Los juegos de rol para niños siempre han estado presentes en el ámbito del ocio infantil. No solo porque resultan divertidos e interesantes, sino también porque son herramientas lúdicas a las que recurren de forma natural para modelar su mundo psicológico y social. Entre muchas de sus virtudes, ayudan a construir la personalidad.
Al interpretar personajes y recrear mundos, el niño desarrolla aspectos que pueden parecer sencillos a simple vista. La historia, el carácter, los gustos, las palabras, los gestos de los seres que crea y a los que da vida son formas alternativas de ponerse en los zapatos de otros, de vivir situaciones distintas y de promover la empatía.
¿Qué son los juegos de rol para niños?
Cuando un grupo de pequeños se reúne y acuerda, por ejemplo, jugar a los piratas, comienzan a caracterizar personalidades, a generar reglas, ambientes y pautas bajo las cuales actuar. De esta forma, los niños interactúan y se divierten con nombres supuestos, gustos e historias ficticias que encuentran inspiración en la historia, los dibujos animados, las películas o las lecturas.
Se trata de representar papeles y establecer relaciones consecuentes. Muchas veces, los primeros juegos de rol son aquellos que buscan imitar la vida de los adultos. Así, los niños pueden decir «vamos a jugar a la cocina, al doctor o a ser papás».
Abundarán los juegos de recreación histórica, los de detectives y policías, o las fantasías en islas desiertas, bosques y selvas. Serán tantos los motivos y escenarios como fuentes de inspiración tengan.
Selección de juegos de rol
De 3 a 7 años son clave los juegos simbólicos o de «como sí». Los niños en estas edades eligen elementos genéricos y desestructurados, con libertad de acción y movimiento, con reglas que cambian con rapidez.
Para optimizar sus beneficios, la lista propuesta va de los roles que los niños desarrollan imitando el mundo de los adultos, de las películas, las series o los comics, a los juegos de mesa que plantean la creación de universos fantásticos.
1. Mundos en miniatura
Si poseen autos o animales pequeños de zoológico o de granja, con garajes, establos, personas de juguete en un ambiente adecuado, empezará por ordenarlos, y pronto procederá a establecer y personificar sus historias.
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2. Jugar a la casita
Las tareas domésticas se encuentran entre las actividades de los adultos que los niños pequeños captan e imitan con facilidad. Por ello, te recomendamos ejecutar intervenciones de orientación, como lo sugiere esta investigación sobre las interacciones sociales durante el juego de roles, porque lo que primero es imitación, podrá convertirse luego en colaboración y roles compartidos.
Acomodar el desorden de la sala o de los cuartos, puede ser vivido como un juego de roles. En especial, si en los cestos de la ropa o en la gavetas, hay premios o fichas de fuerza y vidas.
3. Jugar a disfrazarse
Uno de los juegos de imaginación más importantes es el de simular a lo demás. El niño intentará imitar a personas que observe o llamen su atención. Disfrazarse resulta útil en este tipo de juego, aunque el niño no necesita usar «disfraces» confeccionados, como por ejemplo, un uniforme de bombero o de enfermera. La verdad es que adaptará prendas y accesorios, y el resto lo hará la imaginación.
4. Jugar a detectives y monstruos
Todos los padres nos enfrentamos a que nuestros hijos le teman a la noche y a las sombras. Un juego de rol en el que se buscan pistas dejadas por monstruos en sus andanzas por la casa servirá para utilizar los miedos a su favor.
El detective tiene en su psicología rasgos de suficiencia unida a una inteligencia despierta y sagaz. El niño detective resolverá misterios, y las sombras de la noche en casa no tendrán secretos para él ni servirán de refugio a monstruo alguno.
5. Vivir aventuras
La casa cambia de apariencia cuando inicia una aventura en un juego de roles. Cada participante cumple una función en una trama flexible que apunta a un objetivo que, sin embargo, se mueve al ritmo de la emoción.
Disfraces con recursos como linternas y lupas, para llegar a las zonas más difíciles, harán más divertida la jornada. El director del juego debe ser un adulto o un niño mayor capaz de orientar las actividades y encauzar el frenesí de los más pequeños.
6. Buscar tesoros
Organizar una partida para buscar un tesoro escondido es un clásico de las aventuras. Los roles de piratas, entre marineros y capitanes, más los habitantes de la isla, conformarán un staff interesante y variado.
