Muchos son parientes de sangre, pero la lealtad te convierte en familia

Más allá del vínculo sanguíneo que une a una persona con sus familiares, lo que realmente construye una relación inquebrantable es la lealtad y el amor.
Muchos son parientes de sangre, pero la lealtad te convierte en familia

Última actualización: 07 junio, 2022

Todas las personas cuando llegamos a este mundo contamos con una familia biológica destinada que no podemos escoger. Una mamá, un papá, tal vez un par de hermanos, tíos, primos, abuelos y un sinfín de familiares enredados a lo largo del árbol genealógico. Pero, más allá de un vínculo sanguíneo, la lealtad te convierte en familia.

La mayoría de los padres aman a sus hijos de una manera incondicional y les brindan todo el apoyo que requieren para suplir sus necesidades emocionales y materiales. No obstante, en muchas ocasiones un niño puede encontrar ese vínculo paternal en otra persona, así no haya una relación de parentesco que los una.



El amor y la lealtad te convierte en familia

Por desgracia para muchos niños que no tienen la culpa de haber nacido en un hogar disfuncional o con paternidades ausentes, la realidad puede llegar a ser muy difícil. Existen familias en donde no reina el amor y la compañía, sino todo lo contrario. Hogares en donde los padres no se preocupan por sus hijos y los abandonan o existen casos de abuso físico y emocional.

Bajo esas circunstancias, por más vínculo sanguíneo que pueda unir a dos personas (como una madre y una hija), el menor no está en la obligación de querer o sentir aprecio. Ya que el adulto ha demostrado por medio de sus acciones lo que siente por el pequeño. Y, en esas ocasiones, puede que alejarse se convierta en la mejor alternativa cuando es posible.

Lo que construye las relaciones, en especial aquellas tan fuertes como el vínculo entre padres e hijos, es el amor , la lealtad y el apoyo emocional y material. De ahí la famosa frase de antaño que asegura: “padre no es el que engendra, sino el que educa”.

Las familias que se eligen

Cuando en las familias se rompe la relación entre los papás y sus hijos o entre los mismos hermanos, es común que comiencen a alejarse. Está en la capacidad de cada persona de encontrar perdón en su corazón e intentar mejorar las cosas o, por el contrario, desistir a dicha labor y alejarse por su bien.

El vínculo entre hermanos es uno de los más fuertes que puede existir, no dejes que se rompa y cuídalo para que siga floreciendo.

La familia que elegimos y construimos a lo largo de la vida es tan importante y valiosa como la familia biológica. Ya que se compone de personas que dejaron huella en nuestra vida y nos brindaron su amor y compañía cuando más lo necesitábamos.

Desde un padrastro que acoge a un nuevo hijo como si fuera propio o esos amigos que son hermanos del alma por acompañarnos en momentos difíciles. Sin olvidar, por supuesto, de las mascotas que son parte fundamental de las familias.



Reflexiona y llena tu hogar de amor

Ninguna familia es perfecta, los problemas hacen parte de la vida y puede que en ocasiones el estrés te haga decir cosas que realmente no sientes. Sin embargo, saber reconocer los errores y mejorar como persona siempre será la mejor opción para brindarles a los hijos, padres o hermanos un hogar lleno de amor incondicional.

A pesar de las dificultades que puedan presentarse en el camino, procura estar presente al lado de tus hijos y no abandonarlos bajo ninguna circunstancia.

Cuando ponemos de nuestra parte para intentar mejorar la relación con la familia, estamos abriendo las puertas del perdón en nuestro corazón. Los errores del ayer ya pasaron y sanar las heridas que aún lastiman es la única forma de dejar ir aquellos recuerdos del pasado.

No obstante, si consideras que lo mejor es alejarte de aquel familiar que te hace daño y no se arrepiente, hazlo sin sentir culpa. La estabilidad emocional es más importante que un vínculo sanguíneo y siempre sabrás en el interior que hiciste todo lo posible para mejorar las cosas.

La lealtad te convierte en familia más que el parentesco

Todas las problemáticas familiares tienen sus particularidades, matices y heridas de la infancia que deben tenerse en cuenta para intentar encontrar una solución. Sea cual sea el caso, en algunas ocasiones se encuentran esas figuras paternas o conexiones de hermandad en aquellos que lejos están de ser parientes. Pero que brindan el amor y lealtad de una familia cariñosa.

Por eso, valóralas al máximo y agradece por encontrar personas tan especiales y con un amor tan inmenso como para compartirlo sin condiciones. Recuerda que, para querer y aceptar a alguien como parte de la familia, no hace falta una relación de parentesco.

 


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