Fiebre, hipo y vómito, ¿cómo manejarlos?

 

Es común que a un niño le dé fiebre, tenga vómitos o hipo, como también es frecuente que cuando esto ocurre los padres lleguen a la consulta del pediatra, preocupados porque no saben qué hacer: El secreto para manejar la fiebre o el vómito de un niño es mantenerlo hidratado.

Para saber si tu hijo tiene fiebre es necesario medir siempre su temperatura con un termómetro y no por el tacto.

Según la Sociedad Española de Pediatría el niño tiene fiebre cuando su temperatura corporal supera los 38 ºC en el recto o los 37,5 ºC en la axila. Medido en la axila se considera una fiebre moderada hasta los 39 ºC y si pasa de 39 ºC hablamos de fiebre alta.

No obstante, correr a hacerle un examen de sangre o una hematología completa al niño antes de que pasen 48 horas desde que la fiebre se manifestó es prácticamente una pérdida de tiempo y dinero.

La mayoría de las madres cuando están angustiadas lo hacen, pero la pediatra María Victoria Álvarez asegura que en ese tiempo el resultado de las pruebas no será muy fidedigno.

Lo mejor en este caso es mantener al niño con dosis adecuadas de acetaminofén las cuales deben ajustarse al peso del paciente, de lo contrario podría sobredosificarlo.

Ten en cuenta que bañar al niño con agua muy fría o con agua y hielo no es una estrategia muy efectiva.

Lo recomendable es bañarlo con agua a temperatura ambiente o tibia en las condiciones que normalmente lo hacen, lo cual sí podría refrescarlo.

A veces es natural que por el malestar y la fiebre derivada de un resfriado al niño no le apetezca comer, pero lo importante entonces es mantenerlo hidratado con jugos, agua, sopas o suero oral si es necesario.

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Técnicas para combatir la fiebre

Estas son algunas recomendaciones escritas en la Guía Práctica para Padres, escrita por médicos adscritos a la Asociación Española de Pediatría.

Fiebre a partir de 38 ºC:

  • Es recomendable seguir el tratamiento con antitérmicos según las dosis prescritas por el pediatra.
  • Complementar el tratamiento con la ingesta  de abundantes líquidos.
  • Colocar paños húmedos en la frente (a temperatura ambiente, nunca demasiado fríos, ni con  hielo), así como  baños  en agua tibia  durante 15 ó 20 minutos.
  • Si la temperatura se mantiene por encima de 39,5 ºC, puede ser conveniente una nueva valoración por parte del pediatra.

Es vital que consultes al pediatra si la fiebre no cede a las 48 horas.

¿Cuándo consultar al pediatra?

  •  Si el  niño es menor de 2 años (especialmente menores de 3 meses).
  •  Si el niño está irritable.
  •  Si el niño tiene dolor de cabeza importante y/o vómitos.
  •  Si al niño le cuesta respirar.
  •  Si el niño tiene una convulsión.
  •  Si el niño tiene puntitos rojos (color cereza) o manchas negras en la piel.
  •  Si el niño presenta malestar general.
  •  Si el niño tiene fiebre de 40 ºC que no cede a pesar del tratamiento con antitérmicos.
  •  Niños con enfermedad neurológica.

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Cuando el niño vomita

En el niño menor de 3 años edad, que difícilmente se comunica, la presencia de vómitos suele ocasionar preocupación y gran intranquilidad familiar.

Así que en caso de que su hijo vomite, el secreto para mantenerlo estable también es la hidratación.

Pero no debes darle agua enseguida de que vomite porque va a arrojarla de nuevo, espera unos 15 minutos y darle algún líquido. Si lo acepta entonces puedes mantenerlo en observación en casa.

Pero si el niño vomita más de tres veces en una hora es necesario consultar a su pediatra, quien va a orientar el diagnóstico.

Los vómitos pueden ser debidos a numerosas causas, tanto digestivas como no digestivas.

El vómito puede ser un síntoma único y aislado o acompañarse de otros, como diarrea o fiebre, o bien, formando parte de una entidad médica concreta como una gastroenteritis aguda.

– Asociación Española de Pediatría-

¿Y si tiene hipo?

Según algunos estudios, 80% de los bebés recién nacidos llega a experimentar el hipo. Esto es inofensivo y no requiere tratamiento ni demasiada atención.

De la misma forma repentina que aparece el hipo, se desaparece.

Un bebé tiene más riesgo de tener hipo si se traga aire mientras está siendo amamantado. En este caso, la mamá debe parar de dar el pecho al bebé.

Pasado algunos minutos, debe reiniciar su trabajo para amamantar, pero teniendo el cuidado para evitar la entrada de aire.

Lo mismo debe hacer la mamá por si nota que el bebé mama rápidamente. Pare de amamantar, deje que el bebé descanse un poco, y vuelva a colocarlo.

Después de dar el pecho a tu bebé, no te olvides de dejarlo en posición vertical para facilitar la eliminación de aire.

 

Bibliografía

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