Mi hijo no quiere comer: ¿necesitará vitaminas?

La falta de apetito en los niños es una de las mayores preocupaciones de los padres. Pero, ¿crees que se deba a la posible falta de vitaminas? Veamos qué dicen los expertos.

Mi hijo no quiere comer: ¿necesitará vitaminas?

Cuando nuestros hijos no quieren comer, causa preocupación a los padres. A menudo, se considera darles suplementos vitamínicos como una solución rápida. Sin embargo, las vitaminas no son la respuesta definitiva.

Las vitaminas son esenciales en la dieta, pero no solucionan el problema del apetito. En este artículo, exploraremos la relación entre la falta de apetito y las deficiencias de vitaminas.

También analizaremos cuándo podría ser apropiado considerar suplementos vitamínicos para los niños y discutiremos las causas comunes de la pérdida de apetito. Todo esto te ayudará a abordar este tema de manera más informada con el pediatra.

La falta de apetito en niños: ¿significa deficiencias de vitaminas?

Cuando un niño muestra una falta de apetito, es normal que los padres se preocupen y se pregunten si podrían necesitar suplementos vitamínicos. Sin embargo, según la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) y la Asociación Española de Pediatría (AEP), es importante comprender que la falta de apetito rara vez se debe a una deficiencia de vitaminas.

La AEPap señala que, en la mayoría de los casos, las deficiencias de vitaminas no son la causa principal de la falta de apetito en los niños. En cambio, existen una serie de factores fisiológicos, psicológicos, sociales, de salud y familiares que pueden influir en su apetito y deben ser considerados y abordados.

La AEP también enfatiza que el apetito de los niños pequeños es muy irregular y es común que consuman cantidades de alimentos variables. Por lo tanto, la primera recomendación es no entrar en pánico cuando un niño muestra una disminución en su apetito.

Es importante tener en cuenta que, si un niño tiene una dieta equilibrada y variada, no necesitará tomar suplementos vitamínicos, a excepción de la vitamina D, que se produce en respuesta a la exposición solar. El hecho de administrar vitaminas como suplementos no estimulará su apetito ni proporcionará los mismos beneficios que una dieta equilibrada.

En casos excepcionales, un pediatra podría recomendar la administración de vitaminas si se confirman deficiencias nutricionales, si existe un retraso en el crecimiento físico y del desarrollo, si se ha producido intoxicación por plomo o si el niño sigue dietas muy restrictivas, según indican los profesionales de Mayo Clinic.

10 causas de falta de apetito en los niños

La falta de apetito en el niño pequeño suele estar relacionada más con aspectos del desarrollo, problemas de salud, cuestiones emocionales o algunos trastornos de alimentación muy específicos, que el pediatra sabrá cómo abordar y resolver. A continuación, algunas de las causas más comunes.

1. Disminución de la velocidad de crecimiento

El apetito y el crecimiento de un niño no siempre avanzan al mismo ritmo. La organización Nemours KidsHealth nos aclara que, después del primer año, la velocidad de crecimiento se vuelve más lenta en comparación con el ritmo acelerado que tenían anteriormente. A partir de los 2 años, se mantiene de manera constante hasta la adolescencia.

Esta desaceleración en el crecimiento conduce a una menor necesidad de energía y nutrientes en relación con el tamaño del cuerpo. Esto puede resultar en una disminución del apetito, pero no significa que dejen de consumir lo que necesitan.

2. Problemas de salud

Algunas enfermedades, como los problemas digestivos que causan el reflujo gastroesofágico (ERGE) en los niños, pueden ser una causa del rechazo a los alimentos, según lo menciona un artículo publicado en la revista Paediatrics and International Child Health. Por supuesto, en estos casos, es crucial buscar atención médica inmediata por parte del pediatra.

Otros problemas médicos que pueden llevar al rechazo de la comida incluyen la erupción de dientes, alergias alimentarias, enfermedad celíaca o estreñimiento.

3. Posible caso de ARFID

Este es un problema relacionado con el consumo de alimentos conocido como Trastorno por Evitación Restrictiva de la Ingesta de Alimentos (ARFID). Según el Eating Recovery Center, se trata de un tipo de trastorno alimentario en el que el niño experimenta ansiedad en relación con la comida y limita la cantidad o los tipos de alimentos que consume.

