3 técnicas para poner límites sin castigar a los hijos

Poner límites a los hijos es una forma de demostrarles amor. Para establecerlos, los padres pueden utilizar diferentes estrategias y técnicas sin necesidad de optar por el castigo.
3 técnicas para poner límites sin castigar a los hijos
María Matilde

Escrito y verificado por la pedagoga María Matilde.

Última actualización: 04 agosto, 2020

La educación de los hijos es una tarea maravillosa y, a la vez, complicada. El objetivo de cualquier padre y madre es poder educar a sus hijos con amor y cariño, y establecer los límites adecuados para que los niños crezcan y maduren correctamente, y puedan desenvolverse en la sociedad.

En este sentido, pueden ser de gran ayuda las siguientes técnicas para poner límites sin castigar a los hijos; tres recursos útiles para educar a los niños sin recurrir a los gritos y a las prohibiciones.

¿Qué entendemos por poner límites a los hijos?

A medida que los niños crecen, es necesario que aprendan rutinas y hábitos, y que, progresivamente, aprendan reglas respecto de la vida cotidiana y de su relación con los demás.

Así, la principal razón por la que son necesarios los límites es para que los pequeños aprendan un orden fundamental para su futuro. La vida adulta y la vida laboral y profesional discurre bajo determinadas reglas y códigos que son necesarios aprender desde que uno comienza a madurar.

Niño triste poniéndole quejas a todo.

Con lo cual, es fundamental educar a los hijos con todo el amor posible. Pero educarlos poniéndoles límites razonables también es demostrarles mucho amor. Porque los límites le permiten a un niño ser libre, pero, a la vez, aprender sobre sus obligaciones. Los límites enseñan a los niños a relacionarse de forma respetuosa con el otro y enseñan qué está bien o permitido y qué no; y qué es bueno para ellos y qué no.

Por lo tanto, los límites son la estrategia por excelencia para educar a los hijos y enseñarles valores como el respeto, la responsabilidad, la solidaridad y la tolerancia, la disciplina y la constancia. Poner límites es una manera de proporcionar a los hijos las herramientas necesarias para enfrentarse a su futuro y que puedan convertirse en personas adultas íntegras y de provecho.

¿Por qué no es bueno castigar para poner límites?

Si hemos dicho que ponerles límites a los hijos es la estrategia fundamental para educarlos, es coherente remarcar que el castigo no es para nada una buena opción. Privar o prohibir para lograr que un niño cambie una actitud o comportamiento no ayudará a conseguirlo.

Frente a un castigo, los niños interiorizan la rabia y la frustración que ese castigo les significa, pero rara vez se pararán a pensar o a reflexionar sobre el porqué de ese castigo.

Con lo cual, si bien es complicado, es necesario proporcionarles a los hijos los motivos y las razones del establecimiento de un límite. Y la relación de este con la necesidad de modificar un comportamiento. Y, en todo caso, recurrir a las consecuencias, por no hacer algo, como quitarles o reducir privilegios. Incluso, es bueno motivar y recompensar, de vez en cuando, cuando los hijos obedecen o se portan bien.

3 técnicas para poner límites sin castigar a los hijos

Existen, con seguridad, otras muchas estrategias y técnicas para poner límites sin castigar a los hijos. Pero, en esta ocasión, compartimos 3 técnicas que no solo son efectivas, sino que, además, son relativamente sencillas de llevar a cabo en el día a día.

Estrategia de la alternativa, una buena opción

Una estrategia útil para poner límites a los hijos es proporcionarles una alternativa a la conducta o a la acción que queremos que modifiquen. Así, ellos no sentirán que están haciendo algo mal, sino que pueden hacerlo mejor de otra forma.

Por ejemplo, es mejor sugerirles alternativas, como jugar con sus propios juguetes y no con los utensilios de la cocina. U ofrecerles la alternativa de ordenar primero la ropa y los juguetes, y ya luego salir a jugar al parque, y explicarles que, de esta manera, no tendrán luego que interrumpir antes el mejor momento de diversión con sus amigos para ir a casa a cumplir con sus tareas diarias.

Técnica STOP, más diálogo y explicación

Como ya hemos dicho, para poder conseguir poner límites a los hijos sin castigarlos, es primordial el diálogo y la comunicación con ellos. Así, considerando las edades de los niños, los límites se deben explicar y se deben proporcionar las razones de por qué se ponen. De esta forma, los pequeños podrán comprender un límite y aceptarlo de forma más positiva.

Niño jugando con los bloques de construcción pero sin querer recogerlos.

En este sentido, una excelente táctica puede ser aplicar la técnica del STOP, que consiste en dejar de hacer o de decir inmediatamente cuando escuchamos esta palabra.

Así, los niños interiorizarán que la palabra STOP indica una orden a la que hay que obedecer de forma inmediata. Y, a continuación, los padres, una vez que han conseguido captar la atención de sus hijos, podrán explicarles las razones de por qué hay limitar, modificar o eliminar tal acción o conducta.

Tabla de los rojos y verdes para poner límites sin castigar a los hijos

Otra estrategia útil es hacer con los peques un cuadro o esquema en el que estén representados los días de la semana y en el que cada noche, antes de dormir, se coloree el día en color verde, si el niño se ha portado bien, y en color rojo, si se ha portado regular. En este caso, será, por ejemplo, si los padres han tenido que llamar la atención de su hijo recurriendo a la técnica del STOP.

Lo positivo de la aplicación de esta estrategia es que ayuda y enseña a los pequeños a establecerse metas. Así, al terminar la semana, si hay mas verdes que rojos, los niños sentirán que han conseguido cumplir sus objetivos y, por lo tanto, con seguridad, habrá que festejar los logros con ellos y ¿por qué no?, pensar y negociar con los papis alguna recompensa.

En definitiva, esperamos que estas técnicas sean de tu agrado a la hora de poner límites sin castigar a tus hijos y empieces a usarlas muy pronto. ¡Verás qué rápido hacen efecto en los pequeños!


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