No hay nada que nos haga sentir peor a los padres que ver a nuestros hijos tristes. Aunque se trata de una emoción como cualquier otra, nos hace sentir mal. Incluso, es un sentimiento necesario en momentos determinados para poder tener un equilibrio emocional. Por supuesto, siempre y cuando analicemos esa tristeza y busquemos soluciones que nos hagan sentir mejor.
Entonces, debemos aprender a identificarla y gestionarla correctamente para poder avanzar en la vida. Por eso, es fundamental conocer algunas claves para consolar a tu hijo cuando está triste.
Cómo saber si tu hijo está triste
Cada persona es un mundo y, por ende, también lo es cada niño. Entonces, la forma de saber si un menor está triste o no es fijándote en su comportamiento, porque puede aparecer de la forma más sutil. Por ejemplo, puede tener cambios de conducta, aislarse de los demás o no querer hablar cuando antes sí lo hacía. Por eso, los padres deben prestar especial atención a lo que hace o dice su hijo.
La apatía también puede formar parte de la tristeza, así como el llanto o los cambios de hábitos, como por ejemplo, comer o dormir poco o mucho. También, puedes sentir que el pequeño muestra una actitud ansiosa fuera de lo normal. Así, las causas pueden ser muy diversas. Algunas veces son causas fáciles de reconocer y otras, no. Los padres, al sentirse mal por este tipo de emoción en sus hijos, es probable que quieran buscar la manera de cambiar el estado de ánimo de su pequeño.
Claves para consolar a tu hijo si está triste
Por supuesto, es necesario que nunca se minimicen los sentimientos del niño. Jamás hay que castigarles o reñirles por una emoción. Para ello, no te pierdas estas claves para consolar a tu hijo si está triste.
1. Acurrúcate con tu hijo
El calor humano nos hace sentir mejor, más cercanos y conectados con los demás. Por eso, acurrucarte al lado de tu hijo cuando se siente mal es una manera de hacerle sentirle bien, aunque esté triste por algún motivo determinado.
2. Reconoce su tristeza
La tristeza es una emoción igual de importante que otras consideradas mejores como la alegría. Tu hijo debe saber que, aunque es una emoción que nos hace sentir mal, debemos entenderla, ya que es algo que todos sentimos de vez en cuando.
3. Ayúdale a identificar sus sentimientos
La tristeza, en ocasiones, se muestra a través de la agresividad o la frustración. Por eso, hay que dejar espacio a los niños y enseñarles formas saludables de desahogo, siempre respetándose a sí mismo y a los demás.
4. Escucha lo que tiene para decir
Dale al pequeño el espacio que necesita para que pueda expresar cómo se siente. Escúchale con comprensión y compasión, pero no le juzgues ni minimices sus sentimientos.
5. Abrázale
El abrazo de una madre es la mejor medicina para los pequeños. Y más aún cuando permites que tu hijo no esconda sus emociones y se sienta libre de poder expresarlas.
Cuándo debes preocuparte
La tristeza en sí misma no es mala, siempre que se gestione adecuadamente. Debes enseñar a tus hijos que es un sentimiento adaptativo que nos indica que hay que buscar soluciones. Aunque también puede haber momentos en los que sí debas prestar más atención y, si es necesario, recurrir a la ayuda de un profesional. ¿Cuándo debe ser esto? Presta atención:
- La tristeza dura demasiado tiempo (semanas).
- Tu hijo llora mucho (en el tiempo).
- Se queja de todo.
- No tiene interés por hacer cosas que antes le gustaban.
- No quiere comer y nunca tiene hambre.
- No duerme bien.
No hay que suprimir la tristeza, sino entenderla
Los niños deben aprender que la tristeza debe ser el impulso necesario para pedir ayuda, sobre todo si la soledad o los pensamientos negativos nos hacen sentir mal. En este sentido, debemos reflexionar sobre lo que nos ocurre y avanzar. Estar triste no es algo malo, por lo que no hay que suprimir esta emoción, sino que hay que entenderla para poder combatirla.
De todas formas, si esta emoción es muy habitual en tu hijo, entonces lo mejor será que hables con su pediatra. Este podrá determinar si necesita ayuda profesional para evaluar su salud mental y buscar un tratamiento complementario.
Bibliografía
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- Méndez Carrillo, F. (2011) El niño que no sonríe: Estrategias para superar la tristeza y la depresión infantil. Editorial: Pirámide