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¿El deseo sexual aumenta o disminuye en el embarazo?

8 minutos
El vaivén de hormonas, las nauseas, el vientre abultado, los pechos sensibles, el dolor de espalda y las preocupaciones por el bebé pueden aumentar o disminuir el deseo sexual durante el embarazo. ¡Te lo contamos!
¿El deseo sexual aumenta o disminuye en el embarazo?
Última actualización: 29 mayo, 2024

La gestación es una etapa de muchas transformaciones en la vida de la mujer. Los cambios, no solo son físicos, emocionales y mentales, sino que también influyen en la dinámica de pareja. El deseo sexual durante el embarazo puede modificarse y por eso es un aspecto que genera especial interés.

Los cambios hormonales y físicos pueden tener un impacto significativo en la libido de la mujer embarazada. Las preocupaciones por el bienestar del bebé y las molestias propias de este período también pueden influir en el deseo sexual, ya sea de forma positiva o negativa.

Es común que las futuras mamás tengan preguntas y dudas sobre cómo manejar esta faceta de su vida íntima. En este artículo, te contamos sobre los cambios en el deseo sexual durante cada trimestre del embarazo y te damos algunos consejos para que transites con confianza y bienestar esta nueva etapa.

Cambios en el deseo sexual durante el embarazo

Durante el embarazo, es común que las mujeres experimenten fluctuaciones en su deseo sexual. Esto puede atribuirse, en gran medida, a los cambios hormonales como el aumento de los niveles de estrógeno y progesterona, que así mismo puede afectar a la libido.

Además, los síntomas físicos y los cambios emocionales que acompañan al embarazo también pueden influir en el interés por la actividad sexual. Las molestias, incomodidades y temores, disminuyen las ganas de tener sexo, mientras que la plenitud del embarazo puede incrementarlas. Lo más habitual es que el deseo sexual fluya y cambie a medida que avanza la gestación: es normal que la libido aumente o disminuya. Todo depende de cada etapa y del estado general de la futura mamá.

Cada mujer es diferente y puede experimentar cambios en su deseo sexual de manera única a lo largo de su embarazo.

Más deseo

El aumento de los niveles de estrógeno y progesterona, el incremento del flujo sanguíneo y la sensibilidad en los senos y genitales son cambios que pueden contribuir a niveles más altos de excitación en algunas embarazadas. Incluso, para algunas mujeres, uno de los primeros signos de la gestación, no son las típicas náuseas matutinas o el dolor en los pechos, sino una inesperada elevación del deseo sexual.

Inapetencia sexual

También es normal experimentar una disminución en el deseo sexual, durante diferentes momentos del embarazo, incluso durante toda la gestación. La principal razón es no sentirse como siempre a la hora de ir a la cama.

Las molestias típicas de los primeros meses, como las náuseas y la fatiga, pueden impactar de manera negativa en la libido. A medida que avanza el embarazo, se suman factores como el estrés, la ansiedad y el aumento de peso, que pueden contribuir a la inapetencia sexual durante el embarazo.

Fluctuaciones del deseo sexual en los distintos trimestres del embarazo

Aunque el deseo sexual en el embarazo varía de una mujer a otra, los cambios hormonales, físicos y emocionales que ocurren a lo largo de la gestación pueden influir en las ganas de ir a la cama. Veamos lo que podrías esperar en cada trimestre.

Primer trimestre

Durante el primer trimestre del embarazo, suceden grandes modificaciones hormonales, pues el cuerpo se adapta para el desarrollo del bebé y la placenta. En esta etapa es común experimentar náuseas, vómitos, variaciones de humor y mucho cansancio. En algunas mujeres, estas incomodidades disminuyen el deseo sexual. Tener relaciones puede parecer más una tarea ardua que algo placentero.

Por el contrario, en otras mujeres, el principio del embarazo puede aumentar la libido. Los cambios hormonales, los senos más grandes y la mayor irrigación genital posibilitan el incremento del deseo. A menudo, en este momento todavía no hay mucha barriga visible, lo que hace que la mayoría de las posiciones sexuales sigan siendo cómodas y seguras. Además, no tener que preocuparse por usar métodos anticonceptivos puede ser liberador y emocionante.

Segundo trimestre

Durante el segundo trimestre del embarazo, las molestias características del comienzo disminuyen y aún no se presentan las limitaciones físicas propias del final. Con más comodidad y menos malestares, es común que el interés por el sexo aumente. Por esta razón, este período puede sentirse como una nueva luna de miel para la vida sexual.

Las nuevas curvas, el incremento en el tamaño y la sensibilidad de los pechos, junto con la mayor vascularización de la vulva y la vagina, pueden favorecer el aumento del deseo y la búsqueda de placer. Además, es posible que los orgasmos sean más intensos o múltiples.

La embarazada suele sentirse mejor y más cómoda en el segundo trimestre, lo que incrementa el interés y el disfrute sexual.

Tercer trimestre

En el último tramo del embarazo, el útero se expande y el bebé crece. Esto suele provocar molestias físicas como dolor de espalda, acidez estomacal y dificultad para dormir. Estos síntomas pueden afectar el deseo sexual y la comodidad durante las relaciones íntimas. Además, la ansiedad sobre el parto y la llegada del bebé pueden ocupar la mente de la mujer, y provocar la disminución del interés en el sexo. Según una investigación bibliografíca de The journal of sex research,  la actividad sexual tiende a disminuir a medida que la gestación avanza.

