Bandejas sensoriales: ideas para hacerlas en casa

Las bandejas sensoriales son una herramienta educativa intrigante que despiertan la curiosidad de los más pequeños de casa. ¡Descubre cómo estimulan los sentidos y despiertan la creatividad!
Bandejas sensoriales: ideas para hacerlas en casa
Maria Fátima Seppi Vinuales

Escrito y verificado por la psicóloga Maria Fátima Seppi Vinuales.

Última actualización: 16 octubre, 2023

Los sentidos nos brindan información valiosa sobre el mundo que nos rodea. «¡Cuánta acidez tiene un limón!», o «¡qué suaves son los conejos!», son ejemplos de cómo percibimos nuestro entorno a través de los sentidos. Sin embargo, a menudo pasamos por alto la importancia de incorporarlos en nuestras vidas y en la toma de decisiones.

Estimular estos sentidos desde una edad temprana es enriquecedor para los niños, y en este sentido, las bandejas sensoriales se convierten en un recurso educativo excepcional. A continuación, te proporcionamos más información sobre este valioso recurso.

¿Qué son las bandejas sensoriales para niños?

Las bandejas sensoriales son una propuesta lúdica y educativa que tiene como objetivo mantener a los niños entretenidos mientras exploran y disfrutan de sus sentidos.

Como su nombre indica, el propósito de estas bandejas es permitir que los niños estimulen sus sentidos: tocar, oler, saborear, mover y explorar. Estos verbos de acción y percepción son elementos clave en los objetivos de una bandeja sensorial. En general, este recurso puede ofrecerse a los niños desde que son capaces de sentarse por sí mismos, alrededor de los 6 meses de edad.

Beneficios de las bandejas sensoriales

La estimulación temprana conlleva numerosas ventajas en el desarrollo motriz, cognitivo, psicológico, emocional y social de los niños. Algunos de los beneficios de ofrecer bandejas sensoriales a los niños son los siguientes:

  • Estimulan la creatividad y la imaginación.
  • Favorecen el desarrollo de la motricidad fina.
  • Contribuyen a la estimulación temprana de los sentidos.
  • Ayudan a reducir la agitación, el estrés y la ansiedad, proporcionando un recurso calmante.
  • Promueven la atención y la concentración, ya que los niños pueden pasar largos periodos explorando la bandeja, sumergiéndose en la experiencia y enfocando su atención en ella.


¿Cómo hacer una bandeja sensorial en casa?

Para crear y utilizar una bandeja sensorial, todo lo que necesitas es un poco de imaginación y estar listo para empezar. Incluso, no es necesario hacerlo solo, puede ser una actividad colaborativa que realices junto con tu hijo. A continuación, te ofrecemos los pasos a seguir para implementar esta estrategia.

1. Buscar un recipiente adecuado y una superficie amplia de trabajo

En primer lugar, necesitarás un recipiente en el que colocar los elementos. Cuanto más grande sea el recipiente, más oportunidades tendrás de incluir estímulos para los distintos sentidos.

2. Elegir la temática

Una vez que hayas definido el recipiente, puedes determinar el tipo de bandeja que deseas crear, incluso con una temática específica. Por ejemplo, puedes optar por una bandeja húmeda, agregando elementos líquidos, como bolitas de gel o espuma de afeitar. O bien, puedes optar por una bandeja seca, incorporando elementos como fideos, azúcar, trozos de tela, piedras, harina, entre otros.

Además, la bandeja sensorial también puede servir para reforzar otros aspectos del aprendizaje. Por ejemplo, puedes utilizar pan rallado y conchas marinas para crear una bandeja que permita explorar el entorno marino y sus características. Mientras que la espuma de afeitar o el arroz blanco pueden ser utilizados para recrear un entorno polar con predominio de la nieve.

3. Seleccionar elementos para los distintos sentidos

El objetivo principal es estimular los sentidos, por lo que es crucial incorporar una variedad de elementos. Puedes considerar texturas para estimular el tacto, aromas para despertar el olfato, objetos con colores y patrones distintos para atraer la atención visual, así como elementos que generen sonidos al moverlos o golpearlos para trabajar la audición.

