Hacer que los niños hagan algo cuando no quieren puede resultar una tarea colosal, sobre todo cuando se trata de niños que cuando son presionados suelen desencadenar su protesta y negación en una pataleta o su rebeldía. Para enseñarte a cómo lidiar con la personalidad de tu pequeño y mostrarte las mejores maneras de hacer que haga algo cuando en realidad no quiere hacerlo, decidimos redactar este artículo.
Secretos para hacer que los niños hagan lo que no quieren
No le exijas de más
Si tu niño ya ha hecho o está haciendo lo que tanto trabajo te cuesta que haga, digamos por ejemplo, la tarea de matemática, no quieras que luego se ponga a estudiar otra materia. Cuando termine con la matemática libéralo y dale tiempo antes de que intentes retomar el tema de los deberes escolares.
Esta exigencia solo despertará e incrementará su rebeldía.
Une la tarea que rechaza a otra que le agrade
Si a tu niño de 2 años no le gusta lavarse los dientes únele esta parte del aseo con una actividad que sí le agrade. Por ejemplo, ver dibujos animados.
Siéntalo delante de la tele y ponle dibujos animados que le gusten a la vez que le das el cepillo de dientes para que se lave. Quédate al lado de él para irle recordando que debe cepillarse. Como estará más concentrado en la televisión no le costará mucho hacerlo.
Haz un pacto con él
Hacer un pacto con tu hijo es permitirle algo que quiere, si hace lo que quieres tú.
Dicho pacto debe ser un acuerdo mutuo. Ninguna de las partes estará influenciada o sometida por la otra.
Por ejemplo.
Tu hijo adolescente quiere salir el fin de semana por la noche. Tú quieres que salga bien en el examen del viernes. El pacto aquí está claro: “si tienes una buena calificación te dejo salir.”
Este tipo de acuerdos crea en el niño un sentimiento de independencia y autonomía, único:
- Soy el dueño de mi vida
- En mis manos está el que consiga o no mi sueño
- Tengo el poder de decidir por mí mismo.
No lo fuerces. Él debe hacerlo por su propia voluntad
Decirte que no debes forzarlo o exigirle, sino esperar a que él haga sus deberes o cualquier otra sugerencia tuya por su propia voluntad, seguramente te provocará una sonrisa. Pero te aseguramos que esto puedes lograrlo. Sencillamente solo necesitas vincular lo que deseas que haga con una consecuencia que le disguste y lo atañe.
En este punto vamos a ponerte un ejemplo de una de nuestras lectoras para que conozcas cómo ella logró que su hijo adolescente recogiera y limpiara su habitación. A la mamá la llamaremos Ana y a su hijo, Mario.
Pues bien, tal y como te comentamos a Ana se le hacía imposible limpiar la habitación de su hijo Mario, sencillamente porque él no quería. Al muchacho le gustaba tener sus pertenencias, según él, donde sabía que las iba encontrar. Por ello mantenía su cuarto en un completo desorden.
Para no usar la fuerza y despertar la rebeldía de su hijo Ana tomó una decisión irrefutable.
Todas las visitas de Mario, incluyendo una medio enamorada que tenía, ella las mandaba directamente a su cuarto.
Aunque algunos amigos se sentían a gusto con la habitación del joven, no todos, y menos las muchachitas, reaccionaban igual; entonces, solo por causar una mejor impresión en sus compañeros, Mario comenzó por mantener su cuarto un poco más ordenado, hacer
su cama, colgar la ropa dentro del armario y al final, no limpió, pero al menos sí dejó que su mamá entrara una vez por semana a hacer el aseo.
Dale una rutina
Las rutinas ayudan a resolver de una mejor manera aquello que nos cuesta hacer.
Si al niño no le gusta ayudar a recoger la mesa establece el hábito, no solo en él sino en todos los miembros de la familia, de levantarse de la mesa con su plato, cubiertos y vaso en las manos.
Dicha rutina puedes comenzarla con esta sencilla tarea pero poco a poco podrás irla incrementando hasta que al final tu hijo la aprenda y sea él quien todos los días, por sí solo, termine por levantar los alimentos y demás cubiertos de la mesa.