Muchas madres se quejan de que el padre no está involucrado en el cuidado de los hijos. Sin embargo, pocas mujeres se dan cuenta de que muchos hombres son -o al menos se sienten- excluidos cuando llega el bebé. Sin darnos cuenta, las mujeres cargamos con toda la responsabilidad del cuidado del bebé y no tomamos unilateralmente las decisiones sobre la crianza de los hijos.
Esta exclusión hace que muchos hombres se vayan desvinculando del cuidado de los hijos y que no muestren interés en tomar partido más allá “de lo que les sea mandado” o de lo que, por cultura o educación, hayan observado a lo largo de su vida.
Muchos estudios muestran que el padre juega un papel importante en el desarrollo de su hijo. Por lo tanto, es necesario hacer que el padre se involucre en la crianza de los hijos, y no como una forma de ayudar a la madre, sino porque, además de ser una responsabilidad compartida, es importante para la educación y la crianza de los niños.
Cómo puede involucrarse el padre en el cuidado de sus hijos
A continuación vemos algunas ideas para que el padre se sienta más involucrado en el cuidado de sus hijos. Además de sentirse responsable de la crianza de sus hijos, el papá podrá sentirse importante y valorado.
Dar de comer al bebé
Un bebé que se alimenta del pecho de su madre debe ser alimentado por su madre, evidentemente. Pero cuando el bebé toma biberón o cuando empieza tomar sólidos también puede ser alimentado por su padre.
La importancia de dar de comer al bebé radica en que esto crea un vínculo. El bebé aprenderá a confiar en la persona que le da de comer, ya que esa persona sacia una de sus necesidades más básicas. Además, es un momento ideal para abrazar al hijo, para sentirse piel con piel, para mirarse y para decirle cosas bonitas.
Por otra parte, el padre, además de dar de comer a su hijo, debe aprender a prepararle el biberón, la papilla o la comida que vaya a tomar, sin depender de que nadie tenga que hacerlo. Solo así empezará a sentirse seguro y completamente responsable.
Bañar y vestir al bebé
El papá debe participar desde el principio en los cuidados básicos del bebé, como cambiarle el pañal, bañarlo o vestirlo. Las madres deben permitir que el padre tome partido en esto y que lo hagan solos, sin supervisión.
El problema de muchos hombres no radica en que no sepan hacer estas cosas, sino en que las mujeres de la familia los hacen sentir inútiles porque constantemente les corrigen. Pero nadie nace enseñado ni con un gen “cuidabebés”. Tanto el padre como la madre están perfectamente capacitados para aprender, y no por ser hombre o mujer se es capaz de hacer mejor o peor estas cosas.
Cuando el papá participa en las rutinas diarias del bebé favorece el vínculo y hace que los padres desarrollen el interés por otras cuestiones que vendrán después, como la toma de decisiones relacionadas con el aprendizaje y el respeto por las normas que se establezcan en casa respecto a la educación de los niños.
Pasar tiempo a solas con los hijos
Los padres deben pasar tiempo a solas con sus hijos, pero no solo tiempo de juego, sino que deben tener otro tipo de momentos. Momentos de estudio, salir a hacer cosas juntos, pasear o hacer una excursión, leer con ellos o hablar sobre sus cosas son algunos ejemplos de formas de pasar el tiempo juntos y sin mamá.
Los papás se sentirán así más seguros de sí mismos, podrán mostrar su lado más personal y compartir cosas exclusivas con sus hijos, tener sus secretos. Así los papás conocerán mejor a sus hijos y sus hijos conocerán mejor a su padre. Este vínculo favorecerá el interés, el respeto y la responsabilidad.
La importancia del papel en el desarrollo de los hijos
Los padres desempeñan un papel importante en el desarrollo del niño desde el nacimiento hasta la edad adulta. De hecho, numerosos estudios han llegado a la misma conclusión: Los niños con padres que participan tienen una ventaja tanto social como académica sobre los niños que mantuvieron una relación distante con sus padres o no tuvieron ninguna relación con ellos.
Una investigación de Universidad de Maryland encontró mejores habilidades lingüísticas y menos problemas de comportamiento en los niños con un padre implicado activamente en su educación. Curiosamente, este resultado resultó ser cierto incluso si el padre no vivía en la misma casa que el niño.
Un estudio realizado en la Universidad de Illinois encontró que los niños con padres que dedican tiempo a preguntar a sus hijos sobre lo que han aprendido en la escuela y sobre sus actividades y relaciones sociales diarias van mejor en la escuela que los niños que no tienen ese tipo de relación con sus padre.
Resalta el hecho de que, según esta investigación, da igual que se trate de un padre biológico, sino que esto puede ocurrir con cualquier varón adulto (un abuelo, un tío, un padrastro).
Bibliografía
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- Landwerlin, G. M. (1997). La participación masculina el el cuidado de los hijos en la nueva família urbana española. Papers: revista de sociologia, 77-99. https://www.raco.cat/index.php/Papers/article/download/25482/25315
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