Mapas, pistas, señales, implementos, como pequeñas palas, integrarán el escenario. En la búsqueda del tesoro se sintetizan buena parte de los elementos que hacen de los juegos de rol experiencias significativas e integrales.
El despliegue de inventiva para los disfraces de piratas, la simulación de tormentas, así como de largos y extenuantes viajes con llegadas a puertos con derroche de festines complementan un fascinante teatro para los niños inmersos en la aventura.
Juegos de rol para niños de primaria
En esta etapa los niños aumentarán su rango de atención, concentración y capacidad para reprimir impulsos. El refinamiento será decisivo en este periodo, porque han logrado habilidades motoras básicas, lingüísticas y sociales. Además, estarán ansiosos por mejorarlas. Y, como les gusta desafiarse a sí mismos intelectual y físicamente, les encantarán los juegos de rol.
7. Ir al mercado
Los niños disfrutan montando una tienda e interactuando con los compradores. Les hace ilusión ofrecer y vender productos. Es el motivo perfecto para ensayar operaciones básicas de sumas y restas.
Además, ejercitan la argumentación y la descripción de propiedades y ventajas. Con una balanza (la que usas en la cocina, por ejemplo) aprenderán a pesar, y en un cuaderno a llevar notas y atender encargos. El juego resulta supercompleto y divertido.
8. Jugar a la escuelita
La escuela es un teatro especializado en roles que los niños captan y reproducen con asombrosa rapidez. Cuando juegan a la escuela, intercambian el papel de estudiantes y asumen con soltura el de maestro.
Las formas, los gestos y la manera de expresarse dan cuenta de estereotipos y formalismos que revelan su capacidad de adaptación y comprensión de los procesos que implica la compleja actividad escolar. Recrear un aula en casa permitirá jugar a enseñar, lo que hace que se cumpla de manera lúdica la máxima que reza: enseñando se aprende.
Por otro lado, puede resultar una excelente oportunidad para probar lo que dice la neurociencia cuando afirma que los hechos comunes se olvidan, pero los marcados emocionalmente se mantienen. De modo que los juegos de rol funcionan como anclas emocionales para el aprendizaje, según lo afirma esta investigación de la revista Estudios Pedagógicos.
9. Jugar al doctor
Este juego de rol atrae mucho a los niños, pues así satisfacen sus deseos de atención y control. De manera especial les familiariza con el entorno sanitario y a mejorar las habilidades sociales.
Si cuentan con juguetes de médico, demostrarán destrezas óculo-manuales, además de la lecto-escritura y la concentración. Podemos aprovechar para que conozcan su cuerpo y presten atención a explicaciones sencillas sobre el funcionamiento de ciertos órganos.
Como una variante del juego de rol anterior, este introduce un elemento extraordinario: el cuidado de los animales. El niño veterinario atendería juguetes de plástico o peluches de animales, e incluso con la participación de un adulto podrían ser llevados al «consultorio» las mascotas de la casa.
No olvidemos que los niños se toman los juegos en serio, pues estos replican o crean un contínuum con la realidad.
10. Ir a la biblioteca
Los juegos de rol tienen algo de romanticismo, pues varios de los oficios y de las profesiones que les gustan representar tienen a veces un poco de nostalgia. Así pasa con el rol de bibliotecario. Es esta una ocasión propicia para poner los libros de la casa en primer plano.
Pasando, claro está, por la biblioteca infantil. Dejemos que sea nuestro bibliotecario preferido quien nos recomiende textos y lecturas. Establezcamos conversación sobre tópicos tratados en los libros y convirtamos la visita a la «biblioteca» en un momento para compartir pasajes e impresiones.
11. Acudir al taller de autos
Para cualquiera el taller puede resultar un lugar fascinante. Lo que entra averiado sale arreglado. Algo de magia tienen, y de ahí el atractivo de jugar al mecánico.
Hay gestos, manejo de herramientas, una jerga que se convierte en el idioma particular de los técnicos. Todos esos elementos entran en juego y los niños disfrutarán llevando la bicicleta o el auto de juguete al taller.
12. Jugar a ser científico
Muchos de los roles que hemos trabajado pueden desarrollarse con soltura y creatividad con lo que tengamos en casa. Pero ¿qué tal si poco a poco le vamos dotando de kits de juegos de diversas profesiones? Alguna de ellas podría aficionarlo y sentar las bases de una vocación futura.
