Cómo enseñar a mi bebé a dormir solo

Comenzar el entrenamiento de sueño de tu bebé puede ser un desafío, pero con los métodos adecuados, la transición será mucho más sencilla. ¡Descubre los más conocidos!

Cómo enseñar a mi bebé a dormir solo

Enseñar a tu bebé a dormir solo es un paso importante para su desarrollo. Al principio, es normal sentir ansiedad al pensar en cómo hacer que este proceso sea lo más sencillo posible para ambos. Preguntas como: «¿llorará mucho?», «¿tendré que levantarme en medio de la noche más de lo que me gustaría?», o «¿se acostumbrará a estar en su cuarto sin mi compañía?» pueden surgir y generar inquietud. Sin embargo, esta etapa es natural y necesaria para su bienestar.

Lo primero que debes recordar es mantener la calma y confiar en que, con paciencia, cariño y las estrategias adecuadas, puedes ayudar a tu hijo a disfrutar de noches tranquilas. Aunque no existe un método universal para lograr este objetivo, los enfoques que te presentamos a continuación podrían ayudarte. ¡Descúbrelos!

¿Cómo empezar la transición a una habitación propia?

Dado este contexto, puede que te preguntes cuál es la edad ideal para mudar a tu bebé a su propia habitación. Según la Academia Americana de Pediatría (AAP), puedes hacerlo después de los 6 meses. Esto se debe a que, en los primeros meses de vida, dormir en su propia cuna, pero cerca de la cama de los padres, ayuda a reducir hasta un 50 % el riesgo de muerte súbita del lactante (SIDS).

Una vez que, tanto los padres como el bebé, se sientan preparados es posible iniciar el proceso de dormir solo en una habitación separada.

1. Hazlo tomar siestas en su habitación

Para que tu bebé se acostumbre a su nueva habitación, es recomendable que comiences haciendo que tome al menos una siesta diaria en su cuna, uno o dos meses antes de la transición nocturna. Esto le permitirá familiarizarse con el entorno durante el día, cuando la transición suele ser menos estresante.

Puedes comenzar poniéndolo en su cuna cuando esté somnoliento pero aún despierto, siguiendo su rutina de siesta habitual. Mantén la habitación en condiciones similares a las de la noche, como la oscuridad y el uso de una máquina de ruido blanco, si la utilizas.

A medida que se sienta más cómodo, su dormitorio se convertirá en un espacio familiar y seguro para él. De esta manera, cuando llegue el momento de la transición, ya habrá desarrollado una conexión positiva con su nuevo entorno de sueño.

2. Realicen actividades juntos en su nueva habitación

El cambio a una nueva habitación puede ser estresante tanto para el bebé como para los padres. Para facilitar la transición, haz que pase ratos cortos en ella durante el día. Por ejemplo, puedes cambiarle los pañales, vestirlo y jugar en el suelo. De esta manera, podrá explorar su entorno y sentirse seguro en él.

3. Empieza la rutina de antes de acostarse en su habitación

Tres o cuatro noches anteriores a la transición completa a la nueva habitación, comienza la rutina de acostarlo en ella. Después, llévalo a tu habitación como de costumbre. Este enfoque gradual ayudará a que perciba su nuevo dormitorio como un lugar seguro donde puede acurrucarse y prepararse para dormir.

No empieces durante una etapa complicada de su desarrollo

Recuerda que no es recomendable iniciar el adiestramiento del sueño durante otros momentos de transición importantes. Si tu bebé acaba de comenzar la guardería, ha cambiado de hogar o está en plena etapa de dentición, es mejor esperar a que estas situaciones se estabilicen antes de continuar con el proceso. Forzarlo durante estos episodios puede dificultarlo.

Técnicas de entrenamiento del sueño

El entrenamiento del sueño consiste en lograr que tu hijo duerma sin depender de ciertos hábitos, como mecerlo, leerle cuentos, darle el biberón o un chupón; y a que retome el descanso si se despierta durante la noche. Comenzar este proceso cuando tu bebé tenga 6 meses puede resultar más sencillo, pues a esa edad desarrolla ciclos de sueño regulares. Además, empieza a distinguir entre el día y la noche, lo que le permite dormir por períodos más largos.

Lo ideal es consultar al pediatra o a una asesora de sueño infantil antes de comenzar el proceso de enseñar a tu bebé a dormir solo. Pero puedes probar algunos de estos métodos para ayudar a tu bebé a desarrollar habilidades de sueño independiente de manera gradual y efectiva. Recuerda, no todos los procesos son lineales y es posible que enfrentes retrocesos o momentos difíciles, pero con paciencia y constancia tu bebé aprenderá a dormir solo.

