El reflejo de la marcha automática es una conducta instintiva que se da en los bebés durante su primer mes de vida. Al igual que muchos otros, es un indicador de un desarrollo adecuado por parte del recién nacido. Veamos en qué consiste y cuáles son sus señales de alerta.
La aparición de los reflejos son la forma más efectiva que tienen los pediatras para evaluar que el crecimiento de un bebé se desarrolle conforme a lo esperado. Los más comunes son el reflejo de Landau, el de prensión, el de moro y el de succión.
A todos estos, podríamos agregar el reflejo de la marcha automática, que aparece aproximadamente desde el cuarto día de vida.
Se trata de una acción verdaderamente llamativa para seres tan pequeños: tanto es así que hace poco se volvió viral un vídeo que mostraba a un recién nacido “caminando”.
De acuerdo a los parámetros normales, además, este reflejo debería desaparecer cuando el bebé cumpla su primer mes de vida. Si se extiende más, puede ser considerado como una señal de alerta, como veremos más adelante.
¿Cómo se evalúa el reflejo de la marcha automática?
Su forma de examinación es muy sencilla: se debe sostener al bebé por las axilas y colocarlo en plano recto, como si estuviera erguido. Su respuesta debe ser la de extender y flexionar sus dos pies y moverlos alternadamente, como si intentara caminar.
También conocido como “reflejo del andar automático” o “reflejo de la marcha primitiva”, este reflejo suele reaparecer de manera voluntaria más adelante, entre los ocho y los doce meses de vida. En este momento, el bebé se prepara para empezar a caminar.
¿Cuándo preocuparse?
La pérdida de los reflejos no es motivo de preocupación si se produce a su debido tiempo. Es perfectamente natural, dado que el bebé está aprendiendo, poco a poco, a gobernar sus acciones y a dejar de reaccionar instintivamente a cada estímulo externo.
De hecho, lo que sí debería marcar una señal de alerta es la permanencia de los reflejos que ya deberían haber desaparecido. Esto podría indicar un retraso o deterioro en el desarrollo motriz del bebé.
En estos casos, los profesionales proceden a examinar al bebé con mayor profundidad para determinar los pasos a seguir.
La pérdida de los reflejos con el paso del tiempo es perfectamente natural, dado que el bebé está aprendiendo, poco a poco, a gobernar sus acciones y a dejar de reaccionar instintivamente a cada estímulo externo.
Otros reflejos característicos de los primeros meses
Junto con el reflejo de la marcha automática, durante las primeras semanas de vida aparecen otros de los denominados primarios o arcaicos. Estos son:
- Reflejo de succión. Este es el que le permite beber del pecho de su madre para alimentarse, pero también se da al acercar otros objetos a sus labios.
- Reflejo de búsqueda. El bebé debería intentar llegar hacia nuestro dedo cuando tocamos cerca de su boca. También le permite encontrar el pecho de su mamá para la lactancia.
- Reflejo de prensión. Cuando le acercamos algo a su mano, intentará sujetarlo cerrándola. Puede darse también en los pies.
- Reflejo de Moro. Consiste en una respuesta defensiva del bebé cuando oye un golpe o cuando se lo mueve bruscamente. En estos casos, cruza sus brazos y luego los coloca sobre su pecho.
- Reflejo de brazos en cruz (moro). Cuando el bebé oye un golpe fuerte o experimenta un inesperado cambio de posición, separa bruscamente los brazos, para después ponerlos sobre su pecho. Desaparece a los 6 meses.
- Reflejo de Babinski. El bebé abre los dedos en forma de abanico cuando se roza la planta del pie con un objeto.
- Reflejo cervical tónico-asimétrico. Demuestra la coordinación corporal. Cuando la cabeza del bebé se mantiene hacia un lado, el brazo y la pierna de ese lado permanecen extendidos. Si rota la cabeza, se flexionan.
Además de estos, los bebés también manifiestan reflejos que permanecerán durante toda la vida. Estos son los reflejos de bostezo, parpadeo, estornudo, nauseoso, de la tos y de la deglusión.
Por todo lo anterior, es sumamente importante cumplir con todos los controles indicados durante los primeros meses de vida del bebé.
El pediatra es el encargado, incluso minutos después de finalizado el parto, de corroborar que todas las funciones del pequeño funcionen a la perfección. Llevar al día los controles te permitirá estar segura de que todo marcha bien con el desarrollo de tu bebé.