Aguanto por mis hijos, pero me quiero divorciar, ¿hago lo correcto?

Nadie piensa en el divorcio cuando comienza su matrimonio, pero lastimosamente en ocasiones la convivencia se hace pesada y es necesario tomar una decisión.

Aguanto por mis hijos, pero me quiero divorciar, ¿hago lo correcto?

La vida en pareja está llena de altibajos que pueden poner en peligro la estabilidad de un matrimonio de no buscar soluciones. Sin embargo, cuando se acaba el amor, la empatía y la responsabilidad emocional, recuerda que quererse divorciar es una alternativa muy respetable. Una relación que está marcada por violencia, infidelidad o maltrato psicológico no tiene por qué tolerarse, ni siquiera por los hijos.

¿Qué hacer cuando no se es feliz en una relación, pero hay niños de por medio? Muchas madres y padres sienten remordimiento de alejar a sus pequeños de uno de ellos y deteriorar así su conexión. No obstante, un adulto responsable jamás abandonaría a su hijo. Por lo que ambos deben priorizar su bienestar físico y emocional.

Si tu matrimonio te hace infeliz, te puedes divorciar

Existen algunas parejas con hijos que gracias a la terapia o con ayuda de un cambio consciente son capaces de superar las adversidades y seguir juntos. Pero cada caso es particular y en muchas ocasiones el amor se marcha por la puerta delantera dejando a mujeres y hombres atados a un compromiso que pueden cumplir de manera separada.

Cuando el amor se acaba y la convivencia comienza a verse afectada es momento de actuar para pensar en el bienestar emocional de todos.

En una gran mayoría de casos las mujeres suelen repetirse la frase “aguanto esto por mis hijos”, para justificar la violencia machista o las faltas de respeto de sus parejas. Pero no dejes que detrás de esa excusa se te vaya la felicidad de la vida intentando arreglar algo que viene deteriorándose desde hace un largo tiempo.

Y aunque es totalmente comprensible que se quiera brindar a los hijos una familia tradicional en donde los papás son un equipo incondicional se trata de un objetivo que en ocasiones por diferencias irreconciliables puede resultar imposible de alcanzar. Cuando un matrimonio se encuentra roto, la decisión más sabia es divorciarse y no esperar al momento perfecto, pues no existe.

¿Cómo afecta el divorcio a los hijos?

Contrario a lo que puede pensarse, quererse divorciar no siempre significa el fin de la conexión familiar. El hecho de que mamá y papá no hayan encontrado la manera de seguir conviviendo no significa que ambos no deseen lo mejor para sus hijos.

Muchas veces el divorcio hace que se sanen heridas y comportamientos que terminan por mejorar la relación entre los niños y sus papás.

Es mejor tener padres separados que padres infelices. Ya que aguantar malos tratos en donde se expresa esa falta de amor no solo afecta a los adultos, sino también a sus hijos. Una separación manejada con responsabilidad afectiva, tanto con la pareja como con los niños, es una decisión madura en pro del bienestar de todos.

Y por supuesto que habrá dolor de por medio. Te estás separando de tu pareja y los hijos se sumergen en nuevas rutinas para no perder el vínculo con sus padres. No obstante, si se decide quedarse en una relación donde no hay amor, confianza ni respeto solo se le está dando un mal ejemplo a los hijos que podría afectarlos a futuro.

Cuando permitimos prácticas y comportamientos inaceptables en nuestro matrimonio esa es la enseñanza que les estamos dando a los niños. ¿Acaso te gustaría que tu hija se quedara estancada con un hombre mentiroso, infiel o violento? Actúa con inteligencia emocional para que tus hijos tengan un buen modelo para seguir.

Los hijos no deberían influir si te quieres divorciar

Buscar la felicidad en la vida es algo que no solo les hace bien a los padres, sino también a sus hijos. El divorcio puede parecer un camino difícil de transitar porque lo es. Pero es una decisión llena de amor propio y determinación que dejará en los hijos un mensaje de valentía y de superación personal. Al recordarles que nunca deben permitir que sus parejas pasen por encima de ellos.

Si vives una relación tóxica y permaneces en ella para evitar el posible trauma que se les puede generar a los niños piensa bien las consecuencias de tus actos. Porque puede que ambos padres convivan en el mismo techo, pero están rodeados de comportamientos y situaciones reprochables que los hijos terminarán normalizando y les afectará en sus relaciones futuras.

Así que evita quedarte en un matrimonio abusivo o en donde no haya amor mutuo. Es preferible no enviar un mensaje dañino a tus pequeños al creer que en su familia no hay cariño, respeto, empatía o compromiso. Mejor divórciate teniendo en cuenta las necesidades emocionales de tus hijos y recuérdales que siempre deben alcanzar la felicidad propia sin importar las adversidades.

Bibliografía

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