Estimular el lenguaje a través de juegos

A través del juego podemos estimular a los niños a la vez que disfrutan y aprenden. Hoy os traemos 9 juegos para promover el lenguaje de los más pequeños.

Madre jugando con sus hijos.

Los juegos se convierten en una auténtica herramienta, tanto lúdica como educativa, cuando estos son capaces de estimular determinadas áreas en el desarrollo de los más pequeños, como sería el caso del lenguaje. Por eso, a continuación, te mostramos cómo se puede estimular el lenguaje a través de los juegos.

El lenguaje en los primeros años de vida adquiere una relevancia muy importante. ¿Por qué? Porque es cuando los niños empiezan a comunicarse con el entorno y a expresarse, y van desarrollando, gracias a ello, otras capacidades y habilidades, como la socialización.

“Todos los aprendizajes más importantes de la vida, se hacen jugando”.

-Francesco Tonucci-

Estimular el lenguaje a través de juegos

Los juegos que presentamos para estimular el lenguaje están enfocados sobre todo a los más pequeños (entre 3 y 5 años). Sin embargo, se pueden adaptar a niños más mayores o incluir otros elementos y aumentar el nivel de complejidad de los mismos. Ya se sabe, a la hora de educar, ¡imaginación al poder!Madre jugando con su hija para su estimular el lenguaje en casa.

1. Oigo o no oigo

Para este juego podemos utilizar cualquier juguete que tengamos por casa; debe ser un juguete que contenga piezas que insertar, por ejemplo, aros de playa, un tres en raya, una hucha…

Nuestro hijo deberá colocarse una ficha, pieza u objeto en el oído y, cuando escuche que hacemos algún ruido, eso sí, sin vernos, deberá insertar el objeto en cuestión en su ranura. Es un buen juego para trabajar dos aspectos del lenguaje: el procesamiento auditivo de la información y la atención auditiva. Ideal para niños menores de 3 años.

2. Quiero quiero

Otra idea (más que un juego es una acción) para estimular el lenguaje de los más pequeños es una tarea tan sencilla como lo siguiente: cada vez que quiera algo, hay que darle a elegir entre dos o más opciones. Por ejemplo: “¿Quieres un yogur o un vaso de leche?”. De esta forma, le “obligamos” a comunicar y a señalar o incluso a emitir sonidos o palabras si ya habla.

Podemos incluir este hábito en nuestra comunicación diaria con él o añadir juguetes o pequeños premios cuando mantenga su atención activa hacia nosotros. En este sentido, la atención es una capacidad cognitiva que permite la construcción de otras muchas habilidades, como el lenguaje.

3. ¡Vamos a imitar!

La imitación de roles simbólicos es una estrategia que puede ayudar a los más pequeños a adquirir destrezas manipulativas. Además, les permite seguir aprendiendo sobre el mundo a través del juego entre lo real y lo imaginario.

En este caso, se tratará de pedirle al niño que imite determinadas acciones, como hablar por teléfono, comer, etc., y nosotros, como padres, tenemos que adivinarlas. Luego se pueden invertir los roles: que sea él quien adivine qué estamos haciendo nosotros. Se puede incluir el uso de objetos relacionados con la acción en cuestión.

4. Veo veo

Un clásico que nos ayudará a estimular el lenguaje de los más pequeños. Consiste en seleccionar un objeto del entorno (sin decirlo) y que nuestro hijo lo adivine a través de preguntas como: “¿Es azul?; ¿se puede comer?; ¿es grande?”.

Luego podemos cambiar los roles y deberá ser él quien imagine y nosotros quienes tengamos que adivinar. Es un sencillo juego que permite trabajar la atención, la estimulación y el lenguaje oral, entre otros.

5. A cantar y a bailar

Aprender canciones y hacerles un baile especial es un recurso muy utilizado en los primeros años de escolaridad para enseñar a los niños las letras, los colores, los nombres de las frutas, etc. En la actualidad, se puede también sacar provecho de los recursos tecnológicos que tengamos a mano desde casa y seleccionar para nuestros hijos nuevas canciones, como por ejemplo El mounstro de la laguna:

O también el juego canción Soy una serpiente:

 

Con este tipo de actividades los niños trabajan múltiples aspectos: memoria, ritmo, imaginación, enriquecen el lenguaje y mejoran la dicción. De igual modo, sirven para ejercitarse y tener un mejor reconocimiento del espacio.

