El reflejo de Moro o de sobresalto en el bebé

El reflejo de Moro o de sobresalto en el bebé
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 23 enero, 2022

El popularmente conocido como el reflejo de Moro es uno de los primeros reflejos de sobresalto del ser humano. Cuando nuestros hijos comienzan a dar estas respuestas, este reflejo suele llamarnos mucho la atención. Tanto, que en ocasiones hasta nosotros mismos nos asustamos al ver esos súbitos sobresaltos, tras los cuales los bebés abren los brazos y se quedan rígidos.

Lo primero que debes saber es que no hay nada malo con esto. Solo se trata de un automatismo o acto reflejo involuntario que va desapareciendo alrededor de los 4 o 5 meses de vida. A continuación te explicaremos más al respecto para aclarar cualquier duda que tengas.

¿Por qué se llama reflejo de Moro?

El reflejo de Moro le debe su nombre al pediatra austriaco que lo estudió a principios del siglo XX: Ernst Moro. Y se define como la reacción instintiva que aparece cuando el niño percibe que no tiene un punto de apoyo seguro, o cuando sufre un cambio brusco de posición.

Asimismo, también pueden experimentarlo ante un sonido inesperado o cuando notan que están cayendo de espaldas. Se trata de un reflejo realmente decisivo en el desarrollo del sistema nervioso de los bebés.

El niño extiende los brazos y las piernas y después cierra los brazos contra su cuerpo como buscando abrazar. Este acto ayuda a los bebés a sujetarse a sus madres cuando están siendo transportados.

Como curiosidad, te diremos también que es una reacción íntimamente vinculada al miedo o la amenaza, hasta el punto de que se considera al reflejo de Moro como el único temor no aprendido

¿Cómo, cuándo y por qué?

Dado que durante los primeros meses de vida, el sistema nervioso (entre otros aspectos) se está desarrollando en el bebé, lo más común es que se evidencien una serie de cambios, como el llanto o el reflejo de Moro. En otras palabras, los reflejos involuntarios nos indican que el bebé se está desarrollando normalmente.

bebe llorando

Quienes estudian y monitorean este tipo de reflejos son los médicos, y específicamente los pediatras. Ellos nos confirmarán en base a un examen físico si el sistema neurológico del bebé se está desarrollando correctamente o no. Para ello, colocará al recién nacido en cierta postura para engañar al cerebro y lograr que produzca la respuesta que se desea observar.

Se trata de un pequeño experimento para confirmar o descartar la presencia del reflejo de Moro en el bebé. En la consulta, el pediatra colocará al bebé sobre un cojín mullido y suave, tomará su cabeza y luego simulará brevemente que la deja caer, aunque al instante la volverá a tomar con sus manos para evitar que toque el cojín.

¿Por qué se hace esto? Porque al quitarle al bebé su propio peso y hacerle creer que cae, se activa la respuesta o reflejo automático que se desea evaluar. OJO, nunca se levanta el cuerpo del niño, solo se quita el peso para simular la sensación de caída.

Ante esta sensación de caída, el bebé debe sobresaltarse. A continuación, la respuesta normal es que mueva los brazos hacia los lados, colocando las palmas de las manos hacia arriba, con los pulgares flexionados. A medida que el susto desaparece y el bebé se va relajando otra vez, él mismo irá retrayendo sus brazos hacia el cuerpo, con los codos flexionados.

reflejo de Moro

El reflejo de Moro es una experiencia necesaria para el desarrollo, pero desagradable para el bebé. Este reflejo es un mecanismo instintivo de supervivencia.

¿Cómo notar el reflejo de Moro en el bebé?

reflejo de Moro

Hemos de tener en cuenta que el cerebro de los bebés aún está madurando. A veces, el simple hecho de estar soñando hace que sientan esa descompensación. A veces, incluso tras un estornudo pueden reaccionar con el efecto de Moro. Un sonido inesperado o al hacerles cosquillas altera su sistema nervioso –aún inmaduro– haciendo que reaccionen de este modo.

Para los padres, la primera vez que presencian este reflejo puede ser realmente dramático, puesto que verán a su bebé ponerse rígido e incluso adquirir un tono de piel más colorado (o violáceo) debido al aumento de la presión sanguínea por el susto. Sin embargo, todo esto entra dentro de los parámetros normales de desarrollo.

Tras vivir esos 5 o 6 segundos de alarma, es normal que los bebés lloren desconsolados. En ese momento, es sumamente importante hacerles sentir seguros y ayudarles a que se relajen nuevamente para evitarles un sufrimiento prolongado.

Por otra parte, es necesario destacar que hay bebés que, aún estando en la cuna e incluso durmiendo, experimentan el reflejo de Moro. De pronto extienden sus brazos, se quedan rígidos y al instante lloran. En general, observaremos:

  • Expresión de sobresalto en su mirada. Ojos muy abiertos.
  • Extensión de los brazos con las palmas de las manos hacia arriba y los pulgares flexionados. Después de unos segundos, el reflejo termina, el cuerpo se relaja y los brazos vuelven al pecho del bebé.
  • Llanto repentino.

¿Qué pasa si el bebé no demuestra este reflejo?

En caso de que el pediatra note la ausencia de este reflejo, se sospechará de un problema en el sistema nervioso y por tanto, procederá a estudiarse la existencia de una hemiplejía, algún tipo de parálisis o incluso una simple fractura de clavícula. En caso de que persista llegados los 6, 7 y 8 meses de vida, se sospecharía también de algún problema neurológico.

Cada vez que tu bebé lo experimente intenta calmarlo. Evita tomarlo en tus brazos de inmediato. Solo acarícialo y deja que, poco a poco, se relaje. Así hasta que el susto pase y deje de sentirse en peligro. A tu lado, se sentirá protegido y se calmará.

En caso de que sufra de forma continua este reflejo consúltalo con tu pediatra. No obstante, recuerda: el reflejo de Moro es un movimiento primario que refleja el desarrollo normal del recién nacido. Aproximadamente, ya a los 4 o 5 meses de vida, desaparecerá.


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