La importancia de la psicología del color en niños

¿Alguna vez has experimentado despertarte en un día gris y lluvioso, sintiendo desánimo o cierta nostalgia? Nadie puede negar el poderoso efecto que tienen los colores en la vida de las personas. Útiles tanto para advertir un peligro como en estrategias de mercadeo. Los colores capturan los sentidos y son potentes vehículos para la creación de escenarios.

Sin duda, el universo de los niños se ve influenciado por esta experiencia. Por eso, explorar la psicología del color se convierte en una valiosa herramienta para ayudar a los pequeños a establecer conexiones, aprender, y expresar sus emociones, entre otros objetivos.

A continuación, compartimos algunas ideas que podrían resultar útiles para comprender mejor este aspecto en el desarrollo infantil.

La psicología del color y los niños, ¿cómo influye en su desarrollo?

Al hablar de la psicología del color, se hace referencia a la rama de la psicología del comportamiento que se dedica a observar el modo en que los colores influyen en la conducta y emociones de las personas.

Mientras que algunas personas consideran que el color es algo que se vincula solo con lo estético o que se trata de algo superficial, la ciencia se ha ocupado de demostrar lo contrario. Los colores hacen que las personas sientan y experimenten. 

Aplicada a los niños, la psicología del color también tiene mucho por aportar y enseñar. Los colores ocupan un capítulo importante en los descubrimientos y juegos infantiles, ya que son capaces de acercarnos al universo emocional de los niños. Nos señalan el camino para comprender sus emociones y estado de ánimo.

Por ejemplo, a edades tempranas, una de las principales formas de expresión de los niños es a través del dibujo. Al analizar este material, los colores pueden aportar mucha información. Revisemos a continuación algunos ejemplos de la aplicación de la psicología del color en los niños y cómo les afecta.

1. Llamar la atención de los niños a través del color

Los colores rojo, naranja y amarillo son vibrantes, energéticos y cautivadores. De modo que si el interés es llamar la atención de un niño, deben elegirse. Sin embargo, se deben descartar si a los niños les cuesta concentrarse, ya que funcionan como un estímulo más que puede distraerlos.

2. Relajarse a través del color 

Colores claros, como en tonos crema y nude, además de paletas en tonalidades pasteles, son los recomendados a la hora de proponer espacios para relajarse, descansar y moverse a otro ritmo.

Por ejemplo, los juguetes de tipo Montessori suelen aplicar estos colores en sus juguetes y materiales de aprendizaje para que resulte agradable a la vista y para que los niños solo se concentren en un estímulo: aquel que permite ejercitar determinada habilidad.

3. Tentar con los alimentos a través del color

Por otro lado, el uso del color puede favorecer que los niños se sientan atraídos por determinadas comidas. Por ejemplo, el fuerte morado de la remolacha puede ser un incentivo para que se animen a degustarla.

Los colores y sus significados

Conociendo qué es lo que despiertan y generan, la psicología del color es capaz de acompañar en el logro de ciertos objetivos, como relajación, concentración, dar ánimo, captar la atención, destacar o diferenciar algunos aspectos con relación a otros, entre otros. A continuación, una guía breve de los significados y emociones atribuidos a cada color.

• Blanco: calma, pureza, paz, sencillez.
• Amarillo: vitalidad, optimismo, alegría.
• Verde: esperanza, naturaleza, equilibrio.
• Violeta o morado: equilibrio, espiritualidad, visión.
• Azul: calma, relajación, tristeza, nostalgia, confianza, fuerza.
• Negro: elegancia, sofisticación, glamour. La contracara es la frialdad, la pesadez.
• Naranja: creatividad y entusiasmo. Se recomienda para favorecer la comunicación.
• Rojo: dinamismo, juventud, atrevimiento. La contracara del color rojo es la agresividad.

Casos concretos para aplicar la psicología del color con los niños

Te proporcionamos algunos consejos para usar la psicología del color con los niños. Pero primero, vale la pena una aclaración. Si bien hay un uso «general» del color, siempre es necesario conocer al niño e indagar cuál es su propia asociación. Muchos de los sentidos del color pueden cambiar a partir de experiencias individuales.

Estudiar mediante el uso de colores

A la hora de realizar las tareas, sugiere a tu hijo que use distintos colores para destacar palabras, ideas o lo que quiera recordar. Por ejemplo, puede emplear rotuladores para identificar la idea central de un párrafo, papeles de colores tipo post-it para resumir una idea, entre otras opciones. La asociación entre ideas y colores puede ayudarlo a ejercitar su memoria y consolidar el aprendizaje.

Meditar usando colores

Ayúdalo a meditar pensando en colores. Si el niño está inquieto o nervioso, la meditación es una forma de lograr que se calme. Sin embargo, para que se concentre, es necesario hablar un «lenguaje en común», algo que conozca y lo atraiga. En este sentido, los colores pueden funcionar.

Por ejemplo, puedes realizar una meditación guiada y decirle: «ahora vas a cerrar los ojos, vas a llenar tus pulmones con el aire que viene del mar de color azul. Luego, vas a fijar tu vista en un follaje verde, con hojas de diferentes tonalidades de verde».

Puedes ir añadiendo más elementos según la necesidad que identifiques. Lo importante es que cada color logre transmitir algo, por eso puedes elegirlos en función de aquello que quieras alcanzar.

Hablar de emociones

Los colores son un excelente «anzuelo» para hablar con los niños de lo que les sucede. Por ejemplo, puedes dejarle algunas hojas en la puerta de la heladera con caras que deba pintar y colorear según su estado de ánimo del día.

Puedes enseñarle los colores que puede usar y el significado de cada uno. Entre las opciones, puede usar el color rojo si se siente enojado o de color amarillo si se siente positivo y alegre. También puedes invitarlo a notar que se «pone rojo como un tomate» cuando siente vergüenza. Así, poco a poco, en esta paleta de colores, también empieza a hacerse visible para los niños su universo de emociones.

Estimular la imaginación

Los colores también pueden ser el camino para generar un entorno que estimule ciertas habilidades y favorezca los procesos de enseñanza y aprendizaje. Aunque pueda resultar sorprendente, el blanco es uno de los que sirve para favorecer la creatividad.

Al mirar una pared de este color, es como si estuvieras frente a «una hoja en blanco». Por lo tanto, los chicos no están condicionados por nada y pueden empezar a jugar con sus ideas y recuerdos.

Favorecer distintos estados de ánimo según la decoración del ambiente

En espacios de la casa reservados al estudio, se recomiendan usar colores claros que permitan que los chicos se concentren en su tarea. Por el contrario, si hay un espacio libre para el juego o la actividad física, resulta útil emplear colores como el naranja y el amarillo que los animen e incentiven. A su vez, el color azul se recomienda para aquellos niños que tienen dificultades para dormir.

Un color, múltiples sentidos

Los colores son una de las formas en que los niños pueden vivir sus emociones. El significado de cada uno puede tener que ver con la personalidad, con experiencias, entre otras cosas. Es decir, hay que recordar que muchos colores tienen asociaciones singulares y particulares.

Si bien para muchos un día gris y oscuro lleno de nubes en el cielo puede ser negativo, para otros puede ser un día que evoca las tardes en la casa de la abuela, esperando para disfrutar el chocolate caliente.

Por tanto, también puede haber construcciones individuales del color vinculadas a recuerdos. En consecuencia, al momento de pensar dinámicas con un niño, también será útil comprender qué significa el color para él.