Las etapas del desarrollo emocional del niño

Conocer las emociones y saberlas expresar es fundamental en el desarrollo cognitivo y social de los niños. Orientarlos durante este tránsito es el papel crucial de los padres.

Las emociones de los niños, a medida que crecen, van surgiendo de manera progresiva, pues está programado biológicamente. Conforme se produce el desarrollo cognitivo del pequeño, este toma conciencia de sus emociones y de la de los demás. En las etapas del desarrollo emocional del niño juega también un papel importante la autoestima.

Dependiendo de cómo se desarrolle su autoestima, sus sentimientos serán unos u otros, ilusión, orgullo, vergüenza, etc. La vergüenza tiene una función importante en la regulación de sus emociones. Esta es la que pone límites a sus actuaciones en algunas ocasiones, en ese sentido es un sentimiento represor.

Los niños son capaces de distinguir y expresar desde los 3 meses de edad emociones como alegría, miedo, ira, sorpresa, tristeza y desagrado. Las emociones se consideran positivas o negativas según los sentimientos agradables y beneficiosos o desagradables y dañinos, respectivamente, que estimulan. En particular, el manejo inapropiado de las emociones negativas, afectan el equilibrio somático, la salud física y psíquica.

Etapas del desarrollo emocional del niño

Las escenas o momentos de frustración se deben en buena medida al desconocimiento de las emociones, las cuales rebasan el entendimiento del pequeño por lo que la rabieta funciona como un mecanismo de defensa ante la incertidumbre.

Comprender lo que le pasa se acompaña de entrever las emociones de los demás; por lo tanto, estará más cerca de canalizar y controlar de modo inteligente sus impulsos. Llegado a este punto, el niño se sentirá más seguro y ganará en autoestima.

A continuación vamos a ver cuáles son las etapas del desarrollo emocional del niño. De esta manera podréis tener más claro cómo evolucionan las emociones en vuestros pequeños.

Desde los 0 a los 3 meses

Los bebés recién nacidos poseen las llamadas emociones de supervivencia que son el llanto, interés y disgusto.

Al mes de vida son capaces de reconocer en los demás emociones como la alegría y el enfado.

En torno a los 3 meses, aparece la sonrisa social, que estimula a los adultos a que interactúen con él. Con el paso del tiempo esa sonrisa es más específica y la utiliza más con sus padres o cuidadores. Aparece el susto o sobresaltos ante estímulos bruscos.

Desde los 4 a los 8 meses

En el cuarto mes comienza a reír cuando toca sus juguetes y sabe diferenciar entre un gesto de enfado y el de tristeza.

En el quinto mes empieza a desarrollar el interés hacia otros estímulos que lo rodean. Aparece la sorpresa cuando espera una sonrisa y observa una cara de enfado.

En el sexto mes, el bebé se excita dando muestras de alegría, chilla, ríe cuando se juega con él. Comienza a tener reacciones de asombro.

En el séptimo mes, cuando se enfrenta a estímulos desconocidos o inesperados, el niño muestra ansiedad. Saben distinguir una emoción positiva y negativa.

En el octavo mes aparece el miedo y la culpa.

Desde el primer año hasta los 3 años

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En el primer año, desarrolla habilidades empáticas. Puede ponerse a llorar cuando ve a otro niño llorar. Comienza a inhibir sus emociones y supera pequeñas situaciones de miedo.

A los dos años el niño puede imitar la expresión facial de emociones básicas (rabia, alegría, tristeza, sorpresa, asco).

A los tres años es capaz de distinguir a las personas por su relación emocional con ellas: con las que juega, lo alimentan, lo pasean, etc.

Desde los 4 a los 6 años

En torno a los 4 años, el lenguaje jugará un papel importante. Gracias a este, el niño será capaz de comprender la realidad, comunicar experiencias y expresar sentimientos.

Es a partir de esta edad cuando se desarrolla la conciencia emocional. Ésta le ayudará a tomar conciencia de lo que siente y el porqué lo siente. Si tiene vivencias agradables mostrará seguridad.

Otro de los hitos importantes en el desarrollo emocional del niño es la regulación emocional. Ésta será una de las más importantes de esta etapa, y para su desarrollo utilizará el juego simbólico. Este juego es una especie de descarga emocional. El pequeño puede adoptar distintos roles, así como estados emocionales diferentes al suyo.
En torno a los 6 años, los niños dejan el egocentrismo y comienzan a desarrollar la relación entre sus iguales. Conforme aumenta su mundo social, crece la intensidad y la complejidad de sus emociones.

De los 6 a los 9 años

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A los 6 años los niños se enfadan por razones más maduras. Ya perciben las injusticias, las críticas, la incomprensión, incluso el sentirse rechazados.
Comienzan a relacionarse más con los niños y niñas. Surgen más experiencias afectivas. Aprenden a auto controlar su expresión emocional
Alrededor de los 9 años, los niños se vuelven más reservados en expresar sus emociones y son capaces de entender sus sentimientos y los de los demás.
La amistad cambia y valoran la confianza y la colaboración.

De los 12 años en adelante

Esta etapa se caracteriza porque comienzan a experimentar sentimientos contradictorios (amor-odio, soledad-compañía). Se hacen todavía más reservados con respecto a sus emociones y la expresión de ellas. Comienzan a tener sentimientos que no habían experimentado antes, como el amor. En este período la amistad está basada en la intimidad.

Cómo fomentar el desarrollo emocional del niño

Motivar a los niños a resolver sus problemas, pasa por estar a su lado por si necesita ayuda, pero déjalo que pruebe, que lo intente y ensaye. El amor propio lo construirá a partir de sus logros.

En cualquier caso, consiga o no sus objetivos, reconoce y valora su esfuerzo. Pase lo que pase estará aprendiendo. En ese sentido, hazle ver que de los errores también se aprende. Cuando se equivoca es justamente porque lo ha intentado.

Reconocer sus capacidades y posibilidades van modelando su personalidad, sus gustos y opiniones. Llegado este momento, no pierdas la oportunidad de que enseñarlo a respetar los gustos y las opiniones de los demás. Así como también, de que aprenda el valor de la empatía, esto es, a colocarse en el lugar del otro.

Finalmente, anímalo a expresar sus emociones. La palabra que nombra la emoción, brota del corazón.

Ahora que ya conoces las distintas etapas del desarrollo emocional del niño y que seguro había cosas que aún no sabíais, te será más fácil entender a tus niños y ayudarlos a regular sus emociones.

Bibliografía

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