Mentiras infantiles: ¿qué hacer?

Identifica cuáles son las causas de las mentiras infantiles y aprende cómo reaccionar ante ellas y hacer que dejen de ser un obstáculo en la comunicación familiar.
Mentiras infantiles: ¿qué hacer?
Marisol Rendón Manrique

Escrito y verificado por la licenciada en preescolar Marisol Rendón Manrique.

Última actualización: 02 abril, 2019

Las mentiras infantiles forman parte del desarrollo social y cognitivo. Los primeros episodios de este hecho se dan entre los 2 y los cuatro años de edad. Aunque no parezcan positivas, son señales de que los niños están en capacidad de modificar su propia realidad.

Sin embargo, es importante que cultives y destaques el valor de la verdad durante el proceso de formación.

A medida que crecen y comprenden la diferencia entre lo verdadero y lo falso, hay que ayudarlos a elegir la opción correcta. Las mentiras infantiles son pequeñas oportunidades para dar lecciones sobre la honestidad.

“La mentira en el niño es una manifestación de que se está dando el desarrollo de habilidades cognitivas que les permiten modificar la realidad que conocen, entender que las demás personas tienen ideas, sienten y piensan diferente a ellos, poder ponerse en los zapatos del otro y desarrollar la empatía”

–Doctor Kang Lee citado por la doctora Gloria Isaza–

¿Por qué mienten los niños?

Las causas de esta conducta pueden variar dependiendo de la edad. Las más frecuentes son:

  • Ocultar una conducta para evitar el castigo.
  • Observar cuál es tu reacción al escuchar una mentira.
  • Hacer que las historias que cuenta sean mucho más emocionantes.
  • Llamar tu atención.
  • Conseguir algo que quiere.
Pinocho fue una de las primeras películas de Disney.

¿Qué hacer para lidiar con las mentiras infantiles?

Pídele que prometan decir la verdad

Antes de preguntarle qué sucedió en determinada situación, es decir, haced un acuerdo de honestidad. Este compromiso junto con una buena actitud de tu parte suele conducir a los niños a decir la verdad.

Si le hablas de una forma comprensiva pero firme, se sentirán seguros y cómodos para evitar la mentira.

Explícale que una conducta honesta no lleva al castigo

Cuando se usan las amenazas como correctivos, los resultados no son satisfactorios. La disciplina del temor no funciona y tampoco los alienta a seguir prácticas éticas.

Si desde pequeños les haces saber que decir la verdad no está asociado con el castigo, confiarán más en ti. También debes evitar mentir frente a ellos; la honestidad es un valor que debe modelarse en casa.

Establece en casa una regla sobre la verdad

Dentro de las dinámicas familiares, establece una regla resaltada en letras doradas que invite a decir la verdad. Ser honesto, incluso cuando esto pueda tener consecuencias poco agradables, es una habilidad para la vida.

Distingue la causa de la mentira

Cuando sabes por qué tus hijos han dicho una mentira, es más fácil elaborar un plan para reaccionar ante ella.

Durante los primeros años, se tratará de enseñarles a diferenciar entre lo real y la fantasía. A medida que crecen, podrás tratar con mentiras relacionadas con llamar la atención y agradar a los otros o salir rápido de un problema.

Dale una advertencia

Si estás completamente seguro de que tu hijo está mintiendo, dale una última oportunidad para ser sincero. Una frase como “te daré la oportunidad de decirme lo que sucede”, puede ser el impulso que lo lleve a decir la verdad.

Comunica con anticipación cuáles son las consecuencias de la mentira

Habla con tu hijo sobre los resultados naturales de las mentiras. Explícales que cuando alguien no es honesto, a las otras personas les costará más creer en él o ella.

Una buena idea es contarles historias o situaciones en las que la deshonestidad haya tenido un mal resultado. Estos ejemplos ayudan a hacer asociaciones tangibles.

Una madre presente evita la aparición de sentimientos de rechazo en el niño.

Da refuerzo positivo a las conductas apropiadas

Cuando tu pequeño diga la verdad aunque no haya sido fácil hacerlo, dale un estímulo o refuerzo positivo. Un halago puede ser motivación suficiente para que se replique este comportamiento en situaciones futuras.

Recurre a un profesional cuando ninguna estrategia funcione

Hay que reconocer cuándo la mentira se vuelve repetitiva y de gran magnitud. Inevitablemente, esto empieza a causar una convivencia conflictiva en casa o en la escuela. Se puede tratar de una condición patológica que requiere tratamiento por parte de un experto.

No hay que entrar en pánico ante las mentiras infantiles. Deben ser vistas como una señal del desarrollo adecuado de tu hijo y como momentos para fomentar los valores. Es necesario que desde los primeros años hagas las correcciones pertinentes y ayudes a tu familia a vivir bajo la luz de la verdad.

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