6 tipos de disciplina que puedes aplicar con tu hijo

Tener en claro qué valores quieres transmitir a tus hijos es clave para poder elegir qué tipo de disciplina quieres aplicar. Pero ¿sabías que existen variados tipos de disciplina? Conócelos a continuación.

Tipos de disciplina que puedes aplicar con tu hijo

¿Qué es lo primero que se te ocurre cuando piensas en la disciplina con los niños? Quizás imaginas que la disciplina es sinónimo de castigo o de autoritarismo. O bien, que disciplina y afecto no son compatibles. Pero ¿sabías que existen varios tipos de disciplina?

Así es. La disciplina se trata de aprendizaje, de constancia y de educación. Con límites establecidos desde el afecto y la responsabilidad, sin necesidad de acudir a la violencia. Desde este enfoque, puedes encontrar estrategias para trabajar la disciplina con tus hijos.

Conociendo más sobre la disciplina

Existen distintas formas en las que puedes interactuar con tus hijos. En uno de los extremos, se encuentra una disciplina autoritaria, que deja por fuera cualquier deseo o emoción del niño, quien solo debe obedecer a sus padres. Aquí los chicos tienen un nulo margen para explorar y actuar, ya que solo se trata de cumplir órdenes.

Del otro lado, está la disciplina permisiva. Aquella en la que se permite que los niños dominen, todo es un sí, sin siquiera pensar si los chicos tienen la madurez o la capacidad de ejecutar dicho plan.

Sin lugar a dudas, ser autoritarios o ser permisivos también moldea un tipo de comportamiento en los niños en el presente y en el futuro. Estas respuestas pueden ser de ansiedad, de temor, inseguridad al tomar decisiones, complacencia, entre otras.

Quizás incluso, estas ideas anteriores de disciplina sean erradas y, por esa mala prensa, es que hoy algunas corrientes prefieren enfatizar en algún «agregado». Por ejemplo, disciplina o crianza positiva.

Según Payne y Siegel (2015), la disciplina – lejos del castigo – es la muestra de afecto e interés más grande que los padres pueden tener con sus hijos. Se trata de educar con límites, manteniendo una conexión emocional con los niños, ayudándolos en su camino del crecimiento.

El objetivo es que sean capaces de desarrollar su autonomía y tomar buenas decisiones. Pero no para evitar el castigo, sino porque comprenden qué es lo más conveniente para ellos y sus relaciones. 

¿Cuáles son los tipos de disciplina que existen?

Algunos de los mejores consejos sobre disciplina que puedes tomar en cuenta para educar a tu hijo y lograr que se forme como una persona íntegra que toma buenas decisiones son las siguientes.

1. Encontrar la zona emocional de calma

Cuando los chicos están enojados y en situación de «berrinche», en realidad lo que sucede es que aún no cuentan con las herramientas para poder resolver su conflicto de otra forma. En este sentido, como adulto, debes ayudarlos, ser un mediador e intérprete de sus emociones.

Por eso, lejos de enojarte y gritar, puedes invitarlos a un rincón de su habitación en donde tengan algunos de sus juguetes favoritos o donde puedan encontrar algo de calma.

Incluso, puedes hacerles compañía y guiarlos hasta encontrar la armonía, cantándoles, indicándoles que respiren, etc. Para que esta técnica funcione es importante explicársela antes, así los ayudas a entender su enojo.

2. Valorar el proceso, no solo el resultado

Reconocer los logros es una de las principales necesidades emocionales de los niños. Por eso, felicítalos cada vez que consigan mejorar en algo. Y cuando no alcancen el resultado esperado, puedes validar su esfuerzo y su intención.

Por ejemplo, a un niño que lleva varios días practicando el equilibrio en su bicicleta, puedes decirle: «¡Qué felicidad! ¡Hoy lo lograste después de tanto esfuerzo!»

