«Mi hijo tiene mucha tos y no puede dormir». Esta es una preocupación bastante común por la que toda madre ha pasado —o pasará— en algún momento. Y si es la primera vez que tu pequeño la experimenta, debes saber que hay maneras de aliviarla en casa, hacer que descanse toda la noche y se levante con energías.
Desde miel hasta humidificadores, son varias las alternativas que puedes realizar para mejorar la tos nocturna de tu nene. Pero ten en cuenta que algunos métodos son más efectivos para la tos seca y otros para tos la húmeda.
A continuación, te daremos un pequeño listado de consejos para mejorar los tipos de tos nocturna ya nombrados, que incluyen desde acciones sencillas hasta remedios caseros. También, te explicaremos qué puede causarla y cuándo es momento de llevar a tu pequeño al médico.
¿Por qué se produce la tos nocturna en niños?
La tos es un mecanismo que tiene el cuerpo para despejar las vías respiratorias de cualquier agente irritante o que obstruya el paso de aire. Si bien es cierto que es algo natural, cuando se produce durante la noche puede afectar el sueño de tu hijo y también el tuyo.
Por lo general, la tos nocturna en los niños suele ser un síntoma del resfriado común. Cuando tu peque tiene gripe, se le congestiona la nariz y produce mayor mucosidad. Al estar acostado, en posición horizontal, esa mucosidad puede llegar a la garganta y hacer que tenga mucha tos y no pueda dormir.
De igual manera, el resfriado no es la única causa de los ataques de tos nocturna en niños. Enfermedades como el asma también pueden provocar tos durante la noche, como señala la Clínica Mayo.
Otra alternativa pueden ser las alergias. Por ejemplo, la rinitis alérgica puede desencadenar síntomas similares al asma, y como te indicamos antes, uno de ellos es la tos nocturna.
Tipos de tos en los niños
Tanto en los niños como en los adultos, pueden presentarse distintos tipos de tos. Así, se distinguen de acuerdo con los factores que se tomen en cuenta. De hecho, en una publicación de la revistaInternational Journal of Pediatrics and Adolescent Medicine, un grupo de expertos realizan una clasificación con base en tres puntos principales:
1. De acuerdo con su duración
- Tos aguda: es aquella que tiene un lapso menor a las cuatro semanas.
- Tos crónica: se refiere a la tos que perdura luego de las cuatro semanas.
2. De acuerdo con su causa o etiología
- Tos normal: es la tos de la cual se conoce la causa. Por ejemplo, la producida por un resfriado.
- Tos específica: es aquella que viene como síntoma de una enfermedad o patología más compleja, a la cual se llega tras hacer estudios médicos. Por ejemplo, el asma infantil.
- Tos inespecífica: es un tipo de tos, por lo general seca, y que en apariencia no está relacionada con otros síntomas. Un ejemplo de ella puede ser la tos asociada al humo del cigarrillo.
3. De acuerdo con su naturaleza
- Tos seca: como su nombre lo indica, es la tos en que no hay presencia de secreciones. A su vez, en este grupo pueden entrar la tos con sibilancias (típica del asma), así como la perruna y la tos ferina.
- Tos húmeda: en este caso, se refiere a la que viene acompañada de mucosidad. También es conocida como tos productiva o con flema.
Ten en cuenta que si la tos de tu hijo excede las cuatro semanas (crónica), debes llevarlo al pediatra a la brevedad. De igual modo, si aparte de la tos presenta otros síntomas, como fiebre o dificultad para respirar.
Mi hijo tiene mucha tos húmeda y no puede dormir, ¿qué le doy?
Como te indicamos antes, la tos húmeda o productiva es fácil de identificar, ya que tu pequeño producirá esas secreciones al toser. Es típica de la neumonía y también de otras patologías —como la bronquitis—, pero también se encuentra presente en el resfriado común.
Si bien es cierto que el tratamiento de este tipo de tos suele ser con fármacos, solo debes darle estos a tu hijo tras evaluación y aprobación médica. En casa, aparte del tratamiento recomendado por su pediatra, puedes probar los siguientes consejos a modo de complemento.
1. Cámbialo de posición al dormir
Si tu hijo tiene mucha tos y no puede dormir —y la tos es de tipo productiva— una alternativa que puedes probar es elevar un poco más la altura de su cabeza con la ayuda de una almohada.
Esto hará que se encuentre en una posición semitumbado y así las mucosidades taparán menos las vías respiratorias. Eso sí, ten en cuenta que los bebés no deben usar almohadas o cojines a la hora de dormir, esto como medida de prevención para evitar la muerte súbita del lactante. En dicho caso, opta por cunas que posean la función de inclinación.
