Cada vez que tu hijo canta su cerebro se activa y su cuerpo libera endorfinas. La actividad cerebral le ayuda a aprender cosas nuevas y las hormonas segregadas lo llenan de una grata sensación de placer y felicidad.
Cuando tu hijo canta suceden cosas maravillosas, porque este ejercicio le ayuda a desarrollar el habla de manera más fluida y adecuada y también a mejorar su conducta social, pues cuando está cantando se relaja y se reduce la probabilidad de que se comporte de manera agresiva.
Poder cantar hace que los niños (y también los adultos) se sientan más felices, más libres y tranquilos. Además ayuda especialmente a los niños a mejorar sus habilidades para memorizar y concentrarse, pues requiere de estas destrezas para poder cantar a gusto.
El hecho de que un niño se vuelva más sensible también puede atribuírsele a la actividad del canto, una actividad que le ofrece la oportunidad de expresarse artísticamente mientras mejora su autoestima.
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Beneficios de que tu hijo cante
Parece mentira que algo tan sencillo como cantar traiga tantos beneficios para el desarrollo de un niño, pero es así y la ciencia lo corrobora. Un grupo de científicos de la University of Münster, ubicada en Alemania, elaboró pruebas en 500 jardines de infancia. Y concluyó que 88% de los niños que cantaban frecuentemente, estaban mejor preparados para la escolarización, en comparación con sólo el 44% de los niños que cantaban con menos frecuencia.
Los científicos alemanes calificaron el hábito de cantar como “un potente nutriente para los cerebros de los niños”. Aporta ventajas para su desarrollo integral, especialmente en el desarrollo del habla, la conducta social y el control de la agresión.
Además, los ayuda a experimentar de una manera más vívida la experiencia del sonido, lo cual también mejora sus capacidades vocales y auditivas.
Cuando tu hijo canta se prepara para el futuro
Cada vez que tu hijo canta mientras juega, logra concentrarse con más intensidad en la actividad que está haciendo. Esto le permitirá transformar cualquier momento de ansiedad, estrés o tensión en un rato más sereno y relajado.
Justo por eso los científicos abogan por que los niños tengan cada vez más oportunidades de jugar cantando. Sobre todo en los primeros años de vida cuando esta actividad estimula de manera significativa su desarrollo en el área física, mental y social.
Y es que cantar ayuda a tu hijo a familiarizarse con las matemáticas y la lógica de igual manera que sucede cuando un niño estudia música a través de la lectura de pentagramas.
Si no lo crees trata de rememorar la época en la que cientos de niños aprendieron las tablas de multiplicar cantando canciones infantiles, las cuales también sirven para inculcar valores y normas. No en vano las películas infantiles piensan muy bien en la banda sonora que acompañará los dibujos animados.
Cantar mejora la respiración
La respiración es la pieza fundamental del canto y cuando esta se activa, mejora diversas partes del organismo. Al cantar se respira mas profundamente que en ejercicios más exigentes, porque se necesita tomar importantes cantidades de oxígeno que aumenta la capacidad aeróbica.
Una respiración profunda sin duda fortalece los pulmones, mejora la irrigación de la sangre, tonifica los músculos abdominales e intercostales y el diafragma.
Entre las ventajas de respirar bien está la tranquilidad y la relajación, pues el sistema circulatorio está más tranquilo. Por cierto, como afirma la docente en artes musicales Ivette Rojas: la actividad musical “Ayuda a las defensas del organismo: el contacto de padres e hijos en actividades musicales aumenta la actividad inmunitaria al sentirse el niño más seguro y tranquilo“.
Una mamá que canta se siente más relajada
Normalmente los adultos solemos cantar en la ducha, temprano en la mañana cuando nos sentimos contentos. Ese digamos, es el momento en el que nos permitimos cantar libremente, aunque muchas mujeres lo hacen cuando están limpiando la casa, cocinando o lavando los trastos.
Por estos tiempos ver a alguien cantando por el simple placer de hacerlo nos parece una excentricidad. Pero la verdad es que los seres humanos hemos cantando y hecho música desde tiempos remotos, es un hábito que nos acompaña como especie y que sublima nuestras almas.
Además de ser una actividad recreativa tal como la ciencia lo ha comprobado el ejercicio de cantar no solo beneficia al cerebro de tu hijo, también repercute de manera positiva en el tuyo.
Verás, los adultos que cantan gozan de una mejor capacidad pulmonar y de mayor oxigenación en la sangre. Esta placentera actividad también mejora la memoria y favorece los nervios parasimpáticos. Y al igual que activa el cerebro de tu hijo cada vez que canta, al tú hacerlo también reduces los niveles de estrés y logras relajarte.
El canto genera armonía a nivel psíquico, refuerza el sistema inmune y lo ayuda a enfrentar de mejor manera problemas de sueño y enfermedades circulatorias.
Tu hijo cuando canta activa y potencia la plasticidad de su cerebro
Aprender canciones divierte al niño al mismo tiempo que se activan innúmeras conexiones neuronales. El canto es aire que hace vibrar el tímpano y esa vibración se convierte en impulsos eléctricos. Pasando por los huesecillos, yunque, martillo y estribo, del oído medio las señales excitan el oído interno. Desde donde arriban al tronco cerebral, y de allí a la corteza auditiva primaria y a la innumerable red neuronal.
Se trata de un proceso que implica a varias estructuras encargadas de procesar, almacenar y dar significado a los estímulos recibidos y traducirlos en el concepto “sonido”.
Al cantar, el hipocampo y la corteza prefrontal se activan junto a las áreas premotoras y los ganglios basales. El cerebelo participará en la armonía del movimiento y el ritmo; el sistema límbico aportará la emoción; y el cuerpo calloso conectará la información entre ambos hemisferios cerebrales.
Cuando tu hijo canta entrena al cerebro en las tareas cognitivas y de concentración, activa la memoria, las emociones y, en general, toda la conducta. De las especies, el ser humano es la única que sincroniza sus movimientos con la música y el canto desde bebés, lo que ha contribuido “a crear nexos sociales desde el corazón hasta el ritmo de los tambores”.
Cuando cantamos, hay una autenticidad aun mayor que cuando hablamos, como si oráramos en un trance religioso y la totalidad de nuestro ser estuviera consagrada al canto en ese instante.
– Martín Pino Rodríguez –
Cantar, herramienta terapéutica
Quizás le pueda parecer inverosímil pero hay casos documentados que demuestran que el estado de salud de los pacientes con Alzheimer mejora cuando cantan o escuchan una tonada en particular. El canto y en general la musicoterapia les ayuda a comunicar sus pensamientos, a diminuir la tensión y la ansiedad, y a lentificar la enfermedad.
El efecto de la música también ayuda a personas que han sufrido accidentes cerebrovasculares, quienes han logrado volver a hablar tras tararear constantemente melodías.
La ciencia ha demostrado que cada vez que un niño o un adulto canta sucede algo positivo en sus cuerpos y mentes. Por eso alienta a tu hijo a hacerlo y trata de acompañarlo en ese sano y divertido ejercicio.
Bibliografía
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