En situaciones donde sea difícil incorporar un elemento que estimule un sentido en particular, puedes guiar al niño para que comprenda por qué ese sentido no está presente en ese objeto. Por ejemplo, una tela no tiene sabor porque no es para comer, o una piedra no tiene olor.

Resaltar la ausencia de ciertas características sensoriales en los objetos también ayuda a los niños a tomar conciencia de los sentidos y la información única que cada uno de ellos proporciona.

A tener en cuenta 

Además de los materiales diseñados para estimular los sentidos, puedes incorporar otros elementos para enriquecer la experiencia de juego. Esto es útil cuando los niños ya han alcanzado la etapa del juego simbólico.

Por ejemplo, si añades figuritas de animales a una base de elementos secos, como harina, sémola o azúcar, los niños pueden imaginar que los animales están en un desierto y deben emprender un viaje. Esto destaca la versatilidad de un juego que se puede reinventar de múltiples maneras cada vez que se propone.

La diversión de la bandeja sensorial no tiene límites. A medida que los niños crecen, puedes sugerirles actividades adicionales, como por ejemplo:

  1. Después de explorar los materiales y permitir que los sentidos vaguen libremente, puedes proporcionarles recipientes de distintos tamaños para que practiquen el trasvase. Esto les ayudará a entender conceptos como equivalencia, volumen y tamaño.
  2. También puedes sugerirles que utilicen una cuchara o pinzas para transferir elementos de un recipiente a otro, lo que fomentará su destreza motora fina.
  3. Otra idea es preparar la bandeja sensorial y pedirles que cierren los ojos, dejándose guiar por los demás sentidos. Puedes plantear preguntas como: «¿qué estás tocando?, ¿cómo se siente?, ¿es suave o rugoso?, ¿a qué huele lo que tienes en la mano?», esto promoverá una mayor conciencia sensorial y una mayor conexión con los sentidos.


Recomendaciones adicionales de cuidado al usar la bandeja sensorial

En primer lugar, es importante tener en cuenta el tamaño y el tipo de elementos que se utilizan en la bandeja sensorial. Dado que esta es una herramienta que se puede emplear desde edades tempranas, ciertos objetos podrían representar un riesgo para los niños.

Por ejemplo, en el caso del azúcar, sus pequeños gránulos pueden quedar adheridos a las manos de un niño y luego llegar a los ojos. Además, en el caso de bebés, se recomienda emplear elementos de mayor tamaño para prevenir que los tomen y se los lleven a la boca, lo que podría causar atragantamiento. Por lo tanto, la supervisión de un adulto es fundamental durante el juego.

En segundo lugar, dependiendo del tipo de elementos utilizados, es posible que la superficie de juego requiera limpieza una vez finalizada la actividad en la bandeja sensorial. En este sentido, organizar y guardar los objetos también puede convertirse en una actividad que se realice junto con el niño, enseñándole así la importancia del orden.

Los sentidos, guías del mundo exterior

En un mundo en el que los niños se conectan a las pantallas a edades cada vez más tempranas, las bandejas sensoriales ofrecen una oportunidad para conectar con el mundo real a través del tacto, la percepción y el movimiento. Esto sucede de manera presencial, no a través de la virtualidad.

En pocas palabras, a través de los sentidos, los niños perciben el mundo exterior y le dan «sentido». No se trata solo de tomar conciencia de un olor o una textura, sino de construir una experiencia única.

Por ejemplo, el olor a pan caliente evoca mucho más que un simple aroma; también puede transportarlos en el tiempo, llevándolos de vuelta a los domingos por la tarde en casa de su abuela.

Por lo tanto, fomentar este tipo de actividades lúdicas les permite a los niños estar más atentos a otras formas de obtener información y aprender, lo que contribuye a construir vivencias significativas en sus vidas.


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