Cuando los pequeños empiezan a ampliar su mundo social más allá de la familia, comienzan a presentarse nuevas y desafiantes situaciones para los progenitores y otras figuras de referencia. Una de las preguntas más frecuentes tiene que ver con que algunos niños se dan besos en la boca, lo que causa incertidumbre y sorpresa en sus padres. ¿De qué se trata este hecho? ¿Cómo interpretarlo y qué hacer? Veamos un poco más al respecto.
¿Son normales los besos en la boca entre los niños?
Sí, los besos en la boca entre los niños son completamente normales. No hay nada de que asustarse. Son parte de la afectividad y de su mundo emocional en desarrollo. Por otro lado, también hay que tener presente que puede ser por algo que hayan visto en casa, como por ejemplo, una muestra de afecto entre sus progenitores. Incluso, también hay padres que suelen hacerlo con sus hijos. De este modo, para los niños no es algo malo, sino todo lo contrario.
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Algunas claves respecto a los besos en la boca entre niños
Como vimos, que los niños se besen en la boca es un hecho normal. Aquí, te compartimos algunas claves para comprender mejor la situación.
No interpretarlo como una situación de jóvenes o adultos
En primer lugar, es importante normalizar esta situación y poder correrse de la interpretación adulta, ya que ellos se manejan con otros marcos de sentido. No piensan en términos del coito, sino que para los niños los besos en la boca forman parte de su exploración y conocimiento del mundo. También, se trata de un juego y de la curiosidad.
Hablar sobre los límites y la intimidad
Es importante plantear el tema de los límites, la intimidad y el respeto. En este sentido, es necesario señalar que no le damos besos en la boca a todo el mundo y mucho menos a los desconocidos. Tampoco se lo damos a quien no lo quiere o si no queremos nosotros.
Explicar en forma sencilla
De acuerdo con la edad del menor, es oportuno empezar con explicaciones sencillas, chequear si es suficiente y luego avanzar y complejizar en caso de ser necesario. Lo primordial es no cerrar el diálogo ni la posibilidad de que pregunten, ya que si no es en casa, ¿en dónde?
No burlarse de la situación
Ya sea que lo hayas visto o que haya sido el niño quien te ha contado respecto a los besos en la boca con alguien en el jardín, no respondas con una burla. Esto puede hacerle sentir mal, llevarlo a pensar que hay algo malo en ello y que luego no quiera contártelo más, por lo que perderás la oportunidad de que confíe en ti.
Desterrar ciertos mitos
Asimismo, también es importante desterrar el mito y el temor de que permitir estas conductas alienta a una sexualidad precoz. Estos son dos puntos a tener en cuenta:
- Debemos comprender que la sexualidad se presenta desde el primer momento, aunque cambia de forma con el tiempo. Es una dimensión constitutiva que comprende aspectos psicológicos, biológicos, culturales y sociales. A su vez, se expresa en creencias, conductas, pensamientos, deseos, prácticas y roles, según la definición que ofrece la Organización Mundial de la Salud. Por lo tanto, la sexualidad trasciende el sexo.
- Hay que visualizar que no se trata del fomento o no, sino todo lo contrario. No se debe convertir en tabú algo que es completamente normal en la vida de los seres humanos.
¿Cuándo deberíamos preocuparnos?
Si bien los besos en la boca entre niños son normales, hay algunas situaciones que ameritan una intervención o consultar con un especialista:
- Cuando los comportamientos que observamos exhiben cierta sexualización que no es apropiada para la edad. Es decir, cuando no van acorde con el desarrollo madurativo de ese niño. En estos casos, por ejemplo, podemos empezar por prestar atención a qué tipo de programas en televisión, videos o contenido tienen acceso.
- Cuando evidenciamos incomodidad en dicha conducta de dar besos en la boca, como si lo hiciera para complacer a otros.
- Si la diferencia de edad con el otro niño con quien se besa es notable.
Revisar nuestros propios prejuicios
En edades tempranas, abordar el tema de la sexualidad se relaciona con el conocimiento y el cuidado del propio cuerpo. También, con el respeto de los derechos y los límites propios y de los demás y con la expresión de las emociones y la afectividad. En este sentido, no hay nada que temer, pero sí mucho por enseñar.
Como adultos, para poder acompañar la educación y la crianza de nuestros hijos, es importante revisar nuestros supuestos y temores. Son estos prejuicios los que ven situaciones donde no las hay e impiden que nos vinculemos con determinados temas. En este sentido, no siempre es necesario tener todas las respuestas, pero sí la motivación y el interés por buscarlas. Solo cuando podamos esclarecer nuestros propios prejuicios, estaremos en condiciones de brindar a nuestros hijos los recursos y herramientas para que disfruten de una sexualidad de una manera plena, cuidada y responsable.
Bibliografía
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- García-Piña CA. Sexualidad infantil: información para orientar la práctica clínica. Acta Pediatr Mex 2016;37:47-53.
- Educación sexual integral para la educación inicial : contenidos y propuestas para las salas. - 1a ed. - Buenos Aires : Ministerio de Educación de la Nación, 2010