Después de la cesárea es preciso comer de forma adecuada, para ayudar en la recuperación de los tejidos y mejorar algunas de las molestias más comunes que suelen aparecer.
Para ello, hay algunos alimentos y comidas a priorizar, como las frutas, las verduras, los huevos y el pescado. También ciertos productos que no son apropiados y que conviene introducir con moderación o evitar durante unos días.
Junto con otros cuidados básicos, la dieta es importante en el proceso de restablecimiento. Te explicamos más detalles sobre cómo alimentarse después de una cesárea a continuación:
Alimentación post-cesárea: ¿cómo debe ser?
La cesárea es un procedimiento quirúrgico para ayudar a nacer al bebé cuando el parto vaginal no es posible. Se trata de una cirugía en la que se corta la pared abdominal y uterina de la madre para poder extraer el feto.
Tras ella, va a ser necesario aplicar unos cuidados específicos para la recuperación, que pueden diferenciarse de las curas postparto.
La dieta es uno de estos aspectos y cobra una especial relevancia. Esto es así, ya que no solo contribuye al restablecimiento postoperatorio, sino que también es clave para afrontar los primeros días de cuidados del bebé.
Algunos de los objetivos y características de las comidas después de la cesárea son los siguientes:
- Ayudar a la cicatrización de la herida.
- Favorecer la recuperación física de la madre.
- Aportar la energía y nutrientes suficientes para la lactancia materna (en caso de que esta se lleve a cabo).
- Disminuir algunos efectos secundarios de la operación, como el estreñimiento y los gases.
Para ello, la mayoría de expertos recomiendan hacer una dieta equilibrada, variada y nutritiva, muy similar a la dieta recomendada tras el parto vaginal. Para implementarla, algunos alimentos son más indicados que otros; así que es interesante saber más detalles sobre qué comer y qué no después de la cesárea.
Primeros pasos a seguir
Durante la estada en el hospital va a ser el equipo médico el que guíe la alimentación de la mujer tras la cesárea.
La práctica más habitual en estos casos suele ser la aplicación de una dieta progresiva. Esta empieza por la administración de agua y líquidos claros, seguida de una dieta líquida completa.
Los alimentos sólidos pueden ser administrados hasta 48 horas después, según la tolerancia de la madre y el criterio profesional. El motivo principal es evitar algunos riesgos derivados de esta intervención abdominal.
A pesar de ello, también se pueden observar beneficios de una introducción temprana de alimentos sólidos, tal y como apuntan Flesher, Dosanjh y otros autores. Dado que todo depende de las características de la operación y la evolución de la madre, lo más aconsejable en las primeras horas es seguir los consejos médicos.
Qué alimentos comer y cuáles evitar después de la cesárea
Una vez en casa, y cuando ya se puede implementar una «dieta normal», existen algunos alimentos más propicios que otros. Como ya hemos comentado, dar prioridad a unos frente a los otros contribuirá a lograr una mejor recuperación.
Qué se puede comer después de la cesárea
Los mejores alimentos para tu recuperación después del parto son:
- Líquidos abundantes para garantizar la hidratación, mejorar el tránsito intestinal, las digestiones y favorecer la producción de leche. El agua es la bebida de preferencia, junto con caldos, sopas y cremas de verduras.
- Frutas y verduras. Estas aportan la fibra necesaria para evitar el estreñimiento (algo que puede ser molesto con la zona abdominal dolorida). También son fuente de vitamina C (necesaria para la síntesis de colágeno y la fabricación de nuevos tejidos).
- Carnes magras, pescado (blanco y azul), huevos y tofu. Estos alimentos son fuentes destacadas de proteínas, un nutriente importante en la cicatrización de las heridas.
- Frutos secos y granos integrales, pues son alimentos en los que destacan el zinc y el magnesio. Ambos facilitan la recuperación de los tejidos dañados y evitan la hinchazón. Además, tanto los frutos secos como los granos integrales (arroz, quinoa, mijo, pasta o pan, entre otros); son energéticos y ayudarán a cubrir las necesidades crecientes de la madre si ofrece lactancia materna.
- Aceite de oliva, aguacate y aceitunas, como fuentes de grasas saludables. Estas siempre son necesarias en una dieta equilibrada, aportan energía y pueden favorecer el paso de los alimentos por el tracto intestinal. Los frutos secos y el pescado azul también cuentan dentro de este grupo.
Qué no se debe comer después de una cesárea
Algunas comidas que no se recomiendan son:
- Legumbres y vegetales flatulentos (col, brócoli, alcachofas, entre otros). Sentir gases tras esta operación es algo normal. Mientras esto suceda, es preferible evitar estos alimentos para no agravar la situación.
- Leche. Algunas personas manifiestan gases con la ingesta de leche. Aunque esto no sucede siempre, hay que controlar la inclusión de leche y otros lácteos y probar la tolerancia individual.
- Refrescos y bebidas con gas.
- Comida rápida, bollería, galletas y similares. Se trata de productos con una alta presencia de azúcar añadido y grasas poco saludables, que no convienen a la población en general. Según datos publicados en la revista Nutrients, la ingesta excesiva de alimentos procesados puede inducir a un estado inflamatorio crónico que no es bueno para la salud. A todo esto hay que añadir que no contienen casi nutrientes y asegurar su aporte es vital en este momento.
- Café y otras bebidas con cafeína. Estas son excitantes y hay que moderar su ingesta si se está dando el pecho al bebé.
Pese a que las frutas están recomendadas por las vitaminas y fibra que contienen, esta última también puede producir flatulencia cuando se consume en exceso. De este modo, es recomendable dar prioridad a las frutas ricas en vitamina C y no abusar de otras como las manzanas, las ciruelas o las peras.
Lee más acerca de : Los efectos de la cafeína en el bebé durante la lactancia
Otros consejos para una buena alimentación post-cesárea
Una vez que ya sabemos qué alimentos comer y cuáles no tras una cesárea, terminamos por comentar unas recomendaciones adicionales que pueden ayudar a una pronta recuperación y un mayor bienestar:
- Comer poco a poco.
- Masticar bien los alimentos.
- Hacer comidas más pequeñas y más a menudo.
- Elegir cocciones suaves y evitar salsas y condimentos más pesados.
Por último, hay que dar prioridad a los alimentos energéticos y nutritivos. Estos son primordiales para asegurar una buena nutrición en el postparto y la lactancia.
La dieta después de la cesárea ayuda a una pronta recuperación
Cuando se practica una cesárea, el cuerpo tiene que recuperarse de esta operación de la mejor forma posible. El descanso, el movimiento y las curas médicas son básicas en este proceso. También la alimentación, que aporta los nutrientes y la energía necesarios para la óptima reposición.
Los alimentos más adecuados son aquellos que contienen fibra, minerales o vitamina C. Por contra, lo que no hay qué comer después de la cesárea son los productos procesados y aquellos que empeoran los gases intestinales.
No obstante, cada mujer puede necesitar recomendaciones específicas según cada situación. Ante cualquier duda, lo más conveniente es consultar con el equipo médico o un nutricionista.
Bibliografía
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