¿Cómo ponerle un supositorio a tu bebé de forma segura?

Colocar un supositorio al bebé puede ser la solución para tratar algunas afecciones. Aún más cuando no acepta medicamentos por vía oral. Conoce cómo administrarlos a continuación.

Los supositorios son una de las alternativas para administrar medicamentos a los bebés. Se insertan a través de la vía rectal, donde se disuelven y liberan su principio activo en la sangre.

Este tipo de presentación farmacéutica resulta útil en niños cuando hay impedimentos para administrar medicamentos por vía oral, como vómitos, convulsiones o, más comúnmente, la resistencia del bebé a tomarlos.

Colocarlos de manera correcta permite una absorción más rápida y efectiva del medicamento. A continuación, te explicamos cómo administrar un supositorio a tu bebé y ofrecemos algunos consejos para que el proceso sea fácil y seguro. Sigue leyendo.

¿Qué es un supositorio?

Un supositorio es un medicamento diseñado para administrarse por vía rectal. Tiene una forma cónica y mide aproximadamente entre 3 y 4 cm. Al introducirlo en el recto, se disuelve debido al calor corporal, liberando el medicamento en una zona rica en vasos sanguíneos para su rápida absorción.

Sin embargo, la absorción puede ser irregular y conlleva posibles problemas como fugas y malestar. La administración de supositorios puede resultar incómoda para el bebé si no se realiza correctamente.

Uso de supositorios en pediatría

Aunque los supositorios no son comunes en la actualidad, siguen siendo una opción viable para bebés y niños. Esto se debe a que, en esta etapa, es natural que la administración de medicamentos por vía oral pueda ser difícil debido a la resistencia del bebé a tomarlos.

Además, algunas condiciones de salud pueden dificultar que el niño trague o digiera el medicamento, como problemas de deglución o trastornos gastrointestinales. En cualquier caso, es necesario obtener la autorización del pediatra antes de optar por esta forma de administración.

¿Cómo administrarle un supositorio a tu bebé?

Colocar supositorios en bebés y niños no es una tarea complicada, pero requiere paciencia y conocimiento para garantizar que el supositorio permanezca en su lugar y cumpla su efecto terapéutico. Para administrar un supositorio de manera segura al bebé, sigue estos pasos:

  1. Ten el supositorio a administrar a mano; si lo prefieres, puedes usar guantes o un dedil.
  2. Busca un lugar seguro y cómodo para colocar al bebé, idealmente en una superficie firme sin riesgo de caídas.
  3. Lava tus manos con agua y jabón; esto ayuda a prevenir cualquier contaminación. Repite este procedimiento después de manipular el supositorio.
  4. Retira el envoltorio del supositorio y extráelo, evitando manipularlo en exceso para no derretirlo con el calor de las manos.
  5. Coloca al bebé boca arriba y levanta sus piernas con una mano, similar a cuando le cambias el pañal. También puedes acostarlo de costado, con la pierna inferior recta y la superior flexionada hacia el abdomen.
  6. Sujeta el supositorio entre el dedo índice y el pulgar.
  7. Introduce el supositorio en el ano con firmeza y en dirección hacia el ombligo, asegurándote de que la parte recta quede hacia adentro para evitar que se salga.
  8. Después de la inserción, mantén las nalgas del bebé juntas durante aproximadamente 5 minutos.
  9. Si el supositorio se sale, vuélvelo a introducir.
  10. Intenta que el bebé permanezca acostado durante al menos 15 minutos.

¿Cómo colocar un supositorio a niños mayores de un año?

Si el bebé tiene más de un año, busca el momento adecuado para administrar el supositorio. Para lograr una mejor absorción, es recomendable hacerlo después de que haya defecado.

Además, es útil que el bebé esté tranquilo y entretenido con la televisión o un juguete. Los pasos son los mismos que se describieron anteriormente, pero la posición del niño debe ser diferente para evitar lesiones.

En este caso, debes acostarlo de lado, con la pierna inferior extendida y la pierna superior flexionada hacia el abdomen. Esta posición facilita la inserción del supositorio y evita que el niño se mueva.

Sugerencias generales

Además de los pasos mencionados anteriormente, es importante tener en cuenta algunas recomendaciones útiles al administrar un supositorio al bebé. Estas incluyen:

Introdúcelo de manera correcta

Un error común al introducir un supositorio es hacerlo por la punta en lugar del extremo plano. La Asociación Española de Pediatría detalla que lo correcto es comenzar por el extremo plano, ya que esto facilita que el supositorio permanezca en el recto y no se salga.

Es importante mencionar que algunos supositorios pueden tener instrucciones del fabricante que recomiendan introducirlos por el extremo ovalado. En cualquier caso, siempre se debe leer el inserto del supositorio antes de su administración.