6. El juego de la maleta, uno de los mejores juegos para estimular el lenguaje

Otro divertido juego para estimular el lenguaje es este de la maleta, que también pondrá a prueba la memoria y la atención de los más pequeños. Se trata de un juego acumulativo por turnos en el que debemos acordarnos de lo que han dicho los demás antes que nosotros. Ideal para jugar en grupos de 4 o 5 personas.

Por ejemplo, empieza uno diciendo En la maleta guardo unos calcetines”, y el siguiente tiene que decir esa misma frase, pero añadiendo algo más: En la maleta guardo unos calcetines y una gorra”, y así sucesivamente.

“Pasar tiempo jugando con niños, nunca será tiempo perdido”.

-Dawn Lantero-

7. El libro-álbum

El libro-álbum es un excelente recurso para estimular el lenguaje. Es un tipo de libro donde las imágenes son protagonistas y cuando tienen textos, estos son muy cortos. Por sus características, el libro-álbum ha sido recomendado sobre todo para un público infantil, aunque la calidad estética de la cual goza, la mayoría de las veces, lo hace un objeto artístico que puede ser apreciado a cualquier edad.

Aunque al principio parezca paradójico, el hecho de que carezca de palabras o estas sean muy breves, lo convierte en un anzuelo para fomentar el lenguaje, verbal y no verbal, en los más pequeños. De forma lúdica, a través de la imaginación, buscarán dar sentido narrativo a esas imágenes. Esto lo hace especial para niños en la etapa de prelectura y lo acerca a la concepción de libro-juguete.

8. Mírame

En este caso, más que un juego traemos una acción que puede ayudar a estimular sobre todo la atención de los pequeños. Consiste en captar la atención del niño buscando su contacto ocular en cualquier acción. Por ejemplo, les decimos “Esto es una pandereta, mírame como la toco”.

Podemos, incluso, convertirlo en un juego con niños muy pequeños. ¿Cómo? Seleccionaremos su juguete favorito que tenga sonido. Nos sentaremos frente a él para facilitar el contacto visual.Padre jugando con su hijo para estimular el lenguaje en casa.

Después, pondremos el juguete cerca de su cara (a la altura de sus ojos) y se lo enseñaremos de forma divertida y que le pueda sorprender: ¡Mira qué juguete tan bonito!”. Cuando el niño nos mire, le reforzamos con besos, halagos o algo que le guste.

9. Pompero mágico, otro de los juegos para estimular el lenguaje

Esta es una variante del juego anterior; en este caso, utilizaremos un pompero (utensilio que hace pompas de jabón). Seguiremos los mismos pasos que en el caso anterior y captaremos su atención. En el momento en el que nos mire a los ojos, soplaremos, si no, no.

Es un juego que les divierte mucho. Además, podemos incluir música y añadir variaciones, como, por ejemplo, soplar solo cuando pare de sonar la música.

“Los niños juegan como viven, y jugando aprenden a vivir”.

-José Martí-

En definitiva

Existen múltiples maneras de estimular el lenguaje de los más pequeños a través del juego: con mímica, objetos y juguetes, sonidos, música… También se pueden emplear otras herramientas, como peluches, dibujos, acciones diversas…

A través de este tipo de actividades podemos trabajar con los más pequeños diferentes aspectos de su lenguaje: comprensión, expresión, lenguaje verbal y no verbal, etc. Lo importante será adaptarnos a su momento evolutivo y a sus intereses y, sobre todo, ¡disfrutar de un rato divertido en familia! Jugar y aprender son acciones perfectamente compatibles y se retroalimentan la una a la otra.

Bibliografía

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  • Costa, Inês, Ramos, Ana Margarida, & Brondo, Elsa R. (2021). Literatura sin palabras: el caso de los libros-álbum sin texto. Acta poética, 42(1), 69-86. Epub 03 de marzo de 2021. Disponible en: https://doi.org/10.19130/iifl.ap.2021.1.886
  • Pérez, M. (2004). Desarrollo del lenguaje. En J. Palacios, A., Marchesi, C. Coll (Eds.), Desarrollo psicológico y educación: Psicología Evolutiva. Madrid: Alianza Editorial.
  • Vial, J. (1988). Juegos y educación. Las ludotecas. Madrid: Akal.
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