¿Cómo adquieren nuevos conocimientos los niños?

Los niños van adquiriendo nuevos conocimientos a través de su experiencia. En ocasiones, se valen de la información con la que ya cuentan, pero otras veces se ven obligados a modificar sus esquemas mentales.
¿Cómo adquieren nuevos conocimientos los niños?
Elena Sanz Martín

Escrito y verificado por la psicóloga Elena Sanz Martín.

Última actualización: 16 noviembre, 2019

Como dijo el filósofo inglés John Locke, los niños son una tabla rasa. Su mente es una hoja en blanco preparada para colmarse de nuevas informaciones, ideas y conceptos a través de las experiencias vitales. El proceso por el que los niños adquieren nuevos conocimientos fue descrito por el psicólogo suizo Jean Piaget. 

Sus aportaciones al estudio de la infancia permitieron crear una teoría evolutiva que da cuenta del modo en que los niños van aprendiendo y alcanzando hitos en su desarrollo. Su teoría acerca de la adquisición de nuevos conocimientos por parte de los más pequeños se centra en el concepto de adaptación. Esto es debido a que, para Piaget, aprender es sinónimo de adaptarse a las novedades del ambiente. 

Los niños adquieren nuevos conocimientos por el proceso de adaptación

El aprendizaje solo tiene sentido enmarcado en unas circunstancias cambiantes. Experimentando dichas situaciones nuevas se produce un salto cualitativo que nos lleva a interiorizar nuevos conocimientos. Para comprender este proceso, es imprescindible resaltar el papel de los esquemas cognitivos.

Los esquemas son organizaciones de ideas que actúan como un mapa: constituyen la base para interpretar el terreno y movernos sobre él. De esta manera, por ejemplo, para la mayoría de niños, su esquema de familia está constituido por una madre, un padre y un hijo (pues es la situación real que conoce y experimenta a diario).

Niño con una pizarra llena de número y letras para averiguar cómo adquieren nuevos conocimientos los niños.

Cuando se produce una situación novedosa, un cambio, nos vemos obligados a darle un lugar en nuestra organización mental. Es la información nueva la que nos fuerza a ampliar o modificar nuestros esquemas para que estos sigan resultando de utilidad para desenvolvernos.

Esta reorganización de los esquema se produce a través de dos procesos diferentes pero complementarios: la asimilación y la acomodación. Mediante ellos, se busca un equilibrio entre la novedad y el cambio: en algunas situaciones será necesario mantener las ideas que ya tenemos establecidas, mientras que en otras será necesario modificarlas.

Asimilación

La asimilación hace referencia al proceso a través del cual la información nueva se amolda a los esquemas ya existentes. En este caso, los niños se enfrentan al entorno valiéndose de la organización mental que ya poseen e incorporan los nuevos datos a la misma.

De algún modo, tienden a modificar la experiencia para que esta se ajuste a lo que ya conocen. Sin embargo, este es el método más sencillo de adquisición de nueva información, ya que no requiere un gran ajuste. Por ejemplo, un niño ve por primera vez un caballo y dice que es un perro grande. U observa por primera vez una pala en la playa y, debido a su forma similar, considera que es una cuchara enorme. Está asimilando la nueva información con base en la que ya posee.

Acomodación

La acomodación es el proceso mediante el cual el niño modifica sus esquemas mentales en función de las demandas del medio. En el caso anterior, la información novedosa se ajustaba para encajar con los esquemas ya existentes; en este caso, son los esquemas los que cambian para adaptarse a la experiencia nueva.

Niña mirando una flor y adquiriendo nuevos conocimientos.

Volviendo al ejemplo que antes presentábamos sobre el niño cuyo esquema de familia estaba representado por padre, madre e hijo, imaginemos ahora que sus padres se divorcian y él comienza a vivir con su madre y su nueva pareja. De esta forma, su concepción mental de familia se verá modificada para dar cabida a la nueva circunstancia experimentada.

Igualmente, el niño que pensó que la pala era una cuchara gigante, cuando comprenda que una sirve para comer y la otra para jugar, habrá de modificar sus esquemas. De no hacerlo, estos ya no le serían útiles para comprender su entorno y relacionarse con él.

No solo los niños adquieren nuevos conocimientos

Como hemos observado, los procesos que utilizan los más pequeños para comprender su ambiente son complejos y fascinantes. No obstante, esto no es exclusivo de la infancia. Los adultos aún utilizamos la asimilación y la acomodación cuando aprendemos un nuevo idioma, una nueva receta de cocina o comenzamos a manejar un nuevo programa de ordenador.

Desde que nacemos hasta que morimos, nunca dejamos de adquirir nueva información. Siempre que sea suficiente, con un pequeño ajuste estaremos asimilando, pero cuando se requiera una modificación de esquemas básicos, estaremos poniendo en práctica la acomodación.


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