1. Método fading

El método fading es una técnica diseñada para ajustar el ritmo circadiano de los bebés y ayudarlos a conciliar el sueño sin depender de la presencia constante de sus padres. Este enfoque se basa en observar las señales de sueño de tu bebé y ajustar su horario para encontrar el momento ideal para que se acueste.

Es útil para niños que tienden a acostarse tarde o que experimentan despertares frecuentes durante la noche.

El primer paso es identificar la hora natural en la que tu hijo comienza a mostrar señales de sueño. Luego, deberás acostarlo en la cuna 30 minutos más tarde, cuando esté somnoliento, pero aún despierto. Conforme vayan pasando las noches, adelanta 15 minutos hasta alcanzar el horario deseado. El objetivo de esto es lograr que asocie la cuna con el lugar donde descansará.

Durante esta transición, es posible que tu bebé llore. Sin embargo, el fading permite consolarlo por momentos breves para que no se sienta solo o asustado. Es importante calmarlo sin mecerlo para que aprenda a no depender de tus brazos, y siempre regresarlo a su cuna antes de que se quede dormido.

A medida que avanzan los días, reduce la duración de estas intervenciones hasta que tu bebé aprenda a calmarse solo. El objetivo es que, poco a poco, tu presencia se vuelva innecesaria en la habitación.

2. Método Ferber

¿No te gustaría dejar llorar a tu hijo sin prestarle atención y consolarle? El método Ferber, conocido como «control y consuelo», es una técnica popular para enseñar a tu bebé a dormir solo de manera progresiva. Este enfoque reduce la dependencia con los padres a la hora de dormir y lo ayuda a desarrollar la habilidad de auto-calmarse.

El proceso comienza poniendo al niño en la cuna cuando esté somnoliento. Una vez acostado, dale las buenas noches y sal de la habitación. Luego, en caso de que llore, regresa a la habitación en intervalos: primero a los tres minutos, luego a los cinco, después a los diez, y así de manera sucesiva. Durante ese lapso, puedes decirle frases tranquilizadoras, pero evita entretenerte demasiado. Tampoco lo toques ni lo levantes.

Cada noche, alarga el tiempo entre los intervalos. Esto le enseñará a tu pequeño que siempre estás ahí para apoyarlo, pero también le permite aprender a calmarse y dormirse sin tu ayuda directa. Algunos responden bien a estos controles cronometrados, mientras que otros pueden alterarse al ver a sus padres ir y venir.

Por lo general, este plan se sigue durante una semana. A medida que pasan los días, tu bebé aprenderá a calmarse por sí mismo y a dormirse sin depender de la presencia constante de sus cuidadores.

3. Método Weissbluth

El método Weissbluth, que consiste en acostar a tu bebé y permitirle llorar hasta que se duerma por sí solo, fue durante mucho tiempo una técnica de extinción conductual utilizada para entrenar el sueño. Se consideraba útil para aquellos niños que se resistían al cambio o para los padres que buscaban una solución rápida. Sin embargo, hoy en día, este enfoque ya no se recomienda debido a las preocupaciones sobre el estrés que puede causar en los bebés.

Existen opiniones divididas sobre su uso. Según un estudio publicado en el Journal of Developmental & Behavioral Pediatrics, la extinción conductual ha demostrado ser efectiva para reducir los problemas a la hora de dormir y los despertares nocturnos sin perjudica el desarrollo socioemocional del niño. Sin embargo, otros autores exponen que su uso eleva los niveles de cortisol del lactante.

En su momento, el método Weissbluth se aplicaba siguiendo una rutina nocturna consistente, acostando al bebé somnoliento pero despierto, y sin regresar a su habitación hasta la mañana siguiente, incluso si lloraba o se despertaba en la noche. El objetivo era que el bebé aprendiera a calmarse y dormirse solo, sin intervención externa.

Aunque en el pasado este enfoque fue muy utilizado, hoy en día los especialistas sugieren optar por métodos que generen menos estrés en los bebés. Es importante recordar que la seguridad emocional y física del niño debe ser una prioridad, y existen alternativas más suaves que pueden ayudar al bebé a aprender a dormir solo de manera gradual y sin causar angustia innecesaria.

Otras recomendaciones para lograr que tu hijo duerma solo

Además de las técnicas de entrenamiento del sueño, existen otras estrategias que puedes incorporar para ayudar a tu niño a relajarse y entender que ha llegado el momento de aprender a dormir solo. Te presentamos algunas de ellas.

