5 claves del vínculo entre madre e hijo
El vínculo entre madre e hijo se crea desde el primer día de la concepción. Esta unión nunca es planeada ni forzada; surge de manera espontánea y crece con el paso del tiempo. Para cuando el bebé ya se encuentra fuera del vientre materno, la conexión entre madre e hijo resulta asombrosa. ¿Conoces cuáles son las claves que activan este vínculo con tu bebé?
En el momento del alumbramiento, lo primero que queremos es mirar al bebé y sostenerlo entre nuestros brazos. Ese primer instante nos reconforta y nos llena de emociones positivas que van desde la alegría, la gratitud y el amor hasta la satisfacción.
Precisamente, en ese primer contacto físico es cuando se activa definitivamente el vínculo entre madre e hijo. En ese instante, se produce un proceso determinante en la vida del bebé.
Si la unión se desarrolla de forma sana y positiva, el bebé tendrá una tendencia a experimentar el afecto de una forma empática. Gracias al contacto materno, el bebé será mucho más capaz de establecer relaciones asertivas y crecer sin carencias emocionales.
Por otro lado, si el vínculo es pobre o nulo —bien sea por una interrupción de este o por su completa omisión por una causa u otra—, posiblemente el bebé tienda a experimentar ciertas carencias emocionales e inseguridades. La falta de contacto físico puede suponer una dificultad para el desarrollo del niño a lo largo del tiempo.
Beneficios del vínculo entre madre e hijo
Según algunos investigadores, este vínculo aporta múltiples beneficios tanto a las madres como a los niños. La unión que se establece entre ellos es algo primordial para la formación y la educación del infante.
Del mismo modo, esto ayuda a la mujer a sentirse más fuerte y valorada. En otras palabras, el potencial de este vínculo es inmenso.
“Una conexión segura estimula y acrecienta la autoestima de los niños con el paso de los años. Además, favorece el desarrollo de su autonomía y personalidad desde la primera etapa”
Por otra parte, hay que destacar que, mediante el contacto físico y el amor maternal, los pequeños pueden manejar mejor el estrés cuando se encuentran en su etapa más vulnerable.
Al darles afecto y calor de madre, ellos experimentan una sensación parecida a la que tenían cuando se encontraban en el vientre materno. Con esto, se puede decir que el calor de madre les brinda una sensación de placer y bienestar.
Asimismo, los bebés que gozan de un vínculo entre madre e hijo sano y estable tienen mayores probabilidades de éxito en la vida. Esto también contribuye a mejorar la calidad de sus relaciones interpersonales, ya que les brinda mayor facilidad para relacionarse con los demás, les ayuda a ser más comunicativos y, por supuesto, afectuosos.
En otras palabras, el afecto que se manifiesta desde el primer instante a través del sentido del tacto potencia el desarrollo psicológico-emocional del bebé, a la vez que nos permite sentir una gran variedad de emociones positivas que influyen en diversos aspectos de nuestras vidas.
5 claves para fortalecer el vínculo entre madre e hijo
1. Fomentar el contacto visual y táctil
Esto ayudará a crear una cercanía entre los dos, lo cual es importante para que el niño se sienta seguro. El vínculo entre madre e hijo siempre se verá reforzado a través de los sentidos, y debemos saber aprovecharlos a todos.
Es muy importante conectar con el pequeño a través del tacto y la voz, acariciándole y hablándole. Incluso con los mimos y las cosquillas estrechamos el lazo afectivo. De esta forma, el bebé aprenderá a reconocer nuestro olor, voz y piel.
2. Aprovecha el momento de alimentar al bebé
Cuando el niño acaba de nacer, tanto la lactancia materna como la alimentación con biberón constituyen un momento íntimo. En este momento, madre e hijo exploran y se familiarizan con el lenguaje corporal mutuo. Por otra parte, le proporciona al bebé una sensación de comodidad y confianza en brazos de su madre.
También el momento del baño es una buena situación para afianzar el vínculo afectivo con el pequeño, al igual que la hora de dormir o de consolarle.
“Cuando un bebé se siente atendido, el vínculo con sus padres no solo aumenta considerablemente, sino que se potencia. Además, lo fortalece día a día y permite que sea capaz de superar la sensación de soledad que siente al llorar”
3. Compartir el mismo espacio físico
Es recomendable que el bebé duerma en su propia cuna, pero en un espacio cercano al de la madre. Es decir, se recomienda que madre e hijo compartan un mismo espacio físico, en la medida de lo posible. De hecho, muchas madres optan por tener la habitación del bebé cerca de las suyas.
Compartir el espacio físico promueve el contacto piel a piel con el bebé y fortalece el vínculo entre ambos. Mientras más cariño le demos al bebé, más pronto nos responderá con su afecto. Comprobarás así que se trata de algo hermoso, único y sumamente satisfactorio.
4. Acaricia a tu bebé cuando llora
Es indispensable prestarle atención, escucharle y hacerle saber que estamos allí para él, para responder a sus necesidades. Nuevamente, el contacto físico se impone como una forma de interacción insuperable.
5. Háblale, cántale
El bebé llegará a una etapa en la que atenderá a todas las señales que se le puedan hacer. Igualmente, puede usar señas para comunicarse, como por ejemplo, sonreír y balbucear.
Responder a ello estimulará su atención y favorecerá el vínculo de manera positiva. Más adelante, estas interacciones le servirán para conocer los principales elementos de la comunicación.
Frente a todas estas claves, es importante saber que los límites son importantes. No se debe olvidar que el afán de cuidar al bebé no debe hacer que se descuiden las necesidades propias; es posible crear un equilibrio donde ambas situaciones sean compatibles.
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