¿Qué significa la crianza respetuosa?

La crianza respetuosa significa más que una forma de proporcionar cuidados. Es un modo de vida que parte del amor, la empatía, el respeto y la consideración. Se caracteriza por establecer una distancia crítica de las posturas adultocéntricas empeñadas en tener la razón y el monopolio de la verdad.

Educar y formar a un niño desde su nacimiento es una de las tareas más valiosas que se puede desarrollar como ser humano. Para optar por este estilo de crianza y brindar herramientas que fortalezcan el bienestar emocional a lo largo de la vida, conozcamos un poco más de su filosofía.

Bases y conocimientos de la crianza respetuosa

La crianza respetuosa se basa en el amor y en el reconocimiento del niño en su dimensión humana. Demostrar amor, sentir interés por sus inquietudes y actividades, abrazarlos, mimarlos y protegerlos, son cosas que por lo general hacen los padres con todos sus hijos.

Es un acto natural, innato, que surge como un impulso en la mente y corazón de papá y mamá. El psicoanalista inglés John Bowlby lo explicaba como una tendencia a crear fuertes lazos afectivos que son necesarios y determinantes para evitar problemas de ansiedad, ira o depresión en el futuro, según lo reseña este artículo de la revista Aperturas.

A pesar de que su práctica ha ganado mucho espacio, también cuenta con opiniones en contra que la consideran muy permisiva. De hecho, producto de nuestra propia infancia carecemos de referentes porque en muchos casos prevalecieron los modelos verticales, en los que adiestrar, hacer obedecer y reprimir a los hijos era algo bastante recurrente.

Como todo, los estilos de crianza son diversos; simplemente existen personas que rechazan cualquier modelo contrario al que utilizaron por generaciones en su familia. Sin embargo, lo cierto es que no existe una única forma que resulte perfecta e infalible para criar a un hijo.

Igualdad, empatía y respeto: principios de la crianza respetuosa

Hay relaciones verticales centradas en padres, madres y cuidadores responsables del acompañamiento. Pero también las hay horizontales, como en la respetuosa, lo cual significa que padres e hijos son copartícipes de la crianza. Con otras palabras, existe una visión unidireccional que plantea que padre y madre son centrales en el proceso, y los hijos e hijas pasivos y maleables. Ello contrasta con los cambios actuales en la concepción de la infancia.

En efecto, ahora los niños pasan de ser objetos de protección, a sujetos activos de derechos, que los padres deben promover, respetar y proteger.

Se alcanza así una parentalidad democrática que garantiza no solo dicha igualdad, sino seguridad física y emocional al niño, tal como lo refiere en esta publicación la Revista Estudios. Como consecuencia, se establece una relación basada en límites no punitivos, que no recurre a la aplicación de sanciones o castigos.

Aspectos fundamentales de la crianza respetuosa

La crianza respetuosa se define a partir del respeto a los ritmos, opiniones y necesidades de los niños y las niñas, consideradas personas con derechos. Por lo tanto, se basa en lo siguiente.

• Igualdad. Papá y mamá no son los únicos que pueden opinar o saber respecto a un tema, los niños también pueden intervenir y no solo obedecer.
• Respeto a las opiniones. Los padres deben ser capaces y estar dispuestos a conectarse con las necesidades de sus hijos y darles una respuesta genuina, verdadera, pero por sobre todas las cosas, llena de amor.
• Límites no punitivos. Este es un aspecto vital de la crianza respetuosa. Pues, aunque no se imponen castigos ni sanciones, el pequeño debe saber que existen cosas que no puede hacer. Ello enmarcado en un modelo en el que los padres son ejemplo a seguir y el amor es enorme, pero firme, lejos de la violencia.

En definitiva, los pareceres, inquietudes, sentimientos y emociones serán tomados en cuenta en su justo valor. Forman parte de un genuino y particular proceso de maduración y comprensión de la vida. En ese sentido, los niños son poseedores de un saber digno de protección, como lo plantea el artículo «Cuerpo, niñez y crianza…» publicado en la Revista Uruguaya de Antropología y Etnografía.

«…los padres que inician la crianza con la conciencia de que el golpe es inútil y perjudicial, se verán motivados a poner en práctica y diseñar otro tipo de estrategias y recursos para la disciplina, unos que sean positivos y no violentos…»

– Cero golpes, crianza respetuosa, de Yoselin Priscilla Cortes García –

La receta perfecta para criar no existe

Mucho se dice sobre la forma en la que mamá y papá eligen criar a sus hijos. Por lo regular, son blanco de frases del tipo: «eso no se hace así», «a los niños hay que corregirlos con disciplina», «no se puede ser tan duros», «hay que ser más flexible». Lo cierto, es que se aprende en el camino sin que existan fórmulas mágicas y la crianza respetuosa significa una excelente opción para comenzar a recorrerlo.

Es esencial entender que somos los guías de criaturas irrepetibles, con una personalidad especial, distinta a la de cualquier otro ser. Por ello la importancia de disfrutar del proceso y activar las alternativas que se adapten a las necesidades del pequeño y de la familia, procurando la armonía y el bienestar emocional.