El temor a acelerar el momento del nacimiento puede ser un impedimento para pensar en ir a la cama en las últimas semanas. Existen teorías que respaldan el sexo como técnica para iniciar el parto, aunque hace falta más evidencia. Una investigación publicada en Sexual Medicine señala que en mujeres con embarazos únicos y de bajo riesgo, las relaciones sexuales a término del proceso de gestación, no aumentan de manera significativa el riesgo de parto espontaneo.

La estimulación del pezón y el orgasmo liberan la hormona oxitocina, lo que podría motivar el parto vaginal. Las prostaglandinas en el semen también pueden ayudar a madurar el cuello uterino, al suavizarlo para que se estire. Sin embargo, no hay necesidad de preocuparse: el parto comenzará cuando el cuerpo esté listo, haya sexo o no. Asimismo, la autoestima de la mujer puede fluctuar durante el embarazo. Los estudios revelan que las embarazadas tienen una autoestima más baja en el segundo trimestre y la percepción de la imagen corporal puede empeorar en el tercer trimestre.

No estar a gusto con el propio cuerpo, sentir el abdomen muy pronunciado, tener molestias o estar incómoda durante el acto sexual contribuyen a disminuir el deseo sexual en esta etapa final.

De todos modos, no todas las mujeres experimentan el final del embarazo de esta manera. Algunas se sienten más atractivas y con más ganas de tener sexo.

¿Es seguro tener relaciones sexuales durante el embarazo?

En general, las relaciones sexuales durante el embarazo son seguras, a menos que existan ciertos problemas médicos específicos. Ante la duda, es importante que consultes a tu ginecólogo si existe alguna razón para abstenerse.

Estas son algunas situaciones por las que tu doctor podría indicar que evites el sexo:

  • Tienes antecedentes o amenaza de parto prematuro.
  • Has roto fuente o tienes una fuga de líquido inexplicable.
  • Tienes un cuello uterino incompetente (se abre de forma prematura).
  • Experimentas sangrado durante o después de las relaciones sexuales.
  • Tienes placenta previa (la placenta cubre parte o todo el cuello uterino).
Es fundamental seguir las recomendaciones de tu médico y comunicarle cualquier inquietud relacionada con la actividad sexual durante el embarazo.

Si no hay impedimentos, las relaciones sexuales durante el embarazo ayudan a mantener la cercanía afectiva de la pareja. Además, brindan seguridad y confianza a la madre, quien sigue siendo atractiva y capaz de continuar con su rol amoroso.


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Consejos para afrontar los cambios en el deseo sexual durante el embarazo

Ya sea que te sientas con muchas ganas de tener sexo o que no quieras saber nada sobre la idea de ir a la cama, hay muchas cosas que puedes hacer para manejar las fluctuaciones de deseo sexual que ocurren en el embarazo. Ponerlas en práctica ayudarán a que, tanto tú como tu pareja, se sientan mejor en esta etapa:

  • Explorar otras formas de intimidad: el sexo no se limita a la penetración. Abrazos, masajes, besos y el enfoque en la conexión emocional pueden ser muy gratificantes durante el embarazo.
  • Aceptación: no te juzgues por los cambios en el deseo sexual durante la gestación. Es una etapa de la vida llena de transformaciones físicas y emocionales a las que te puedes adaptar sin frustraciones.
  • Comunicación abierta: habla con tu pareja sobre tus necesidades y preocupaciones sexuales. La comunicación honesta puede ayudar a mantener una conexión íntima durante el embarazo y encontrar soluciones juntos.
  • Masturbación: la autoestimulación puede ser una forma relajante y placentera de explorar los cambios en tu cuerpo durante el embarazo. Además, puede ayudar a distraer la atención de síntomas desagradables como las náuseas matutinas o el dolor de espalda.
  • Probar diferentes posiciones sexuales: experimenta con posiciones que sean cómodas y seguras para ti y tu bebé . Además, evita aquellas que ejerzan presión sobre tu vientre. Colocarte de costado, en cuatro patas o arriba de tu pareja, puede ser más confortable durante el embarazo.

Recuerda que cada embarazo es único y lo más importante es escuchar a tu cuerpo y priorizar tu bienestar y el de tu bebé. No fuerces la actividad sexual si no te sientes cómoda.

Si tienes alguna preocupación o necesitas apoyo adicional, no dudes en hablar con tu médico.

Sensaciones que van y vienen

El deseo sexual durante el embarazo varía de una mujer a otra e incluso fluctúa en los diferentes trimestres. La libido puede aumentar, debido a los cambios hormonales y físicos o disminuir por los síntomas corporales y emocionales. Si tienes muchas ganas de hacer el amor, aprovecha la ocasión y disfruta de tu cuerpo. Si por el contrario, no te apetece tener sexo, habla con tu pareja y prioriza tu bienestar y el de tu bebé, sin presiones. Prestar atención a tus sensaciones y adaptarte  a los cambios que experimentas, te ayudará a disfrutar de esta etapa.


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Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.