Todos los padres queremos que nuestros hijos creen un buen vínculo de hermandad. Que jueguen juntos, que se comprendan, que se respeten y por supuesto, que se quieran. Pero ¿qué pasa cuando desarrollan una relación de dependencia entre ellos? ¿Qué debemos hacer los padres ante esta situación?
Te lo contamos todo en el siguiente artículo. ¡No te lo pierdas!
Características de los hermanos con una relación de dependencia
Hay muchos hermanos a los que les encanta estar siempre juntos y esto no tiene por qué ser algo malo. De hecho, es importante que desde los padres fomentemos su unión desde pequeños, para que desarrollen un vínculo sano entre ellos.
Ahora bien, hay que tener en cuenta algunos aspectos que podrían sugerirnos una relación de dependencia entre hermanos:
- Juegan siempre juntos, todo el tiempo.
- No pueden estar separados el uno del otro.
- Comparten los mismos amigos.
- Tienen los mismos gustos y realizan las mismas actividades.
Si observas en detalle, podrás inferir que la principal característica de estos hermanos es que no se sienten bien cuando están separados.
Qué hacer para evitar una relación de dependencia entre los hermanos
Los padres podemos ayudar a que la relación entre nuestros hijos no se vuelva dependiente y para lograrlo, debemos tener en cuenta lo siguientes consejos.
Fomentar la independencia de cada uno
Es muy bueno que cada uno tenga sus propias actividades, responsabilidades y habilidades para solucionar los problemas sin la ayuda del otro. Por eso, debemos incentivarlos desde pequeños a tener espacios individuales y a hacer sus cosas aunque su hermano no esté presente.
A continuación, te vamos a ofrecer algunas buenas ideas:
- Apuntarlos a diferentes actividades extraescolarespara que cada uno tenga sus propias experiencias y luego, puedan compartirlas entre ellos.
- Dedicarles momentos de exclusividad y actuar según sus intereses personales.
- Prepararles habitación distintas para que duerman separados.
- Si son mellizos, es recomendable que vayan a clases diferentes, aunque esta decisión dependerá de cada familia.
Ahora bien, tampoco debemos forzarlos a nada. Aunque les brindemos recursos para fomentar su independencia, hay que respetar el modo en el que ellos deciden cómo pasar su tiempo y con quién compartirlo.
Educar a los niños sin estereotipos ni roles asociados a su orden de nacimiento
La relación de dependencia puede establecerse de manera simétrica o asimétrica, es decir, con uno que asuma el rol dominante sobre el otro. Si estamos en el último caso, es importante que lo identifiquemos y que actuemos de forma correcta.
Primero, es fundamental potenciar las capacidades de asertividad y de toma de decisiones. De esta manera, podremos fortalecer la autoestima y la autoconfianza del más sumiso de los dos.
Por otra parte, debemos analizar cuál es el motivo que lleva al hermano más dominante a ocupar ese rol: ¿es su naturaleza o la consecuencia de nuestra educación? Debemos tener en cuenta que cuando educamos a los hermanos mayores con el mandato de proteger, cuidar y responsabilizarse de sus hermanos pequeños, sin querer, los colocamos en ese sitio dominante.
Jugar a invertir roles entre los hermanos
Todos sabemos que a través del juego podemos inculcarles buenos valores y enseñanzas a los niños. En este sentido, jugar a invertir los roles puede ser una gran alternativa, pues motiva al más dependiente a tomar el mando y al más dominante a acompañarlo.
Darle a cada uno sus propias responsabilidades
Si queremos fomentar la individualidad, debemos proporcionarle a cada uno de los hermanos sus propias responsabilidades. Además de los deberes del colegio, debemos asignarles algunas tareas diferenciadas en la casa. Por ejemplo, uno puede encargarse de poner la mesa y el otro, de recogerla luego de comer.
Potenciar la toma de decisiones en el hermano más dependiente
Debemos motivar al hermano más sumiso a ser el primero en tomar alguna decisión o a que nos comparta su parecer acerca de alguna cuestión. Por ejemplo, elegir el juego que compartirán, la ropa que desea ponerse o incluso, lo que le apetece comer.
Sobre la relación de dependencia entre los hermanos debemos decir…
No es malo que los hermanos quieran estar juntos, que se entiendan, que se diviertan y que se sientan cómodos entre ellos. El problema aparece cuando esa relación de dependencia perjudica a otros ámbitos de sus vidas o les imposibilita tomar sus propias decisiones. Si vemos que es nuestro caso, es importante buscar la ayuda de los expertos para resolver la situación cuanto antes.
Bibliografía
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