3. Establecer reglas y límites

Si esperas que tu hijo se comporte de una forma, debes comunicarle las reglas y las consecuencias de no cumplirlas. Lo mejor es construirlas juntos y explicarles para qué sirven. La idea es que los niños puedan entender su importancia y que eviten pensar que se trata de un capricho o una imposición.

Por ejemplo, puedes llegar a un acuerdo con él o ella y decirle «sabes que una vez que terminas de ordenar tu habitación, puedes salir a jugar». 

4. Formular tus indicaciones en positivo

Si quieres que tu hijo actúe, debes señalarle el camino. Por ejemplo, en lugar de decirle «no dejes tus juguetes tirados por ahí», es conveniente decirle «guarda tus juguetes en el lugar que corresponde».

5. Anticipar escenarios

Si tu hijo tiene varias tareas por delante en el día, puedes ir hablando con él para que las vaya teniendo en mente. De este modo, no será una sorpresa y será más fácil que pueda prepararse y gestionar sus emociones.

6. Hablar de sus emociones

Cada vez que tu hijo se sienta enojado, frustrado o cansado, es posible que te encuentres con una negativa a que cumpla con determinada orden, como cuando tiene que hacer las tareas. En ese caso, es conveniente que empatices con él y piensen en una solución.

Intenta decirle «sé que estás cansado y preferirías ir a jugar en lugar de hacer tareas. A mí también me sucede, a veces quisiera quedarme en casa en lugar de salir a trabajar. Sin embargo, es importante hacerlo para que puedas cumplir con los otros y para que puedas desligarte de la tarea cuanto antes».

¿Cuál es la mejor forma de disciplinar a mi hijo?

Sin lugar a dudas, la mejor forma de imponer un tipo de disciplina con un hijo es por medio de una estrategia basada en el respeto, en la validación de emociones y en la paciencia. Ninguna en donde los gritos y la violencia sean moneda corriente.

Nadie duda de que eres una persona, quien también tiene otros asuntos que le preocupan, y que a veces «reaccionas». Pero sí es importante aprender a tomar conciencia de tus propios límites y «alertas» para que puedas aprender a frenar antes.

La disciplina también es cuidado

Quizás ya haya quedado claro que la disciplina es una muestra de interés y de responsabilidad. Vale la pena destacar que para poder aplicar la disciplina positiva, es importante hacerlo desde la calma. Esto, con los tiempos que corren, parece un imposible.

Sin embargo, requiere de un primer paso de autocuidado, procurar pedir ayuda si te sientes sobrepasado, buscar espacios propios de ocio, procurar el descanso. De esta manera, cada vez que actúes con tus hijos, no lo harás desde el estrés acumulado.

Por supuesto, hay días que son mejores y peores, y que resulta más o menos difícil. Actuar desde este tipo de propuesta también requiere de tiempo, de paciencia, es una prueba y error, que irás corrigiendo en la medida que seas consciente del camino que quieres recorrer y que aceptes aprender aquellas cosas que quieres cambiar.

Bibliografía

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  • Bilbao, A. (2015). El cerebro del niño explicado a los padres. Barcelona: Plataforma.
  • Capano, Álvaro, & Ubach, Andrea. (2013). Estilos parentales, parentalidad positiva y formación de padres.. Ciencias Psicológicas7(1), 83-95. Recuperado en 21 de mayo de 2023, de http://www.scielo.edu.uy/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1688-42212013000100008&lng=es&tlng=es.
  • Nerín, N. F., Nieto, M. Á. P., & de Dios Pérez, M. J. (2014). Relación entre los estilos de crianza parental y el desarrollo de ansiedad y conductas disruptivas en niños de 3 a 6 años. Revista de Psicología Clínica con niños y adolescentes1(2), 149-156.
  • Siegel, D y Payne, T. (2015). Disciplina sin lágrimas: una guía imprescindible para orientar y alimentar el desarrollo mental de tu hijo. Madrid, España
  • Siegel, D y Payne, T. (2010). El cerebro del niño: 12 estrategias revolucionarias para cultivar la mente en desarrollo de tu hijo. Madrid, España.
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