Más allá de ser mujer: el sacrificio de ser madre

La maternidad transforma tu vida. Te enfrenta a numerosos desafíos pero te enseña lo que es el verdadero amor.
Más allá de ser mujer: el sacrificio de ser madre
Elena Sanz Martín

Revisado y aprobado por la psicóloga Elena Sanz Martín.

Última actualización: 18 abril, 2020

La maternidad cambia profundamente la vida, se adquiere una nueva perspectiva y las prioridades se reorganizan. Y es que ser madre es, sin duda, un sacrificio en muchas ocasiones, pero también una experiencia sumamente gratificante.

En el artículo de hoy encontrarás algunas verdades a las que te vas a enfrentar si estás embarazada o tienes planes de ser madre. Esas verdades con las que aquellas que tienen hijos se sentirán realmente identificadas.

Cuando eres madre tu hijo es la prioridad, tú pasas a un segundo plano

  • Cualquier dolor o enfermedad que sufra tu hijo se sentirá muchísimo peor que cuando los sientes en tu propio cuerpo.
  • Todos los sacrificios, el tiempo sin tocar una gota de licor, soportar cambios hormonales repentinos y llorar sin motivo, valdrán la pena al ver esa pequeña sonrisa que puede arreglarlo todo.
  • No tendrás todo el tiempo del mundo para maquillarte, para tomar una ducha y mucho menos para ir al salón de belleza. Tus días los dedicarás a querer y consentir a una pequeña persona que te da toda la alegría.
  • Esos pequeños gustitos y regalos que antes te dabas, ahora irán a otras manos. Preferirás comprar un juego didáctico que esos zapatos hermosos que viste hace un mes en tu almacén favorito.
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Ser madre cambia tu perspectiva

  • Descubrirás una fuerza interior que jamás habías pensado tener. Encontrarás dentro de ti una fortaleza natural al momento de enfrentarte a la vida.
  • Te volverás mucho más sensible ante cosas que antes mirabas con indiferencia. Ver noticias de niños empezará a moverte el corazón.
  • Verás que esos kilos de más que cambian la forma de tu cuerpo no son nada comparados con la recompensa maravillosa que encuentras en la satisfacción de abrazar y ver sonreír a tus hijos.
  • Por fin entenderás las palabras de tus padres cuando eras adolescente o cuando estabas en la época de tu infancia.
  • Si antes te impresionaba ver un pañal sucio o una nariz congestionada, empezará a parecerte lo más normal del mundo. Poco a poco te acostumbras a ver todas esas reacciones corporales como algo cotidiano, e incluso empezarás a verlas como algo divertido.
  • Cada día llegará con una sorpresa diferente. Concebirás los días y los meses de otra manera cuando notes que en poco tiempo ya sabe sentarse, dice sus primeras palabras o da pequeños pasitos.
  • Tal vez cuando seas madre, o ahora que ya lo eres, comprenderás mejor a esos padres que sufren con sus hijos haciendo pataletas en lugares públicos. A todos los padres del mundo les ha pasado en algún momento y alguien que no ha tenido sus propios hijos no lo entenderá.
  • Finalmente entenderás que la felicidad de la vida no está en los bienes materiales. Un abrazo de tus hijos te hará más feliz que cualquier regalo material que puedan hacerte.

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Tus rutinas diarias no volverán a ser las mismas

  • Ahora no necesitarás un reloj para poder levantarte; tu hijo se encargará de controlar los momentos de sueño y la hora de despertarte. Esas ocho horas diarias de descanso pueden desaparecer.
  • Los fines de semana de fiesta se irán haciendo cada vez más escasos, ahora tienes un plan mucho más atractivo rondando por tu casa. No verás problema en irte a dormir un viernes a las antes de las diez.
  • Vas a descubrir que tan pronto nace tu bebé, se convertirá en el tema de conversación recurrente. Ahora las pieles irritadas, las vacunas, los dientes que nacen y los dolores de estómago, serán el centro de tus diálogos.
  • No podrás ver a otra madre en la calle porque de inmediato encontrarás un motivo para cruzar palabra, no importa si nunca antes has visto a esa persona; la maternidad facilitará la comunicación.
  • Aprenderás que las amistades verdaderas perduran aunque pasen años sin verse. Al momento de ser padres, es mucho menos posible que haya un espacio de encuentro para esa vida social que se tenía antes.
  • Empezarás a adquirir el hábito de levantarte temprano, incluso los fines de semana. Con un bebé que llora de hambre esos “cinco minutitos más” dejarán de ser una posibilidad.

Ser madre es una auténtica aventura. Una travesía no exenta de adversidad, pero sí cargada de un amor inmenso. La maternidad transforma tu vida y te enseña qué es lo verdaderamente importante.


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