El apego es un vínculo que se crea entre el bebé y sus cuidadores. Normalmente, la figura de apego se establece con los padres y, en mayor medida, suele darse con la madre. Por ello, este artículo trata sobre el apego seguro entre madre e hijo.
Los cuidadores tienen la función de encargarse de satisfacer las necesidades básicas del recién nacido. Por tanto, se puede decir que el apego es esencial para la supervivencia del ser humano, aunque no aparece en los primeros meses de vida del bebé.
En este sentido, cabe destacar que se requiere algo de tiempo (unos siete u ocho meses) para crear un lazo fuerte con el progenitor. Dicho lazo se consolida al final del primer año.
La teoría del apego
El psicólogo John Bowlby se dedicó a estudiar el desarrollo en la infancia, lo que le llevó a elaborar la teoría del apego. Esta se basa en la necesidad que todo niño tiene de mantener una relación afectiva, íntima y continua con una persona cercana que le proporcione protección y apoyo.
Según esta teoría, existen cuatro tipos de apego:
- El evitativo.
- El seguro.
- El ambivalente o de resistencia.
- El desorganizado o desorientado.
El apego seguro es el que hay que intentar establecer con un hijo, puesto que es el que garantiza que el niño se sienta querido y cuidado. Así, a medida que crece, logra desarrollar un buen concepto de sí mismo y de los demás. Además, al mantener esta relación afectiva, se pueden prevenir problemas futuros de salud física y mental.
“La teoría del apego es una forma de conceptualizar la propensión de los seres humanos a formar vínculos afectivos fuertes con los demás y de extender las diversas maneras de expresar emociones de angustia, depresión, enfado cuando son abandonados o viven una separación o pérdida.”
– John Bowlby –
El apego seguro en la infancia
El apego seguro hace referencia al vínculo afectivo fuerte y estable que se desarrolla entre una madre y un hijo. En el momento en el que se establece esta relación, el bebé busca continuamente la proximidad y el contacto con la figura de apego.
De hecho, en estos casos, cuando el niño tiene menos de un año y la madre desaparece de su vista y se separa de él, este empieza a protestar y a sentirse angustiado. Pero, tras los primeros doce meses de vida, dicha situación cambia.
El bebé aprende que, aunque su madre no esté con él en algunas situaciones, esta siempre volverá, de modo que empieza a buscar más autonomía e independencia. Excepto en los contexto que percibe como amenazantes, donde seguirá necesitando la presencia de la figura de apego para poder explorar el entorno. Esto ocurre porque la madre le proporciona seguridad y apoyo emocional.
Características del apego seguro
Una madre que quiera crear con su hijo una relación de apego seguro tiene que centrarse en cumplir las siguientes características:
- Proporcionar cariño incondicional.
- Actuar con sensibilidad y afecto.
- Mostrar disponibilidad permanente.
- Atender a las señales de demanda.
- Responder ante los diferentes estados emocionales.
Consecuencias del apego seguro
El hecho de establecer un estilo de apego seguro repercute también en la vida futura de la persona, concretamente, en sus relaciones sociales. Estos niños tienen un actitud positiva hacia los demás, mostrándose confiados y con ganas de conocer gente nueva.
Además, cuando son jóvenes o adultos, tienden a crear relaciones íntimas y duraderas, basadas en el amor, la empatía, el apoyo, el respeto mutuo y la confianza.
Por tanto, si pretendes criar a un hijo que se se desenvuelva perfectamente en la sociedad, debes asegurarte de proporcionarle todo tu cariño y ayuda desde el primer momento de su existencia.
En definitiva…
“Si queremos un niño independiente y seguro de sí mismo, deberemos intentar establecer una relación de apego seguro con él; lo que implica estar estar presentes y disponibles, entendiendo y atendiendo sus necesidades como tales.”
-Mariel Bonnefon-
Bibliografía
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- Bowlby, J. (1969). Attachment, Vol. 1 of Attachment and loss. New York: Basic Books.
- Delgado, A. O., & Oliva Delgado, A. (2004). Estado actual de la teoría del apego. Revista de Psiquiatría y Psicología del Niño y del Adolescente, 4(1), 65-81.
- López, C. y Ramírez, M. (2005). Apego. Revista Chilena de Medicina Familiar, 6(1).