¿Por qué los bebés quieren estar siempre en brazos?

¿Por qué los bebés quieren estar siempre en brazos?
María Alejandra Castro Arbeláez

Revisado y aprobado por la psicóloga María Alejandra Castro Arbeláez.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 11 marzo, 2022

La respuesta científica a por qué los bebés siempre quieren estar en brazos está en la teoría evolutiva. Al principio, cuando un bebé acaba de nacer solo quiere estar con su madre, simplemente por instinto de supervivencia. Ahí, en sus brazos, tiene todo lo que necesita para sentirse bien: alimento, calor y protección.

La teoría evolutiva nos dice que los seres humanos y los chimpacés -entre otros primates- somos familia.  Y justamente, cuando nacen las crías de chimpacés, estas tampoco son capaces de agarrarse por sí mismas a su madre.

En este punto, ambas especies se parecen, pues las madres tienen que llevar por igual a sus crías en sus brazos. Sin embargo, las diferencias entre los bebés chimpancés y los bebés humanos empiezan a notarse muy pronto. Después de tres semanas, los pequeños chimpacés ya andan de rama en rama, mientras que un bebé humano de meses necesitará todavía de un largo tiempo para poder desenvolverse de manera autónoma.

Coger a tu bebé fortalece vuestra unión

Ciertamente, hay niños que son más dependientes que otros y lloran para que los cojan en brazos porque se sienten solos, están asustados o son más inseguros.

Al llorar, muchas madres los consuelan cogiéndolos en sus brazos;  y es que coger a tu hijo en brazos el mayor tiempo posible y darle pecho no solo sirve para satisfacer sus necesidades físicas sino que también sirve para darle seguridad.

Coger a tu hijo ayuda a estrechar el vínculo entre madre e hijo, y aunque muchas personas te digan que se van a malcriar, los textos basados en la crianza con apego aseguran que, al contrario de las creencias populares, los niños que son cogidos en brazos cuando son recién nacidos y hasta que empiezan a gatear son niños independientes.

Muchas veces lo único que necesita tu bebé es un abrazo.

Lógicamente, satisfacer esa demanda cansa, y además puede impedir, en ciertas ocasiones, la posibilidad de realizar otras tareas. Sin embargo, este es uno de los inconvenientes que puedes remediar si usas un portabebés; lo cual también es un invento humano ancestral que muchas mujeres han usado desde hace miles de años y en miles de culturas.

Llevarás al bebé en brazos muy poco tiempo

Quizás al principio sea duro llevar a tu hijo siempre en tus brazos, pero recuerda que esta dinámica se romperá cuando el bebé empiece a gatear. Después de eso, querrá descubrir el mundo por sí mismo y lo hará siempre que sus padres se lo permitan.

Poco a poco irá creciendo y necesitará menos a su madre para moverse, comer y demandar calor; y la verdad es que en la medida que crezca también su aumento de peso te impedirá tenerlo todo el día en brazos.

“Coger a tu hijo en brazos hará que se estreche el vínculo entre madre e hijo, proporcionando a tu bebé la seguridad, confianza y protección que necesita”

Además, con el paso del tiempo no solo serás tú la que lo coja, sino que tu hijo poco a poco se acostumbrará a estar en brazos ajenos. Naturalmente, esto ocurre en las familias que comprenden que los niños necesitan del contacto físico de su madre y de sus familiares para sobrevivir y desarrollarse sanamente.

Es normal que los bebés quieran estar siempre en brazos de su madre.

¿Cómo saber lo que necesita si llora?

Cuando el bebé nace, el cambio de rutina y la demanda del niño pueden resultar agobiantes para algunas madres, quienes basadas en su personalidad y en la de su hijo tendrán que ir descubriendo por qué llora o por qué se despierta por las noches. Nadie mejor que una madre puede comprender el comportamiento de un hijo. De hecho, aunque no te des cuenta, llevarás nueve meses preparándote para ello.

Así, solo tú sabrás cuándo llora porque está asustado, cuándo porque tiene hambre y cuándo simplemente porque necesita un poco de cariño. Saber responder a sus necesidades será una tarea que sabrás desempeñar sin tener que realizar ningún esfuerzo.

Pronto te darás cuenta que el tiempo pasa muy rápido. En unos meses, tu hijo dejará de llorar para que lo cojas y empezará a gatear y a manifestar deseos de independencia. Será entonces cuando eches en falta los momentos en los que solo dependía de ti y necesitaba estar en tus brazos para estar tranquilo.


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