Son muchos los hábitos que podemos transmitir a nuestros hijos desde muy temprano, ellos aprenden de nosotros todos los días, pero no siempre se trata de cosas que hagamos juntos sino que ellos observan. Sin embargo, se cree que hay algo que mejora la relación con nuestros hijos y al mismo nos crea un hábito muy importante, esto es: ejercitarse juntos.
No todos los padres tenemos la costumbre de hacer ejercicio, por eso es muy probable que nuestros pequeños tampoco puedan iniciar este importante hábito. No obstante, para quienes sí lo tienen por costumbre, sería ideal que pudieran unirse a sus hijos para ejercitarse y completar una mejor relación familiar.
Por otro lado, nunca es tarde para empezar; a cualquier edad necesitaremos traer el ejercicio físico a nuestras vidas, ya sea por salud o por estética. Además, siempre es bueno formar a niños saludables y con grandes aptitudes físicas para la vida.
A ejercitarse juntos y mejorar su relación
A los niños les encanta hacer cosas de adultos y aunque el ejercicio no lo sea del todo, para ellos puede ser muy beneficioso. De manera que, incorporarlos a nuestra actividad sería un momento especial para ellos, porque les daría un tiempo adicional para estar juntos, haciendo cosas que creyeron imposible.
Se estima que esta acción mejora la relación entre padres e hijos porque el ejercicio es un promotor del bienestar psíquico individual lo que permite desarrollar el pensamiento positivo, el comportamiento adecuado y la reflexión individual. En general, todas las actividades que padres e hijos realizan juntos, les ayuda a reforzar su relación, pero en el caso del ejercicio físico contribuye también con el bienestar.
María Elena Garassini, representante de fitness Gold’s Gym, afirma que el ejercicio puede producir oxitocina y endorfinas, lo cual se relaciona a las emociones y el sistema inmunológico respectivamente. Cuando las personas se ejercitan y esto les produce satisfacción, pueden mejorar su condición emocional a causa de la liberación de oxitocina, por lo tanto, para que la actividad sea efectiva, es importante que los niños disfruten el ejercicio.
En tal sentido, no solo mejora el estado de ánimo de los niños, también los llena de energía y activa su sistema inmunológico, en especial si la actividad se realiza al aire libre. De acuerdo con la experiencia de los psicólogos, el hacer ejercicios favorece el sentimiento de satisfacción y las habilidades para relacionarse con los demás.
Compartir en todos los aspectos
Los psicólogos aseguran que los niños aprecian todos los momentos que viven con sus padres, por eso cada hora que pasamos junto a ellos es valiosa para fortalecer lazos. Sin dejar de practicar nuestras rutinas podemos incluir a nuestros hijos, esto permite momentos de encuentro familiar con más frecuencia, mejorar la atención hacia ellos y potenciar la disposición de acompañamiento.
Algunos expertos en actividad física también señalan que gracias a su buena relación con sus padres no solo adquirieron el hábito de ejercitarse con frecuencia, sino además, con el tiempo se convirtieron en profesionales en el área. Es decir, que esta práctica podría promover la adquisición de un conocimiento útil para la vida o al menos fundar bases para la creación de negocios o espacios con fines económicos relacionados a la actividad física.
En tal sentido, cabe señalar que la relación puede mejorar en la infancia y también se puede extender a la edad adulta, pues padres e hijos pueden seguir practicando a lo largo de los años. Es probable que su pasión por el ejercicio los mantenga conectados, porque van a preservar el mismo interés y pueden contribuir con algunas actividades particulares, tal como el levantamiento de pesas.
El apoyo, la buena comunicación y el sentimiento de bienestar es algo que se desarrolla efectivamente por ejercitarse juntos. En este aspecto se puede unir toda la familia, pues aunque no todos se destaquen por ser grandes deportistas, al menos habrá un interés común que los activará al menos un día por semana.