Establece una rutina de sueño

Preparar al bebé para irse a la cama es tan importante como el propio entrenamiento para dormir. Por eso, crear una rutina es clave. Cuando lo haces, empieza a reconocer lo que está a punto de ocurrir. Prueba implementar actividades relajantes, como darle un masaje Shantala, bañarlo con agua tibia, cambiarle su pañal y ponerle su pijama. Esto ayudará a tu hijo a asociar cada una de esas acciones con la relajación y el descanso nocturno.

Es fundamental que en este proceso seas constante con los horarios, de ese modo, el aprendizaje será más sencillo para tu niño. Por esta razón, si estableces la rutina a las 19h00 todos los días, el cuerpo de tu bebé comenzará a anticipar el sueño a esa hora. Según una publicación de Sleep, los niños que siguen una rutina antes de acostarse tienden a despertar menos durante la noche.

La previsibilidad de cada acción permite que su reloj biológico se regule, lo que reduce su necesidad de estímulos externos para conciliar el sueño y le enseña a relajarse de forma natural.

Acuéstalo en su cuna cuando esté somnoliento

Como lo manifestamos en las técnicas anteriores, colocar a tu bebé en su cuna cuando está somnoliento es un paso clave para que aprenda a dormirse solo. Este cambio en la rutina le enseña a no depender de ser mecido para conciliar el sueño.

Un error común en esta transición es esperar a que se haya dormido para dejarlo solo, ya que puede que se despierte y llore pidiendo tus brazos. Aunque es natural querer calmarlo, es importante que tu hijo aprenda a relajarse sin ti.

Al principio, puede que necesite un tiempo de adaptación, pero pronto desarrollará esta habilidad sin asistencia. Estar atenta a las señales de cansancio, como bostezos, frotarse los ojos o estar más tranquilo de lo habitual, te ayudará a identificar el momento ideal para acostarlo en su cuna, permitiéndole dormirse sin luchar.

Permanece junto al bebé hasta que se duerma y aléjate poco a poco

Durante los primeros días, quedarte cerca de tu bebé mientras se relaja para dormir puede ser una estrategia efectiva para brindarle la seguridad que necesita durante este proceso de aprendizaje. Sentarte junto a su cuna con una actitud serena y tranquila le enseñará a dormirse sin depender de tu contacto directo.

Una manera para facilitar este aprendizaje es el método de la silla. Este enfoque, ideal para bebés mayores, es cómodo para los padres que desean evitar llantos prolongados. Consiste en sentarte junto a la cuna hasta que tu hijo se duerma, sin levantarlo. Cada noche, empieza a alejar la silla un poco más hasta que estés cerca de la puerta y, finalmente, fuera de la habitación.

Al llegar a este punto, tu bebé debería ser capaz de dormirse solo, sabiendo que estás cerca pero sin necesitar tu presencia directa para conciliar el sueño.

No te apresures en ir a calmarlo si escuchas que llora

Es importante no reaccionar de inmediato ante todos los sonidos que haga tu pequeño durante la noche. Los bebés pueden ser ruidosos mientras duermen, emitiendo gruñidos, balbuceos o pequeños quejidos que no necesariamente significan que están despiertos o necesitan ayuda. En lugar de apresurarte a calmarlo en cuanto escuches un llanto leve, dale la oportunidad de intentar tranquilizarse por sí mismo.

Esta pausa permite que tu bebé aprenda a gestionar sus propios despertares. Al no intervenir de inmediato, le estás enseñando a calmarse, una capacidad que es fundamental para su independencia en el sueño.

Los monitores e intercomunicadores para bebés pueden ser útiles para brindarte seguridad y permitirte observar que tu pequeño está bien. Ten en cuenta que es natural que el bebé se mueva o emita sonidos durante su ciclo de sueño.

La paciencia y constancia son claves en este proceso

Como padres, uno de los mayores retos que enfrentamos es lograr que nuestros hijos duerman sin depender de nuestra intervención. Al mismo tiempo, también es difícil acostumbrarnos a no tenerlos cerca, ya sea en su moisés o cuna, durante la noche.

Ten en cuenta que el entorno en el que duerme tu nene juega un papel determinante en su capacidad para descansar bien. Es necesario que el dormitorio sea silencioso, oscuro y mantenga una temperatura confortable. Las cortinas gruesas o blackout son una excelente opción para bloquear cualquier fuente de luz exterior. Por otro lado, si los sonidos externos son un problema, considera utilizar una máquina de ruido blanco, esta puede ayudar a mejorar su calidad del sueño.

El camino para enseñar a tu bebé a dormir solo es un proceso gradual y único para cada pequeño. Mientras algunos logran adaptarse con rapidez, otros necesitarán más tiempo y paciencia. Lo importante es mantener la calma y ser constante, incluso cuando ocurran regresiones, ya que son normales.

Bibliografía

Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.

Scroll al inicio