Además, el conjunto de elementos para el rol de científico, como microscopio y telescopio, y la bata blanca acompañada de probetas, pesos y guantes, entre muchos otros utensilios, generan una dinámica de concentración y estudio que se puede completar con manuales de experimentos caseros seguros y divertidos.
13. Jugar un escape rooms
Jugar al detective, al explorador o al arqueólogo, hará que los niños se concentren en una actividad inmersiva y fascinante. Prepara el terreno, organiza los elementos y elabora un plan que haga que la búsqueda de pistas, especies o fósiles, ascienda a un escape rooms.
Concentración, deducción, inferencias se pondrán en práctica y harán del juego una experiencia que desarrolla habilidades cognitivas que favorecen la lógica y la perspicacia.
Juegos de rol de mesa, una opción para los niños y toda la familia
La Revista Latinoamericana de Estudios Educativos, al abordar la importancia de los juegos de rol, les confiere habilidades de intencionalidad colectiva e individual para ejecutar acciones. También suma el fomento de la sujeción a normas y el respeto de turnos. Sobre este particular, los juegos de rol de mesa conjugan estos principios. Veamos algunos ejemplos.
14. Mausritter, un juego de rol de espadas y bigotes
En este participan ratones aventureros en un mundo lleno de criaturas, tesoros, armas, hechizos y peligros. Se necesitan de 2 a 5 jugadores, dados, hojas de personaje, tarjetas de objetos recortables y contadores de estado.
También se necesitan lápices y hojas para anotaciones y dibujar mapas. Lo esencial es tomar Mausritter como herramienta para crear un universo propio, coherente y desafiante.
15. Estigia, juego de rol de fantasía medieval
Para jugar esta fantasía ubicada en la estética de la Edad Media se necesitan dados, un bestiario, hechizos, un paquete de aventuras y consejos de dirección. Los jugadores pueden ser ninjas, exploradores, brujas, monjes, nigromantes y guerreros, entre otras fascinantes posibilidades.
Además, en una ambientación que abarca ocho continentes, pueden pertenecer a razas fantásticas: elfos, troles, duendes, de la familia de los felinos o los repitiles. Todo sucede en una suerte de tierra alterna, donde las criaturas mitológicas, la Atlántida y la Arcadia, se conjugan con dragones y quimeras para crear aventruras y retos.
16. Vaqueros espaciales
De 2 a 8 jugadores de 10 años en adelante tienen tres historias en las que hundirse. Un escape rooms en una destartalada casa de la colina, con habitaciones siniestras y hechizadas. Sufrir la persecución de un mounstruo marino mientras escapan a través de una vieja escotilla. Y la tercera, encontrar el tesoro del capitán Smith escondido en la isla Tonipal.
17. La llamada de Cthulhu
Está recomendado para niños de 14 años en adelante. Este es un juego de misterio y horror, en el que se necesita la colaboración de todos los participantes. Hay combates, con armas y también cuerpo a cuerpo, criaturas espeluznantes y personajes siempre a punto de perder la cordura.
La investigación y la colaboración para resolver misterios van de la mano y todos son dirigidos por el Guardián de los Arcanos. Los dados determinan el éxito o el fracaso, en medio de situaciones dramáticas. ¡A jugar!
Beneficios de los juegos de rol para niños
Como hemos visto, los juegos de rol para niños refuerzan aspectos cognitivos y físicos. Cuando asumen personalidades, florecen las subjetividades, emergen sus intenciones de transformar o construir, afloran sus deseos y aquello que quieren ser.
Otro de los beneficios es que ayudan a desarrollar su imaginación, pensamiento, actitud, lenguaje, personalidad y voluntad. Les permiten comunicarse de una forma distinta y explorar quiénes son o pueden llegar a ser. Además, el contacto con otros niños resulta satisfactorio para su vida social.
Aprenden a ver la necesidad de los demás y procuran asistir a los otros, es decir, desarrollan el espíritu de servicio, de cooperación y diálogo, según esta investigación publicada en la revista Obutchénie.
En resumen, estos juegos son adecuados en la infancia porque trabajan la inteligencia, las relaciones interpersonales y la comunicación, fomentando la cooperación, la capacidad de resolver conflictos, la negociación y la empatía. ¡No dejes de promoverlos con tus hijos y aprovecha todos sus beneficios!
Bibliografía
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