2. Succiona sus mucosidades
Esta puede ser una gran alternativa para combatir los ataques de tos por la noche en niños pequeños y bebés, ya que ellos no pueden soplarse la nariz para liberarse de las mucosidades extras. Y como te mencionamos antes, estas hacen que se tapen sus vías respiratorias y producen la molesta tos.
Para llevarlo a cabo, necesitas de un sencillo aspirador nasal de goma. Vas a presionar levemente el cuerpo del aspirador y colocar su punta suave en una de las fosas nasales de tu pequeño. Luego solo queda dejar de presionar el cuerpo del aspirador: se traerá las secreciones y así descongestionarás la nariz de tu bebé.
3. Lava su nariz
Ahora, si tu hijo tiene una mayor cantidad de mucosidad, o si es muy densa, lo ideal es hacerle un lavado nasal antes de dormir. Así las ablandarás y podrás liberar sus vías aéreas. Ten en cuenta que para realizarlo necesitas de una jeringa y solución salina. En cuanto a la cantidad de la última, la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria señala que con dos mililitros en lactantes y cinco mililitros en niños mayores bastará.
El proceso debes hacerlo con la cabeza de tu pequeño de lado, comenzando por una fosa y luego por la otra. Y si tu nene ya es mayor, puede realizarlo de pie con la cabeza inclinada en el lavamanos. Nunca hagas el lavado nasal con la cabeza hacia arriba, ya que el moco puede ir a los oídos y causar otitis.
¿Cómo mejorar los ataques de tos seca por la noche en niños?
Ahora, si tu hijo padece de tos seca durante la noche, la causa puede ser una irritación de las vías respiratorias debido a la acción de un agente irritante. Por ejemplo, partículas de polvo, polen o el humo del cigarrillo.
En la misma línea, un ambiente seco también puede producir este tipo de tos en tu pequeño. Durante el invierno, y por el uso de la calefacción en el hogar, el entorno tiende a secarse, lo cual hace que tu hijo tosa y también reseque su piel.
Otros motivos de la tos seca son patologías como el asma, la tos ferina y el resfriado común. En el caso de la tos causada por enfermedades, el mejor tratamiento es el farmacológico, recomendado por el pediatra de tu nene. Mientras que en los otros casos, puedes probar los siguientes consejos caseros.
4. Utiliza un humidificador
De seguro has escuchado alguna vez sobre estos aparatos, pero si no lo has hecho, tienes que saber que son dispositivos que se encargan de aportarle humedad al ambiente de una habitación.
Si tu hijo tiene mucha tos seca y no puede dormir, puede serle de gran ayuda, ya que esa humedad en el entorno hace que la mucosidad no se seque y mantiene las vías respiratorias libres.
Ahora, debes considerar que la humedad en exceso también es mala. Por ejemplo, el Centro de Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) señala que la humedad relativa en los hogares debe ser menor al 50 % para evitar el moho. Lo ideal es que se encuentre entre el 30 y 50 %.
Considera usar humidificadores de vapor frío en lugar de caliente: son más seguros y evitarán quemaduras en tu pequeño si se acerca demasiado a ellos. Pero recuerda que debes limpiarlos con mayor frecuencia para evitar la proliferación de bacterias por el agua empozada en su depósito.
5. Dale un masaje
Seguro que asocias a los masajes a tu bebé con un acto de amor y cariño. ¿Y si te dijéramos que también pueden mejorar su tos seca?
Uno de los más antiguos consejos para aliviar la tos en niños consiste en darles un masaje en el pecho y garganta con un ungüento mentolado —como el VapoRub—, el cual ayudará a calmar la tos por contener ingredientes como el mentol y el eucalipto.
Si bien es cierto que lo puedes conseguir de venta libre en las farmacias, este producto se desaconseja en niños menores de dos años. ¿Por qué? La respuesta es que se absorbe rápidamente por la piel y puede traer reacciones adversas en niños muy pequeños, como cuadros convulsivos o incluso inflamar sus vías aéreas.
6. Hazlo realizar gárgaras de agua salada
De manera tradicional, al agua salada se le ha asociado como una opción para mejorar el dolor de garganta, esto se debe a su propiedad antiséptica y calmante. Con respecto a esto, una publicación en la revista Public health sugiere que hacer gárgaras es útil para reducir la cantidad de virus en la garganta, en una etapa inicial de COVID.
Todo esto también la hace una opción interesante de remedio casero para la tos de tu hijo, ya que al combatir los virus y molestias en la garganta, la tos seca también mejorará.
Considera que este consejo no es apto para tu hijo si tiene menos de seis años. A los niños pequeños se les dificulta hacer gárgaras.
Otras alternativas para mejorar la tos nocturna en niños
Aparte de los consejos específicos que te hemos dado para combatir la tos seca y húmeda en los niños, debes saber que también hay opciones que siempre serán útiles como complemento al tratamiento médico en cualquier tipo de tos.