4. Factores emocionales y sociales

A medida que los niños crecen, se sienten cada vez más atraídos por su entorno, deseando descubrirlo y explorarlo. La comida no suele formar parte de sus nuevos intereses, lo que puede llevar a la inapetencia.

La falta de apetito también puede manifestarse después del destete o el nacimiento de un hermano, debido a la interrupción de la lactancia materna o durante la transición a la guardería, así como durante el proceso de desapego con la madre.

5. Selectividad alimentaria

Según la Sociedad Canadiense de Pediatría, la alimentación selectiva forma parte del desarrollo normal del niño, ya que les permite elegir sus propios alimentos y expresar su independencia.

Los niños más pequeños tienden a mostrar preferencia por ciertos alimentos y pueden quedarse con ellos durante largos períodos, al mismo tiempo que se niegan rotundamente a probar otros.

6. Miedo a los nuevos alimentos

Esta condición se conoce como «neofobia» y es la causa más común de inapetencia en los niños después de los 2 años de edad. En un artículo publicado en la revista International Journal of Behavioral Nutrition and Physical Activity, se señala que en la mayoría de los casos es algo transitorio, por lo que se requiere paciencia y perseverancia por parte de los padres.

7. Falta el apetito ocasional

Los niños tienen la capacidad de sentir e interpretar las sensaciones de su propio cuerpo, lo que se conoce como intercepción. Si el niño insiste en no querer comer porque no tiene hambre, es importante dejarlo tranquilo y seguir insistiendo sin presionar, respetando su ritmo. Algunas tácticas que pueden ayudar incluyen:

8. Alta percepción sensorial

Algunos niños tienen una alta sensibilidad al sabor de los alimentos y pueden rechazarlos debido a su textura, olor, apariencia y color. Es importante permitirles explorar, pero si notas que el rechazo sensorial hacia los alimentos es extremo, entonces es necesario buscar la atención de un profesional de la salud que pueda abordar el caso.

9. Monotonía en la alimentación

La falta de variedad culinaria en la gastronomía familiar puede llevar a que el niño se aburra de las mismas presentaciones, sabores y texturas. Por lo tanto, ha llegado el momento de convertirlo en el chef de la casa, invitándolo a participar en la preparación de las comidas y a cocinar nuevas recetas.

10. Hábitos alimenticios inadecuados

Tener el hábito de ofrecer alimentos con calorías vacías a los niños, como galletas refinadas y azucaradas, frituras, bollería, golosinas, dulces y otros, no aporta nutrientes clave a su dieta. Esto aumenta el riesgo de que el niño se sienta satisfecho antes de la comida principal del menú.

¿Cuándo suministrar vitaminas a los niños?

Los pediatras sugieren el uso de suplementos de vitaminas solo cuando hay señales de deficiencia, como en casos de malabsorción intestinal. La vitamina D se recomienda en el primer año de vida para prevenir el raquitismo. La vitamina B12 es esencial en dietas veganas. La vitamina K se administra a recién nacidos para prevenir problemas de sangrado.

Los pediatras deben guiar el uso de suplementos, evitando administrarlos sin motivo si un niño no quiere comer. La mejor fuente de vitaminas es una dieta saludable y variada. Si preocupan los hábitos alimenticios de tu hijo, busca ayuda profesional para garantizar un crecimiento saludable.

¿Cómo ayudar a mi hijo que no quiere comer?

Para ayudar a recuperar el apetito de tu hijo, lo primero que debes hacer es buscar la causa junto con el pediatra, el nutricionista y el psicólogo. Suplementar la dieta con vitaminas no garantiza resultados inmediatos. Los profesionales serán quienes determinen si es necesario o no.

Recuerda que una alimentación variada y equilibrada para los niños implica fomentar la ingesta de todos los nutrientes necesarios para su crecimiento y desarrollo e incluso almacenar vitaminas para su uso en momentos que puedan ser necesarios.

Bibliografía

Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.

Scroll al inicio