocupa. Expresa tus sentimientos de reconocimiento, satisfacción e inquietud, sin descalificar o juzgar, solo describe la situación, no ataques al amigo, esto solo pondrá a tu hijo a la defensiva y posiblemente no te escuchará.

Enséñales a decidir por sí mismos:

Como ya explicamos antes los niños y adolescentes en su desarrollo tienen una gran necesidad de pertenecer a un grupo y de ser aceptados, por lo tanto le dan mucha importancia a lo que otras personas piensan de ellos; y esto ejerce una gran presión sobre su comportamiento.

Habla con tu hijo de las presiones de grupo, de la importancia de decidir por sí mismo. Recuérdale que los sentimientos también los protegen, si ellos sienten que lo que propone el grupo o amigo no está bien, lo más probable es que estén en lo correcto.

Prepáralos para manejar situaciones de grupo:

Es importante los niños y jóvenes conozcan lo que pueden hacer en situaciones difíciles. Con frecuencia van a tener que enfrentar momentos en los que no saben cómo actuar, prepáralos con preguntas y situaciones hipotéticas o recrea pequeños ejemplos aleccionadores con el fin de evitar que diferentes situaciones lo tomen por sorpresa en el futuro y pueda elegir o decidir lo mejor.

Recuérdales que siempre pueden acudir a ti:

Cuando la relación padre-hijo es sana y sólida, la influencia de los padres es más fuerte e importante, que cualquier otra, en las decisiones de los niños o adolescentes, por lo tanto exprésale a tu hijo tu intención de escucharlo, apoyarlo y orientarlo siempre.


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