Hijos seguros de sí mismos: 7 consejos para conseguirlo

Un niño seguro de sí mismo es un niño feliz, capaz de disfrutar de la vida, afrontar retos y asumir errores. En tu mano está proporcionar esta confianza a tu hijo.
Hijos seguros de sí mismos: 7 consejos para conseguirlo
Elena Sanz Martín

Revisado y aprobado por la psicóloga Elena Sanz Martín.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 11 marzo, 2022

El estilo de crianza que escogemos para nuestros hijos tiene que ver con la educación que nosotros mismos recibimos y nuestras experiencias familiares en la infancia.  Sin embargo, si deseamos criar hijos seguros de sí mismos, hemos de reflexionar de forma concienzuda y deliberada acerca de la mejor manera para lograrlo.

¿Qué podemos hacer para ayudar a nuestros niños a convertirse en personas autónomas, responsables, exitosas y felices?. Hemos de plantearnos si el camino que venimos siguiendo hasta ahora en la crianza es el más adecuado, o existen alternativas más favorables.

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¿Cómo educar hijos seguros de sí mismos?

Los hijos seguros de sí mismos son más propensos a disfrutar la vida, permitirse nuevas experiencias y lograr nuevos aprendizajes. Son niños bondadosos y gentiles con quienes necesitan de ellos.

También son más autónomos y capaces de expresar sus sentimientos y opiniones. Los hijos seguros de sí mismos son menos influenciables. Resulta más dificil  hacerlos ir en contra de los valores y principios del hogar.

Así pues, seguramente en tus planes de crianza estará formar hijos seguros de sí mismos. Por ello, a continuación te compartimos las principales pautas para lograrlo. 

Proporciónale oportunidades

  • Desde bebé permítele hacer cosas solo, fomenta su autonomía y su independencia. Relájate, no hay nada que no se pueda lavar o volver a ordenar. Déjalo gatear a sus anchas, déjalo caminar y caerse; no acudas a él como si estuviera al borde de la muerte, solo anímalo a levantarse e intentarlo de nuevo. Hazle sentir capaz.
  • Déjalo “ser grande”. Permítele comer solo aunque al final haya más comida en el suelo y untada en su cara que dentro de su barriguita. Déjalo bañarse solo, no pasa nada si el champú llega solo a la mitad de la cabeza, ten calma mientras lucha con los zapatos que no entran en los pies. Celebra  su determinación por lograrlo. Hazle sentir que estás orgullosa de él y discretamente, échale una mano. 
  • Encárgale responsabilidades, pero no insultes su inteligencia poniéndolo a cargo de cosas tontas, ellos lo saben. Un niño de cuatro años puede poner la mesa para la cena, uno de seis puede hacer limonada y uno de ocho puede hacer llamadas para invitar a la familia a una comida de fin de semana. Además, los niños se sienten felices e importantes cuando saben que lo que hacen es de valor. Hazle sentir que confías en él.
  • Asegúrate de que tenga oportunidades de éxito. Es decir, asígnale responsabilidades que realmente estén dentro de sus posibilidades. Busca el balance entre reto y logro. Si las asignaciones sobrepasan sus capacidades acabarás frustrándolo. Hazle sentir exitoso.

Confía en él

  • Enséñale a ser perseverante, a que los errores son una fuente de aprendizaje. Si algo no sale, pues ¡hay que intentarlo de nuevo!. Acompáñalo en el proceso de descubrir qué es lo que está haciendo mal para poder corregirlo y probar nuevas maneras. Perseverancia y reflexión son siempre una buena fórmula. Hazle sentir que puede.
  • Espera que cumpla sus responsabilidades con calidad porque es una persona capaz. Conformarte con que haga las cosas de cualquier modo por salir del paso trae consigo un terrible mensaje de incapacidad: “no eres capaz de hacerlo bien”. Hazle sentir poderoso.

Oriéntale

  • Enséñale qué hacer en las situaciones difíciles, anticípale cuando sabes que algo le costará, explícale qué es lo que esperas de él y lo que debe hacer. Enfrentar situaciones difíciles sabiendo qué terreno se pisa es mucho mas fácil a que estas te tomen por sorpresa. Ayúdalo con esto. Hazlo sentir protegido.
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El optimismo es la clave para criar hijos seguros de sí mismos

Asumir retos y responsabilidades no debe ser para tus hijos un castigo. Esta es una manera de “formar el carácter” que cada vez está más en desuso por los daños emocionales que implica.

Asegúrate de que tus hijos sepan que confías en ellos, que los crees capaces y que siempre estarás allí para ellos cuando las cosas no salgan bien. Que tu amor es incondicional y que no depende jamás de sus éxitos.

Equivocarse es algo tan natural como respirar, pero también es importante ser optimista para levantarse, aprender y volverlo a intentar con entusiasmo. La confianza que demuestres que tienes en tus hijos y en sus capacidades será la misma que ellos pongan al asumir retos. ¡Dales ese hermoso regalo!


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