De ser necesario, lubrica el supositorio

Si el supositorio no se desliza con facilidad, puedes mojar con agua fría el extremo plano del supositorio, es decir, el lado por donde lo vas a introducir. Si tienes un gel lubricante, también puedes aplicar un poco en la punta. Sin embargo, es importante recordar que no se debe usar vaselina como lubricante.

¿Qué hacer si el supositorio es muy blando?

Un supositorio puede ablandarse si se encuentra en un ambiente cálido o si se manipula durante mucho tiempo. Para enfriarlo, debes colocarlo en el refrigerador durante aproximadamente 30 minutos o dejar caer agua fría sobre él, manteniéndolo dentro de su envoltorio.

Para prevenir que el supositorio se ablande, almacénalo en un lugar fresco y oscuro, de preferencia a una temperatura de 25 °C. En estos casos, siempre es importante seguir las instrucciones del fabricante.

¿Qué hacer si el supositorio es expulsado?

El supositorio puede salirse minutos después de su inserción, a menudo debido a que no se aplicó suficiente presión al introducirlo. Si esto sucede, debes volver a colocarlo, esta vez aplicando un poco más de presión. El supositorio debe introducirse aproximadamente entre media y una pulgada dentro de la abertura del recto.

¿En qué casos se indica el uso de supositorios en bebés?

Los supositorios infantiles se emplean para tratar diversas afecciones de salud. Según una publicación de Advanced Drug Delivery Reviews, las principales indicaciones de las formas farmacéuticas rectales en niños, en regiones como Estados Unidos, Japón y algunos países europeos, incluyen su uso en tratamientos analgésicos y antipiréticos, antiinflamatorios, antieméticos y laxantes.

  • Supositorios de glicerina: se usan en casos de estreñimiento para ablandar las heces y facilitar su eliminación. Pueden ser utilizados a partir del primer año de edad. La dosis varía según la edad y el peso del niño.
  • Supositorios de paracetamol: se emplean en pediatría para aliviar el dolor moderado y reducir la fiebre. La dosis y la frecuencia de uso deben ser indicadas por un especialista.
  • Supositorios de dipirona: se recomiendan para reducir la fiebre y aliviar el dolor. Pueden ser utilizados en bebés con un peso superior a los 5 kilos.

¿Cuándo no se debe colocar un supositorio al bebé?

Existen algunas contraindicaciones para la administración de supositorios, según la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios:

  • Hipersensibilidad al principio activo o a alguno de los excipientes.
  • Afecciones anorrectales, rectocolitis hemorrágica y procesos inflamatorios hemorroidales.
  • Pacientes con retortijones, cólicos, náuseas, vómitos u otros signos de apendicitis, obstrucción intestinal, dolencias intestinales inflamatorias agudas o, en general, en cualquier situación de dolor abdominal de etiología desconocida.

Además, es importante no exceder la frecuencia de administración de supositorios y evitar aplicar una presión excesiva al introducirlos cuando el bebé no coopera. Una desventaja del uso de supositorios es que pueden causar lesiones en el área anal del bebé, resultando en irritación, escozor o picor anal, en especial si el bebé muestra resistencia durante la inserción.

¿En cuánto tiempo hace efecto un supositorio en el bebé?

Desde su aplicación, el supositorio puede tardar entre 15 y 30 minutos en hacer efecto. Sin embargo, varios factores pueden influir en la absorción del medicamento y en su respuesta, entre ellos:

  1. Retención del supositorio: El tiempo que el supositorio permanece en el recto afecta su efectividad. Si el supositorio se sale minutos después de la inserción, es probable que no logre el efecto terapéutico deseado.
  2. Presencia de heces en el recto: La absorción del medicamento se reduce cuando hay una acumulación de heces en el recto.
  3. Profundidad de inserción: Contrariamente a la creencia popular, introducir el supositorio muy profundamente no garantiza su efecto y aumenta el riesgo de que se salga.
  4. Principio activo del supositorio: Los supositorios de glicerina pueden comenzar a hacer efecto alrededor de los 15 minutos después de su inserción, mientras que los supositorios para la fiebre pueden tardar incluso más de 30 minutos en hacer efecto.

Siempre sigue las recomendaciones del pediatra

No es común que los pediatras prescriban medicamentos en forma de supositorios. Sin embargo, pueden recetarlos cuando se busca una acción directa a nivel rectal, como en el caso de los supositorios de glicerina para tratar el estreñimiento o para reducir la fiebre en bebés.

Colocarlos de manera adecuada es fundamental para prevenir lesiones en el área anal, como irritaciones o picor y garantizar que se absorban para lograr el efecto esperado. Si tienes alguna pregunta o duda acerca de la administración de medicamentos por esta vía, consulta con el pediatra.

Bibliografía

Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.

Scroll al inicio