“Siempre la misma escena cuando hay que ir a la escuela”, “para jugar, para ir a lo de abuela o para estar con tus amigos, siempre estás sano”. Y así, un sinfín de reclamos o ideas que se te cruzan por la mente cuando descubres que tu hijo dice estar enfermo para no ir al colegio. A veces trata de evitar un castigo, otras lo hace porque no resolvió una tarea, pero también puede tener motivos más profundos que no sabe cómo compartir. Entonces, tenemos que pensar que es más importante entender por qué lo hace, que el hecho de que deje de hacerlo.
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¿Qué puedes hacer si tu hijo te miente para no ir al colegio?
Ante esta situación que se ha repetido otras veces, lo mejor es mantener la calma y tratar de llegar al fondo de la situación. A continuación, te brindamos una serie de consejos para que tengas en cuenta si tu hijo dice estar enfermo para faltar al colegio.
No te enojes
En primer lugar, intenta no enojarte y evita pensar que se trata de un capricho. Descubrir que tu hijo te dijo una mentira puede servir como una señal de que quizás le pasa algo y no encuentra otra forma de decirlo. Imagina que la situación es que en el colegio tiene un compañero que lo golpea en todos los recreos, pero le da vergüenza decirlo porque se siente tonto al no saber cómo defenderse. En un caso así, seguramente querrás apoyarlo en lugar de darle una reprimenda.
Fomenta el diálogo
Es clave acercarse al niño e intentar abrir un canal de diálogo, un espacio para que se exprese y en donde preguntar qué le sucede y cómo se le puede ayudar. Es importante validar sus emociones y sus sentimientos, así como hacerle saber que no tiene que tener vergüenza por sentirse de tal o cual modo.
Indaga sobre las causas
En general, las mentiras tienen una causa, por lo cual lo mejor es intentar comprender qué hay en el fondo para poder ayudar. A veces, los niños mienten incluso porque creen que le hacen un bien a sus progenitores. También, como un modo de llamar la atención y de recibir afecto.
Invítalo a reflexionar sobre sus responsabilidades
Ayudarle a pensar sobre las responsabilidades y sus consecuencias. Algunas serán más graves y otras menos, pero es necesario que tu hijo reconozca que es responsable de sus actos y de lo que ocurre si no cumple con sus obligaciones.
No sobredimensionar la situación
Hacer caso omiso del hecho no es una opción, pero también es importante que podamos valorar la gravedad de la mentira. Es decir, no es lo mismo que sea un hecho aislado a que sea algo recurrente. Como tampoco es lo mismo una mentira piadosa que una que provoca daño a alguien. En cualquier caso, se tratará de reforzar que mentir no es el mejor camino para alcanzar nuestros objetivos. Luego, tendremos que elegir qué medida es la más adecuada según el caso.
Cuidar las reacciones
Cuando el menor sea sincero y escuchemos cosas que no nos gustan, evitemos reaccionar mal. De lo contrario, también les damos el mensaje de que aunque digan la verdad, nuestra respuesta será negativa.
Otras recomendaciones a tener en cuenta
Algunos otros consejos que pueden servir para abordar una mentira, como cuando tu hijo te dice que está enfermo para no ir al colegio, son las siguientes:
- Cuando hables con tu hijo, evita el interrogatorio de tipo policía. Eso no suele generar un clima de empatía o de confianza como para que puedan mostrarse honestos. Es importante dar lugar a que se expresen sin interrupciones y que cuenten la situación tal como la viven.
- Cualquiera sea la medida que decidamos tomar, es importante que ninguna de ellas atente contra su autoestima. Decirle que es un inútil, un irresponsable o un caso perdido, está muy lejos de ser una acción de enseñanza.
- Para alentarlo a que diga la verdad, es importante destacar que nadie es perfecto y que muchas veces la gente se comporta de una manera indebida. Deben saber que ellos no son los únicos que lo hacen, aunque eso no está bien. Es importante que comprendan que la sinceridad es un valor muy importante, aunque a veces sea difícil de poner en práctica.
- Busca distintos recursos para enseñarle a no mentir y dejarle una moraleja. Según la edad, podrás hacerlo a través de cuentos o actividades, o bien, directamente en una charla.
- Pensar junto a tu hijo qué se podría haber hecho diferente en lugar de mentir. De este modo, podrá tener en cuenta otros escenarios para una próxima ocasión. Por ejemplo, si el pequeño te dice que está enfermo para no ir al colegio porque no hizo la tarea, se puede explorar junto a él qué podría haber hecho para tener los deberes a tiempo.
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Somos el ejemplo que tienen
Por último, más allá de reflexionar qué hacer con nuestros hijos, también es importante hacer un mea culpa y pensar cómo es el comportamiento que tenemos y que les transmitimos los adultos. Es decir, revisar nuestras propias prácticas en la crianza. Por ejemplo, si siempre ven que ponemos excusas o mentiras para no visitar a una tía, también lo harán cuando quieran eludir algún tipo de compromiso. Peor aún, cuando los hacemos partícipes de nuestra mentira y les pedimos que sean quienes atienden el teléfono y digan que no estamos disponibles.
Los buenos comportamientos se aprenden en casa y de la mano de las figuras de referencia. Por eso, también es necesario ser cuidadosos. De lo contrario, luego no debería sorprenderte si tu hijo te dice que está enfermo para no ir al colegio.
Bibliografía
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- Gorriz Eguaras, S., & Ibabe Erostarbe, I. (2021). El papel de las prácticas de crianza en la mentira antosicoal infantil: una revisión sistemática. Disponible en: https://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0214-78232021000200007
- Madrid Vivar, Dolores (2002), La mentira infantil: diagnóstico e intervención psicopedagógica. Tesis doctoral. Universidad de Málaga. Málaga. Disponible en: https://dialnet.unirioja.es/servlet/tesis?codigo=135614