Mentiras infantiles: ¿qué hacer?
Las mentiras infantiles forman parte del desarrollo social y cognitivo. Los primeros episodios de este hecho se dan entre los 2 y los cuatro años de edad. Aunque no parezcan positivas, son señales de que los niños están en capacidad de modificar su propia realidad.
Sin embargo, es importante que cultives y destaques el valor de la verdad durante el proceso de formación.
A medida que crecen y comprenden la diferencia entre lo verdadero y lo falso, hay que ayudarlos a elegir la opción correcta. Las mentiras infantiles son pequeñas oportunidades para dar lecciones sobre la honestidad.
“La mentira en el niño es una manifestación de que se está dando el desarrollo de habilidades cognitivas que les permiten modificar la realidad que conocen, entender que las demás personas tienen ideas, sienten y piensan diferente a ellos, poder ponerse en los zapatos del otro y desarrollar la empatía”
–Doctor Kang Lee citado por la doctora Gloria Isaza–
¿Por qué mienten los niños?
Las causas de esta conducta pueden variar dependiendo de la edad. Las más frecuentes son:
- Ocultar una conducta para evitar el castigo.
- Observar cuál es tu reacción al escuchar una mentira.
- Hacer que las historias que cuenta sean mucho más emocionantes.
- Llamar tu atención.
- Conseguir algo que quiere.
¿Qué hacer para lidiar con las mentiras infantiles?
Pídele que prometan decir la verdad
Antes de preguntarle qué sucedió en determinada situación, es decir, haced un acuerdo de honestidad. Este compromiso junto con una buena actitud de tu parte suele conducir a los niños a decir la verdad.
Si le hablas de una forma comprensiva pero firme, se sentirán seguros y cómodos para evitar la mentira.
Explícale que una conducta honesta no lleva al castigo
Cuando se usan las amenazas como correctivos, los resultados no son satisfactorios. La disciplina del temor no funciona y tampoco los alienta a seguir prácticas éticas.
Si desde pequeños les haces saber que decir la verdad no está asociado con el castigo, confiarán más en ti. También debes evitar mentir frente a ellos; la honestidad es un valor que debe modelarse en casa.
Establece en casa una regla sobre la verdad
Dentro de las dinámicas familiares, establece una regla resaltada en letras doradas que invite a decir la verdad. Ser honesto, incluso cuando esto pueda tener consecuencias poco agradables, es una habilidad para la vida.
Distingue la causa de la mentira
Cuando sabes por qué tus hijos han dicho una mentira, es más fácil elaborar un plan para reaccionar ante ella.
Durante los primeros años, se tratará de enseñarles a diferenciar entre lo real y la fantasía. A medida que crecen, podrás tratar con mentiras relacionadas con llamar la atención y agradar a los otros o salir rápido de un problema.
Dale una advertencia
Si estás completamente seguro de que tu hijo está mintiendo, dale una última oportunidad para ser sincero. Una frase como “te daré la oportunidad de decirme lo que sucede”, puede ser el impulso que lo lleve a decir la verdad.
Comunica con anticipación cuáles son las consecuencias de la mentira
Habla con tu hijo sobre los resultados naturales de las mentiras. Explícales que cuando alguien no es honesto, a las otras personas les costará más creer en él o ella.
Una buena idea es contarles historias o situaciones en las que la deshonestidad haya tenido un mal resultado. Estos ejemplos ayudan a hacer asociaciones tangibles.
Da refuerzo positivo a las conductas apropiadas
Cuando tu pequeño diga la verdad aunque no haya sido fácil hacerlo, dale un estímulo o refuerzo positivo. Un halago puede ser motivación suficiente para que se replique este comportamiento en situaciones futuras.
Recurre a un profesional cuando ninguna estrategia funcione
Hay que reconocer cuándo la mentira se vuelve repetitiva y de gran magnitud. Inevitablemente, esto empieza a causar una convivencia conflictiva en casa o en la escuela. Se puede tratar de una condición patológica que requiere tratamiento por parte de un experto.
No hay que entrar en pánico ante las mentiras infantiles. Deben ser vistas como una señal del desarrollo adecuado de tu hijo y como momentos para fomentar los valores. Es necesario que desde los primeros años hagas las correcciones pertinentes y ayudes a tu familia a vivir bajo la luz de la verdad.
Te podría interesar...Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.
- Bach, K. & Harnish, R. M. (1979). Linguistic: Communication and speech acts. Cambridge, MA: MIT Press.
- Casas Rivera, R., & Zamarro Arranz, M. L. (1990). La mitomanía en la clínica actual. A propósito de un caso clínico. Revista de La Asociación Española de Neuropsiquiatría.
- Dithrich, C. W. (1993). Pseudologia fantastica, dissociation, and potential space in child treatment. Master Clinicians on Treating the Regressed Patient, Vol. 2.
- King, B. H., & Ford, C. V. (1988). Pseudologia fantastica. Acta Psychiatrica Scandinavica. https://doi.org/10.1111/j.1600-0447.1988.tb05068.x
- Leekam, S. R. (1992). Believing and deceiving: Steps to becoming a good lier. En S. J. Ceci, M. Desimone & M. Putnik (Eds.), Social and cognitive factors in early deception (pp. 47–62). Hillsdale, NJ: L.E.A.
- Sotillo, M., & Rivière, Á. (2001). Cuando los niños usan las palabras para engañar: la mentira como instrumento al servicio del desarrollo de las habilidades de inferencia mentalista. Infancia y aprendizaje, 24(3), 291-305. https://www.tandfonline.com/doi/abs/10.1174/021037001316949239