7. Mantén a tu hijo hidratado
Darle líquidos a tu hijo es clave, no solo para mejorar la tos, sino también para prevenir la deshidratación. La Academia Americana de Pediatría (AAP) señala que si hay tos ocasionada por un resfriado, el que tu pequeño esté bien hidratado hará que la mucosidad se diluya más y le sea más sencillo expulsarla.
Lo ideal es que le des agua a tu hijo, pero también puedes agregar jugos frescos a su dieta diaria.
8. Aplícale vapores medicinales
Uno de los más conocidos remedios caseros para tos y el resfriado común de las abuelas son los vapores medicinales. Y la verdad es que pueden ser muy útiles para calmar la tos nocturna de tu pequeño. En la publicación antes mencionada de Medical Archives señalan que una medida no farmacológica para el tratamiento de la tos húmeda es la inhalación de vapor de agua.
Para prepararla basta con poner a tibiar agua y colocarla en un recipiente, a esta agrega unas hojas o aceite esencial de eucalipto, el cual posee propiedades antibacterianas y antivirales.
Considera que este consejo solo vale si tu hijo es mayor de seis años y siempre debe estar bajo tu supervisión para evitar cualquier accidente.
9. Usa un purificador de aire
Los purificadores de aire son pequeños aparatos que se encargan de limpiar el ambiente de una habitación, por medio de un conjunto de filtros o de la emisión de iones negativos en el entorno.
Antes te comentamos que las partículas de polvo, polen o el humo del cigarrillo pueden causar alergias en los niños. Al usar un purificador de aire, puedes eliminar estas partículas, así como otras bacterias y microorganismos causantes de enfermedades, limpiando el aire de tu hogar y creando un entorno más saludable para tu hijo.
¿Cómo calmar la tos urgente en niños?
Hay varias situaciones que hacen que los niveles de preocupación de los padres se eleven, y una de ellas es si tu hijo tiene mucha tos y no puede dormir. Si temes que esto te suceda, te diremos que lo primero que debes hacer es no perder el control, porque si te pones nervioso, también lo hará tu hijo.
Lo siguiente es cerciorarte que la tos no tiene que ver con que tu pequeño se haya atragantado con algo, en cuyo caso deberás hacerle la maniobra de Heimlich y acudir a emergencias.
Pero, si no se trata de esto, puedes probar con alguna de las siguientes alternativas caseras para calmar ese ataque de tos de tu nene y ayudarlo a dormir.
10. Dale miel
La miel no solo sirve para endulzar, también puede ayudar a prevenir y calmar la tos en los niños. Un artículo en Canadian Family Physician indica que la miel puede reducir la secreción de moco y la tos. Sugieren que darle a tu nene una dosis diaria de 2.5 mililitros de miel antes de acostarse puede contribuir a combatir la tos.
Ten en cuenta que no le debes dar miel a un niño menor de un año, ya que puede contener esporas de Clostridium botulinum, una bacteria que causa botulismo infantil.
11. Prepárale una infusión
Si tu hijo es es mayor de 3 años, tiene mucha tos y no puede dormir, una infusión caliente puede ser de gran ayuda. Hay plantas con propiedades calmantes que harán que aclare su garganta de los picores y molestias que causa la tos, así como también ayudarlo a que expulse las mucosidades —en caso de que tenga una tos con flema— y respire mejor. Entre ellas se encuentran:
- Jengibre
- Tomillo
- Llantén
- Prímula
- Raíz de malvavisco
Si tu hijo tiene mucha tos y no puede dormir debido a una enfermedad diagnosticada, como por ejemplo el asma o la bronquitis, sigue de forma prioritaria el tratamiento dado por su pediatra.
¿Cuándo debes llevar a tu pequeño al médico?
A lo largo del artículo te hemos mencionado que la tos es un mecanismo natural tanto en el organismo de los niños como en el de los adultos. Cuando la tos nocturna es provocada por una gripe, suele pasar en un par de semanas y con cuidados en casa, como mantenerlo hidratado o limpiarle con frecuencia la nariz.
Ahora, es momento de llevarlo al médico a la brevedad si presenta otros síntomas aparte de la tos, tales como:
- Orina muy poco
- Llora de forma incontrolable
- Respira más rápido de lo normal
- Presenta diarrea o vómitos frecuentes
- Sus labios y rostro toman un color azulado
- Fiebre que no baja por dos días seguidos o más
La clave es estar atento al comportamiento de tu bebé. Como padre sabes qué tipo de llanto o acciones son normales en tu hijo y los que no. Asimismo, mantén la calma y no lo automediques, ya que hay jarabes para la tos en niños que pueden tener efectos secundarios. Dale solo los que su pediatra le recete, si lo considera necesario.
Bibliografía
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