Aunque muchos padres lo desconozcan, los jugos de fruta tienen efectos dañinos sobre los dientes de los niños. Es habitual que, con la buena intención de ofrecer a sus hijos algo saludable, les den estas bebidas que esconden azúcares y ácidos nocivos para la dentadura. En este artículo, te lo contamos en detalle.
Cómo los jugos de fruta dañan los dientes de los niños
En el año 2017, la Academia Estadounidense de Pediatría (AAP) publicó una declaración que recomienda evitar los jugos de fruta en los niños menores de 1 año. El argumento es que dichas bebidas, en edades tempranas, no ofrecen beneficios nutricionales e interfieren con la alimentación que los bebés realmente necesitan: leche materna o fórmula con las proteínas, grasas y minerales que aportan.
Con respecto a los niños mayores de 1 año, la misma publicación aconseja ofrecer solo jugo de fruta 100 % fresco o reconstituido como parte de una dieta saludable. Además, aclara que estas bebidas no son un buen sustituto de las frutas frescas. Esto se debe a que contienen más azúcar y calorías y su ingesta excesiva puede contribuir al aumento de peso y a la formación de caries dentales.
Leer en un envase «jugo 100 % real», «sin azúcares añadidos» o «bebida orgánica» puede hacer suponer que se trata de una opción saludable y adecuada para los más pequeños. Pero hay que estar atentos a estos conceptos, pues tienen más que ver con la publicidad y el marketing que con las propiedades reales del producto.
El azúcar de los jugos de fruta afecta los dientes
Todos los azúcares, ya sean refinados o naturales, son aprovechados por las bacterias de la boca para su metabolismo. Estos gérmenes fermentan los hidratos de carbono simples y producen ácidos capaces de desmineralizar los tejidos duros de los dientes. Si esta pérdida de minerales es frecuente y se sostiene en el tiempo, aparecen las caries.
Muchos alimentos y bebidas naturales, como la leche y las frutas, contienen azúcares. Entonces, a pesar de que los jugos no tengan azúcares añadidos, las poseen de manera natural y pueden provocar caries. Además, si los jugos contienen agregados, el daño es mucho mayor.
Por otra parte, los azúcares de los jugos y de la leche se vuelven más perjudiciales si estas bebidas son ofrecidas a los niños en biberón. Acostar y dormir a los pequeños con las mamaderas es una práctica nociva bastante habitual. A través de las tetinas, estos líquidos permanecen en la boca por largos períodos de tiempo. Esta conducta se relaciona con la aparición de caries de la primera infancia, de avance rápido y de mucha destrucción dentaria.
Los ácidos de los jugos de frutas naturales pueden dañar los dientes de los niños
Las bebidas frutales también contienen ácidos naturales que perjudican la dentadura de los más pequeños. Los ácidos presentes pueden erosionar el esmalte de los dientes y actuar de la misma manera que los que producen las bacterias. La acidez en la boca provoca la pérdida de los minerales de las piezas dentarias y las vuelve débiles, sensibles y susceptibles a las caries.
La frecuencia del consumo
El daño que sufren los dientes de los niños al consumir jugos de fruta tiene más que ver con la frecuencia de la ingesta que con la cantidad bebida. Es decir, que el efecto es mayor si se los consume de manera habitual. Cada sorbo de una bebida azucarada es capaz de disminuir el pH de la boca y volverlo ácido por alrededor de 20 minutos.
De esta manera, si el pequeño bebe los jugos de fruta de a sorbos durante todo el día, el pH de su boca no puede recuperar la normalidad. Con esto, el azúcar y la acidez se prolongan en el tiempo y el riesgo de que los dientes se dañen y se desarrollen caries es muy elevado. Al disminuir la frecuencia de exposición al azúcar y a los ácidos, se acorta el tiempo durante el cual las bebidas pueden dañar los dientes.
Consejos para cuidar los dientes de los niños si consumen jugos de frutas
Lo ideal es intentar acostumbrar a los pequeños a beber agua durante las comidas. De todos modos, algunas familias prefieren ofrecer jugos de fruta. Para esos casos, estos consejos pueden ayudar a reducir los efectos dañinos:
- Reservar el consumo de jugos de fruta para acontecimientos especiales. Puedes dar un gusto a tu pequeño de vez en cuando, pero lo ideal es que sean ocasionales y no formen parte de la dieta diaria.
- Beber todo el jugo de una vez. Esto es mejor que hacerlo de a ratos. De esta manera, se reduce el tiempo de exposición de los azúcares y ácidos con las superficies dentarias.
- Ofrecer el jugo durante las comidas. Beber el jugo de frutas junto con las comidas concentra en un solo momento el tiempo en el que la boca se expone a los azúcares y ácidos presentes en los alimentos y bebidas.
- Usar sorbetes. De ese modo, disminuye el contacto de la bebida con los dientes.
- Enjuagar la boca con agua. Así, se eliminan los ácidos que permanecen en el medio oral. Es preferible esperar un rato hasta cepillar los dientes para que las cerdas del cepillo no dañen el esmalte que acaba de ser expuesto a las bebidas dulces.
- Preferir las frutas enteras. Los jugos carecen del aporte de fibras que otorgan la piel y la pulpa de las frutas. Es más saludable dar a los niños trozos o piezas de fruta en vez de hacerlas jugo.
- Evitar servir el jugo en vasitos o biberones. Estos utensilios facilitan que los pequeños transporten la bebida con ellos y la consuman a cada rato a lo largo del día.
- No ofrecer el jugo de frutas antes de dormir.
- Mantener una adecuada higiene oral. Es clave cepillar los dientes al menos dos veces al día con pastas fluoradas y utilizar hilo dental.
- Visitar al odontopediatra cada 6 meses. El profesional controlará la boca del niño y detectará cualquier problema a tiempo.
Tomar agua para la sed
Aunque los jugos de fruta pueden parecer una bebida saludable para los más chicos, ahora sabes que contienen azúcares y ácidos capaces de dañar sus dientes. Si tu pequeño tiene sed, la mejor opción para su dentadura y su salud en general, siempre es tomar agua.
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