La dishidrosis en niños, también conocida como eccema dishidrótico, es una enfermedad de la piel en la que se forman pequeñas ampollas en la palma de las manos y la planta de los pies. ¿Quieres saber más sobre este tema? ¡Sigue leyendo!
Las lesiones cutáneas suelen causar comezón y evolucionan en el tiempo hasta llegar a una fase descamativa. Si bien es una patología que resuelve de forma espontánea, debe ser abordada de manera rápida para no entorpecer la calidad de vida del niño y generar complicaciones en un futuro.
¿Por qué aparece la dishidrosis palmoplantar?
Durante muchos años, los expertos consideraron la obstrucción de los conductos sudoríparos como la causa principal de la dishidrosis durante muchos años. Esta teoría se fundamentaba en que la enfermedad suele ser más común durante los meses calurosos, es decir, en primavera y verano.
Sin embargo, algunas publicaciones recientes sugieren que se trata de un tipo específico de dermatitis llamado dermatitis espongiótica. Esto quiere decir que no guarda relación con las glándulas sudoríparas.
Posibles causas
Si bien aún no se ha determinado una causa única para esta afección, podría asociarse con otras afecciones cutáneas como la dermatitis atópica y ciertas alergias. También existen diversas situaciones que se plantearían como posibles agentes causales. Algunas de ellas son las siguientes:
- Infecciones bacterianas y fúngicas.
- Estrés emocional.
- Exposición a algunos metales.
- Dermatitis por contacto.
- Hiperhidrosis.
- Reacción a fármacos.
Es importante destacar que esta afección no solo se presenta en niños, sino también en adultos y, con mayor frecuencia, en adultos jóvenes, entre los 20 y 40 años. Sin embargo, en los infantes el prurito provoca molestias que imposibilitan la actividad diaria, los momentos de conciliar el sueño y alteran la calidad de vida.
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Síntomas de la dishidrosis en niños
La dishidrosis se caracteriza por una erupción de ampollas o vesículas no eritematosas, simétricas y pruriginosas. Las ampollas suelen aparecer en las palmas, las plantas o los laterales de los dedos y suele causar gran molestia en quien las padece, sobre todo en los niños.
En casos severos, las ampollas pueden romperse y drenar. La piel también se puede volver seca, por lo que aparecen fisuras que generan dolor. Las manos y ambos pies están involucrados de manera simétrica. Así, las lesiones tienen las siguientes características:
- Pequeñas.
- Planas.
- Pruriginosas.
- Redondas.
- Agrupadas en racimos.
La Academia Española de Dermatología y Venereología señala que se resuelve de manera espontánea al cabo de 2 a 3 semanas de la aparición del brote. Es por esto que, la dishidrosis no suele evolucionar a cuadros más graves o complicaciones.
Las complicaciones de la dishidrosis en niños son frecuentes, pero no suelen ser graves. Lo más común es que ocurra una infección secundaria de la piel, la cual se manifestará con pústulas, costras o enrojecimiento de la zona afectada.
Gravedad del cuadro de eccema dishidrótico
La dishidrosis es una manifestación de la superficie de la piel benigna y autolimitada en el tiempo. No obstante, la gravedad que puede presentar se diagnostica con la sintomatología del niño y con la intensidad de las vesículas que aparecen. De esta manera, es posible clasificarla de dos formas:
- Dishidrosis leve a moderada: no afecta a la totalidad de la superficie de las plantas de los pies ni de las palmas de las manos. Además, aparece un número reducido de vesículas, sin enrojecimiento en la zona. El niño no presenta molestia al respecto, no se queja de prurito, dolor ni ardor.
- Dishidrosis severa: afecta a toda la superficie palmar o plantar. A su vez, la picazón que padece el niño es muy intensa y le lleva a rascarse de manera constante y fuerte, lo que genera fisuras en la piel. También las vesículas tienden a ser grandes e incapacitan al infante a continuar con su actividad habitual.
El sueño puede encontrarse alterado en los niños que presentan intenso prurito. La sobreinfección bacteriana de las lesiones es un hallazgo frecuente. El contacto con detergentes, disolventes o agua puede agravar el cuadro clínico.
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Diagnóstico de la dishidrosis
Tanto un médico clínico como un médico dermatólogo pueden realizar el diagnóstico de la dishidrosis de acuerdo al examen visual de las lesiones y su localización. No existe ninguna prueba de laboratorio que permita hacer el diagnóstico preciso, por lo que se usan para descartar otras patologías.
Algunos especialistas pueden observar al microscopio un raspado de la piel para evaluar si se trata de una infección fúngica. Por su parte, es posible realizar la prueba del parche para descartar un proceso alérgico.
Diagnósticos diferenciales
En ocasiones se debe plantear un diagnóstico diferencial entre diferentes patologías, ya que este tipo de manifestación en la piel es común con otras enfermedades. Algunos de los diagnósticos diferenciales que se deben tener en cuenta son los siguientes:
- Dermatitis de contacto (irritativa o alérgica):. Consiste en una afección que suele aparecer posterior al contacto con un agente irritante. Los síntomas más comunes incluyen enrojecimiento, prurito y dolor.
- Dermatofitosis: Es una infección micótica de la piel causada por diferentes cepas de hongos y puede aparecer en cualquier parte del cuerpo.
- Psoriasis palmoplantar: Se trata de una afección autoinmune que afecta la palma de las manos y la planta de los pies. El síntoma cardinal en este caso es una placa o zona descamativa en las manos o los pies del niño.
- Dermatitis hiperqueratósica palmar: Se define como un tipo de dermatitis en el que existe un engrosamiento de la piel de la palma de las manos, sin que exista una exposición previa a un agente nocivo.
Tratamiento
Si bien la dishidrosis es una patología autolimitada, existen diversos tratamientos que permiten reducir la intensidad de los síntomas. No obstante, todos estos compuestos siempre deben usarse bajo la supervisión de un profesional. Algunos de los tratamientos disponibles incluyen los siguientes:
- Corticoides tópicos: el uso de cremas con corticosteroides ayuda a acelerar la desaparición de las ampollas. Además, pueden aliviar la inflamación y la comezón causada. El uso a largo plazo de estas cremas puede causar efectos no deseados, por lo que se debe tener precaución.
- Fototerapia: la exposición a luz ultravioleta, en combinación con otros medicamentos, suele ser efectivo para el tratamiento de la dishidrosis en niños. Un estudio experimental demostró que el tratamiento con luz LED UVA1 redujo la etapa vesicular de la enfermedad.
- Inmunosupresores tópicos: se tratan de una alternativa a los corticoides, sin embargo, aumentan la probabilidad de infecciones cutáneas. Algunos compuestos como el tacrolimus tienen la capacidad de reducir el área afectada y la gravedad en solo 2 semanas.
- Toxina botulínica: estas inyecciones suelen reservarse solo para los casos más graves de dishidrosis.
Consideraciones finales de la dishidrosis en niños
Es importante tener siempre en mente que se trata de una enfermedad inflamatoria y crónica que no suele revestir gravedad. Además, no es contagiosa y puede cursar con momentos de brotes y de remisión.
Lo recomendable es, ante cualquier signo o síntoma, acudir al médico especialista para que realice el diagnóstico correcto e indique las medidas específicas para seguir. De acuerdo a las manifestaciones clínicas al momento del examen visual, el médico indicará tratamientos tópicos o medidas más avanzadas.
Bibliografía
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