Cosas que aprenderás a la fuerza cuando falte tu mamá

La muerte de un ser querido trae a su paso una tristeza profunda, pero también la sabiduría de recordar con cariño los momentos de amor incondicional. 

Cosas que aprenderás a la fuerza cuando falte tu mamá

El dolor hace parte inevitable de la vida y llegarán situaciones en las cuales será imposible evitarlo. Nadie suele estar preparado para la muerte de un ser querido, mucho menos la de nuestra madre. Pero, a pesar del gran vacío emocional y las lágrimas que posiblemente se derramen, habrá cosas que aprenderás a la fuerza cuando falte tu mamá.

Despedir por siempre a una figura tan valiosa e irremplazable es una herida que suele tardar mucho en sanar. Y, justo cuando creías que la habías afrontado, puede volver a abrirse de par en par para dejar fluir la nostalgia y el dolor. No obstante, cada situación, por más traumática que sea, trae un aprendizaje que nos permite ser conscientes de lo afortunados que fuimos al disfrutar de la compañía maternal.     

3 lecciones que aprenderás cuando falte tu mamá

A pesar de que la muerte es un hecho natural e inevitable nadie suele estar preparado para despedirse para siempre de su madre. Mucho menos cuando suceden accidentes o situaciones que arrebatan la vida de mujeres jóvenes. El día en que tu mamá fallezca, por más que intentes ser fuerte al recolectar los pedazos de tu corazón roto, no podrás evitar pensar en ella cada tanto.

Estas son algunas lecciones que llegan después de la muerte.

1. El duelo es un largo proceso

Cuando se recibe la noticia de que acaba de fallecer un ser tan irremplazable como una madre es natural que el dolor invada el cuerpo y se sienta tristeza por no volver a escuchar nunca esa voz que siempre nos acompañó. No obstante, el duelo es un largo proceso que todas las personas viven de manera particular y puede manifestarse de diversas formas.

Si la pérdida de la madre ocurre durante la infancia el apoyo y el acompañamiento de los seres queridos es indispensable para enseñarles a los niños a comprender la muerte.

Llorar es una de las respuestas naturales del cuerpo cuando nos enfrentamos a situaciones que nos llenan de sentimentalismo y nostalgia. Como hijo, es probable que llores en el funeral y los primeros días luego de la partida de mamá. Sin embargo, el tiempo es un gran aliado que sanará poco a poco las heridas, por lo que las lágrimas y el dolor se marcharán eventualmente.

Pero, aunque se deba aprender a vivir con la ausencia de un ser tan especial, eso no significa que el dolor que provocó su partida aún no lastime en lo profundo del corazón. En fechas familiares como el día de la madre o navidad puede que alguna lágrima se escape y recuerdes con cariño aquellos momentos que disfrutaste con tu mamá.

2. La vida continúa a pesar de la tristeza

El día de la muerte de toda madre suele ser una fecha muy dolorosa para sus hijos y seres queridos. Y aunque a todas esas personas las invade una tristeza profunda y su mundo se encuentra paralizado ante semejante noticia, la vida sigue transcurriendo con normalidad. Pues esta no se detiene por nadie, sin importar el mucho dolor que embargue su corazón.

Contar con el apoyo de la pareja y los seres queridos ayuda a sanar las heridas más rápido al ser conscientes de que no estamos solos en este duro momento.

La única persona que detenía su mundo para enfocar su atención en sus pequeños son las madres. Ya que sin importar la edad de sus hijos los guían, acompañan y apoyan en todas las decisiones que tomen en su vida.

Pero cuando una mamá fallece los hijos deben aprender a reponerse y sanar las heridas emocionales, pues la vida continúa. Es decisión nuestra no hacer nada y ahogarnos en el dolor actual o, al contrario, mirar al frente y enfocar nuestra energía para solucionar los problemas.

3. Como mamá no habrá otra igual

El amor maternal es una fuente inagotable de energía, incluso en la distancia. Y es que el cariño y el apoyo que una madre les brinda a sus hijos es inigualable y no puede ser reemplazado. Mamá solo hay una y no habrá otra persona en el mundo que se entregue con tanta convicción por sus hijos, incluso cuando eso es sinónimo de sacrificios.

Desde el primer momento en que vieron a sus bebés, las madres saben que desean lo mejor para ellos siempre; sin importar su edad. Ellas estaban junto a sus niños desde su nacimiento y los seguirán acompañando en sentimiento cuando su cuerpo físico abandone la tierra. No obstante, no se encontrará nunca en el mundo otra persona que nos ame tanto como nuestra mamá.

Así que puede que pasen años antes de encontrar consuelo y aprender a mirar el pasado con alegría y agradecimiento. Porque un mundo sin mamá al lado puede parecer un lugar gris, pero recordar con amor todos aquellos momentos que la vida les permitió compartir juntos ayuda a devolverle el color a la existencia.

Cuando falte tu mamá recuérdala en los detalles simples

Experimentar la muerte de la madre es uno de los dolores más grandes y difíciles de superar por los que puede atravesar todo hijo. Sin embargo, es parte natural de la vida y si a cronología nos referimos, es algo que tarde o temprano todos viviremos.

Así que cuando falte mamá vive tu duelo en tus propios tiempos y procura recordarla en los detalles simples. Pues, aunque puede que ahora no cuentes con su calor, su amor te protegerá y te guiará sin importar la distancia.

Bibliografía

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