Cómo afecta la ausencia de la madre en los niños

Descubre por qué es importante la figura materna en el desarrollo psíquico y emocional de los niños.

La ausencia de la madre puede causar pérdida de confianza y otros trastornos en los niños.

La ausencia de la madre en los niños no es un asunto trivial. A continuación te comentaremos a profundidad de qué se trata esta situación.

La madre constituye, desde el comienzo de la vida de un niño, la figura de apego más importante. Queda claro, entonces, que su ausencia puede generar consecuencias negativas en el niño. 

El desarrollo integral de un niño está compuesto por diferentes aspectos, que van desde las necesidades físicas a las emocionales. La relación con su madre o su padre es un requisito para que el niño se desarrolle adecuadamente a nivel psíquico y emocional.

Por diferentes razones propias del devenir de la vida o quizás por circunstancias trágicas, no todos los niños tienen la fortuna de contar con su madre durante su crecimiento. En cambio, otros sí la tienen, pero no comparten mucho tiempo con ella por motivos laborales, una separación en la pareja u otras razones de fuerza mayor.

Esta ausencia de la madre puede impactar en el crecimiento de un niño. También dependerá del ambiente en el que crezca y de cómo manejen la situación quienes estén a su cargo.

Qué le ofrece una madre a su hijo

Lo primero que surge al pensar en este asunto es la palabra protección. Y es así, en casi todos los planos de la vida. En primer lugar, es nuestra madre quien nos concibe, nos trae al mundo y nos alimenta desde pequeños. Queda claro, entonces, que esta unión es indispensable para la existencia de toda persona.

Por otro lado, a medida que crecemos, es la madre quien esta ahí para restaurar cualquier estado de ánimo negativo. Ella está para aliviar, calmar, sosegar, ahuyentar lo malo. Cuando el hijo está nervioso, asustado, enojado o adolorido, ella es quien acude en su auxilio incondicionalmente.
La ausencia de la madre vulnera la autoconfianza de los niños.

El hecho de sentirse querido y valorado por su madre ayudará al niño a desarrollar su autoestima y construir una confianza en sí mismo sólida.

La ausencia de la madre puede ocasionar una gran inseguridad en los niños. Especialmente si no se trata adecuadamente. En caso de que se presente la situación, es importante contar con el apoyo de un profesional.

Consecuencias de la ausencia de la madre

La madre constituye, desde el comienzo de la vida de un niño, la figura de apego más importante. Por eso, la ausencia de la madre puede traer consecuencias importantes. A continuación enumeramos las principales:

  • Sentimientos negativos. El niño se siente menospreciado o solitario, debido a que no recibe la dosis de afecto y cariño necesaria. Puede experimentar rechazo, frustración o enfado.
  • Mal comportamiento. No responde a las órdenes, pide cosas de mala gana, se golpea a sí mismo o a otros. En líneas generales, tiene mal humor constantemente. Esto es algo común en los niños que experimentan la ausencia de uno de sus progenitores. Hay que saber ayudarlo a superar esta fase con afecto y paciencia.
  • Escaso desarrollo de relaciones sociales. Siguiendo la línea de los motivos anteriores, también las relaciones sociales se ven deterioradas. El niño, quizás por desconfianza o por no haber aprendido las habilidades sociales necesarias, tiene dificultades para conectar con los demás. Por otra parte, desarrolla dependencia hacia quienes estén allí para él.
  • Desequilibrio emocional. Esto se traduce en: irritabilidad, baja autoestima, depresión, ansiedad, falta de motivación, etcétera.
  • Problemas de salud. Se considera fundamental para la salud mental que el niño tenga el calor, la intimidad y la relación continuada con la madre (o quien la sustituya). Los cuidados maternos no se miden en horas de atención sino en términos del goce que brinda la convivencia. Disfrute y estrecha vinculación, que solo es posible si la relación es continua.
  • La asusencia de la madre es como la ausencia de alimento. Para muchos autores, el alimento y la madre son la misma cosa para el bebé. Al respecto dice Jhon Bowlby “El hambre que tiene el niño pequeño del amor y la presencia de su madre es tan grande como su hambre de alimentos.” Es así como los niños llegan a sufrir de anorexia después del destete, el nacimiento de un hermano, o el inicio de la guardería.
  • Se afecta la comunicación. Los niños al nacer no solo tienen necesidades fisiológicas. Desde el primer contacto con la madre se cruzan señales sentimentales pre-verbales como balbuceos, sonrisas y llantos. La ausencia entrañaría desinterés social o una personalidad poco afectiva.

Ausencia de la madre y rendimiento escolar

La ausencia de los padres por descuido de su función o por otras causas, genera inatención de parte del niño hacia los estudios. Se observa que no se sienten motivados por la escuela y su rendimiento es mucho menor que el de los niños con padres presentes.

Para adquirir, desarrollar y consolidar los hábitos de estudio se requiere de mecanismos efectivos y afectivos de comunicación parental. La armonía familiar crea tiempo de calidad en la cotidianidad de la familia, el cual se empleará entre otros usos, en la formación personal integral de sus miembros.

Sin la madre, este equilibrio se resiente y el niño podrá verse obligado a asumir tareas, cuidados e incluso obligaciones no acorde a su edad ni necesidades, como trabajar para buscar sustento o cuidar de hermanos pequeños.

La desintegración familiar por divorcio, violencia familiar o problemas económicos, provoca insatisfacción lo cual repercute directamente en el rendimiento escolar, con signos visibles de:

  • Falta de interés por adquirir conocimiento.
  • Falta de motivación.
  • Distracción del estudiante en hora de clase.
  • Actitud agresiva con sus compañeros.
  • Falta de autoestima.

Cómo ayudar a superar la ausencia de la madre

Pese a todo lo anterior, hay maneras de ayudar a un pequeño a superar la ausencia de la madre y sus consecuencias. Estos son algunos consejos para padres o tutores que queden a cargo de ellos:

  1. Cumplir el rol de la figura materna. Si bien no es sencillo, un padre o cualquier otro tutor puede englobar en una sola figura el rol de madre y padre. Se necesita mucho tacto, comprensión y afecto para lograrlo, pero es una solución muy beneficiosa para ambas partes. Así, llenarán el hueco en el interior del pequeño, al menos en parte.
  2. Encontrar un sustituto. Con la colaboración de tías, abuelas o cualquier otra figura femenina que pertenezca al núcleo familiar del niño, encontrar una “reemplazante” para su madre. Igual que lo anterior, el vínculo no debe ser forzado y tiene que ser construido paulatinamente, sobre la base de la confianza y el amor.
  3. Explícarle la situación. Como dicen, con la verdad se va a todos lados. Entonces, lo ideal es que le cuentes al pequeño la situación precisa por la que su madre no está en su vida. Tarde o temprano crecerá y deberás hacerlo igualmente.

En aquellos casos donde la ausencia de la madre es parcial (por motivos laborales, por ejemplo), la salida puede resultar más sencilla. Diversos estudios han concluido que es más importante la calidad que la duración del tiempo compartido.

Es necesario que le dediques a tus hijos atención plena en momentos determinados. Recuerda que la suma de estos momentos los ayudará considerablemente.

No es necesario forzar esto, puedes optar por jugar, pasear o ayudarle a hacer tareas. Así se sentirá valorado, apoyado y verá que su madre se interesa por él, lo ama y lo apoya. En otras palabras, el niño debe poder contar con una presencia real a diario.

Bibliografía

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