Una carta para dar las gracias al hombre que me convirtió en madre soltera

Revisado y aprobado por la psicóloga María Alejandra Castro Arbeláez.

Escrito por Valeria Sabater

Última actualización: 15 abril, 2020

Esta es una historia real sobre una madre soltera, pero a la vez, es también una historia cualquiera. Habla de una joven universitaria, como muchas otras, centrada en ese presente desenfadado y lúdico, en ese “aquí y ahora” donde una lo espera todo de la vida… menos la maternidad. Sin embargo, algo que en un principio pudo parecer traumático, se convirtió sin duda en lo mejor de su existencia.

Este relato forma parte de una carta que logró ser viral hace un tiempo en todas las redes sociales. En ella, se ofrecen unas pinceladas básicas de ese complejo mundo emocional al que se ven sometidas muchas jóvenes cuando, tras una relación con alguien, quedan embarazadas y abandonadas al mismo tiempo.

Sin embargo, estas historias de vida tan comunes y a la vez cercanas, nos traen sin duda grandes enseñanzas. Porque el destino, a veces, juega con nosotros para obligarnos a ser fuertes, y a descubrir que lo que en un principio parece el fin del mundo, es el umbral a la experiencia más maravillosa.

En “Eres Mamá” te hablamos de ello.

Me abandonaste, y sin embargo, me diste muchas cosas

Puede que no fuera amor o puede, quizá, que fuera el amor de su vida. Los encuentros suceden, las atracciones nos hacen sentirnos vivos, y amar es algo intenso, eso a lo que nadie suele negarse cuando se tienen 19 años.

La protagonista de esta historia conoció a su pareja en una fiesta universitaria, y la suya, fue una relación también como la de muchos jóvenes en esta época en la que, tras pasar 3 años juntos, uno llega a pensar que es “amor verdadero, amor eterno”. Sin embargo, no fue este su caso. Porque tras quedar embarazada fue inmediatamente abandonada.

Sin embargo, por una decisión propia, una decisión libre, meditada y a la vez valiente, dijo sí a seguir con el embarazo a pesar de todo.

Gracias por irte cuando te dije que estaba embarazada

Cuando una mujer queda embarazada sin desearlo y toma la decisión de seguir adelante, la responsabilidad es enteramente suya, y ella lo sabe. No importa que la hayan abandonado. No importa que su corazón esté roto y hecho añicos: porque en su interior está creciendo uno nuevo.

• La joven de nuestra historia agradece que la persona que la dejó tras quedar embarazada, eligiera seguir con su vida. Al fin y al cabo… ¿qué utilidad habría tenido en la vida de la niña alguien con este perfil? Ninguno.

• Él decidió continuar con sus fiestas, sus relaciones, sus noches de alcohol y su despreocupación.

• Ella se sintió dolida por ello, pero solo un tiempo, solo unos meses. Más tarde se dio cuenta que existía un amor mucho más puro, eterno, sin fisuras y maravilloso: el de ser madre.

Gracias por forzarme a crecer

Nuestra protagonista se vio obligada a dejar su estilo de vida para calzarse otras rutinas, otras obligaciones e incluso otros mapas. Dejó su universidad para volver a su casa familiar, dejó las fiestas, sus amigos y su mundo intenso, y colorido para buscar un trabajo, para tomar conciencia de sus auténticas prioridades.

Fue ese el momento en que descubrió de nuevo, cuántas cosas le debía al hombre que la dejó después de 3 años de relación.

• Gracias por permitirme entender que un Whisky con Coca Cola es el trago de mi pasado y que los jugos naturales son mi futuro.

• Gracias por hacer que entienda que escuchar a una pequeña niña hablarme siempre será mejor que el sonido de un DJ en una fiesta universitaria.

• Gracias por enseñarme que miles de pañales sucios son más preferibles a despertarte solo y con el vómito de la noche anterior

Ser madre soltera es uno de los mejores logros para una mujer

Ser madre soltera nos puede ayudar a comprender y a descubrir todo de lo que somos capaces: eres madre y eres padre a la vez. Se sufre, se llora a escondidas y es común llegar a pensar que no vamos a poder con todo, y sin embargo, como la protagonista de esta historia, se consigue, se logra, se vence.

Es normal añorar la vida de antes, los días en que solo cabían las preocupaciones por los exámenes, por lograr una cita con el chico que nos atrae, por proyectar un futuro acorde a nuestro sueños o por organizar una fiesta inolvidable.

Ser madre soltera a los 19, a los 15 o a los 17 puede ser duro a veces, pero todo se supera, todo se logra y nadie puede quitarles toda la experiencia y sabiduría adquirida, esa que en ocasiones, una mujer a los 30 puede no haber descubierto aún.