La vida está llena de cambios. Existen muchas razones por las cuales una familia decide cambiar de casa, de ciudad o incluso de país. Y muchas veces, aunque esta decisión parezca dura a corto plazo, permitirá a toda la familia disfrutar de una vida mejor.
Teniendo esto en cuenta, es bueno proveer de herramientas a los niños para que se adapten de manera positiva a los cambios que tendrá que afrontar.
Las mudanzas implican un cambio de costumbres y rutinas que pueden afectar a los niños, sobre todo cuando se trata de cambios radicales. Estos cambios incluyen:
- Casa y vecinos
- Colegio y amigos
- Ciudad
- País y puede que idioma
- Entorno y clima
- Costumbres
Lo ideal es ayudar a los niños a habituarse a todas esas novedades y a asimilar cuanto antes todo aquello indispensable para su nueva vida.
Lo primero que debes tener en cuenta es que los niños necesitan saber la verdad, no se les debe mentir. Hay que decirles con tiempo que la familia se mudará de ciudad o de país y que ese cambio traerá mejoras para la familia. Si te preguntan por qué no pueden quedarse donde están, es bueno explicarles las razones del viaje; por ejemplo, decirles que vuestro trabajo será mucho mejor y la casa nueva más bonita y cómoda.
Hablar en familia sobre las nuevas experiencias que habéis tenido y sobre cómo os sentís cada uno en el nuevo ambiente
Debes darles la noticia de que van a cambiar de casa cuando todo esté confirmado. Los niños deben saber que se van a mudar cuando sus padres estén seguros de las condiciones en las que van a vivir. No es aconsejable transmitirles incertidumbre.
Tener todo preparado antes de cambiar de casa
Es bueno que los padres vayan unos días antes para realizar ciertos trámites importantes como buscar casa. Esto ayudará a la estabilidad de los niños, que ya sabrán dónde van a vivir, a qué colegio irán y podrán ir ganando confianza pronto.
Otra estrategia para ayudar a los niños a asimilar el cambio es asumir lo más pronto posible una rutina estable y regular para el nuevo lugar en el que vivirán. Lo mejor que podéis hacer es explicar a vuestros hijos qué van a hacer, de qué manera y los horarios que tendrán.
Es fundamental que la familia se mantenga unida en este momento de cambios, pues al estar con sus seres queridos vuestros hijos se sentirán más seguros. Además, debes darles tiempo, los niños se adaptan a los cambios progresivamente; debes estar atenta a lo que dicen y sienten, y así ir ayudándolos a entender lo que pasa.
Anímalos a expresar sus emociones, explícales que es normal que echen de menos a sus amigos, que es natural y sano que a veces lloren si se sienten tristes y, sobre todo, transmíteles la seguridad de que van a hacer amigos nuevos.
Resalta lo positivo de la mudanza, muéstrales con emoción la nueva ciudad en la que viven y hazles ver que hay aspectos buenos a los cuales es fácil adaptarse. Así verán la nueva casa, la nueva escuela y los nuevos niños con más entusiasmo. Eso les ayudará a asimilar el cambio de manera más rápida.
Verás avances poco a poco
Por tu parte, trata de tener paciencia con los niños y de acompañarlos a vivir el cambio de país o de ciudad de manera positiva. Hazles ver que todos los integrantes de la familia tienen que adaptarse a cosas nuevas y que hacerlo os ayudará a crecer y a aprender cada día más y más.
Así, poco a poco, tus hijos se sentirán más confiados y aprenderán a ver de manera atractiva que la vida está llena de cambios y que es bueno estar preparados para ellos.
Hablar en familia sobre las nuevas experiencias que habéis tenido y sobre cómo os sentís cada uno en el nuevo ambiente es uno de los mejores métodos para ayudaros los unos a los otros, ya que muchas veces emigrar en familia puede resultar estresante para todos los miembros y en especial para los más pequeños.
Recuerda que debes tratar de mantener la calma y ser paciente. Es fundamental que cada uno se tome su tiempo; pasados unos días verás cómo tus hijos se irán adaptando con normalidad a todo, incluso a los retos más difíciles como el clima o el nuevo idioma.