Felicidad escondida en el desorden del hogar

La limpieza de la casa es vital para que los hijos cuenten con un espacio salubre en donde puedan crecer. No obstante, no debería convertirse en una obsesión.
Felicidad escondida en el desorden del hogar

Última actualización: 27 julio, 2022

La infancia de los hijos pasa en un abrir y cerrar de ojos. El tiempo corre tan rápido como el agua entre las manos y es decisión propia disfrutar del presente y no desperdiciar los momentos familiares. Porque a pesar de que el desorden del hogar no debería ser un protagonista, muchas veces en él se encuentra felicidad escondida.

Mantener la casa en un buen estado y con una higiene óptima es necesario para el bienestar físico y emocional de toda la familia. No obstante, obsesionarse con la limpieza y dejar de compartir con los hijos es un extremo del que se debe huir a toda costa. Detrás de los juguetes tirados en la sala se esconden horas de juego y recuerdos de felicidad inolvidable.



Prioriza el tiempo en lugar de concentrarte en el desorden del hogar

En muchas ocasiones puede resultar muy agobiante regresar de una larga jornada laboral y encontrar la cocina desordenada o un par de carritos en mitad de la sala. Sin embargo, cuando los hijos aún están demasiado pequeños como para ayudar en el hogar, es necesario priorizar nuestro tiempo y compartir con ellos lo máximo posible.

Disfruta al máximo de la infancia de tus hijos, puesto que es una mágica etapa en donde se deben inculcar valiosas lecciones familiares.

No es necesario brillar las ollas o lavar a profundidad los baños todos los días. Está bien que quieras barrer para mantener el piso lo más limpio posible, pero estregarlo todas las mañanas solo te quita valioso tiempo que nunca regresará. Cuando los hijos crezcan y aprendan a ser ordenados recordarán esas tardes de juego que compartieron con sus padres, no qué tan brillante era el piso de la sala.

Esto no quiere decir que por estar con tus hijos descuides la salubridad del hogar; por ejemplo, al dejar los platos sin lavar por varios días o el baño sucio por semanas. Pensar en la salud de los pequeños debe ser una prioridad. No obstante, cuando los niños requieren de nuestra compañía el aseo general puede esperar por un par de horas.



Crea rutinas para organizar el hogar con rapidez

En medio de las obligaciones laborales y paternales puede resultar un tanto complejo mantener todo bajo control. Mucho más cuando no se cuenta con la ayuda de la pareja para equilibrar todos los quehaceres. Y aunque en muchas ocasiones será todo un reto conservar la casa impecable, crear rutinas de organización hará que la tarea resulte más sencilla.

Si sabes que durante la mañana no podrás dedicar un par de horas a la limpieza del hogar, es mejor dejar las cosas listas desde la noche anterior. Si te encuentras muy cansada no es necesario limpiar la cocina con especial detalle, con que dejes los platos listos es más que suficiente.

Recuerda que la contaminación visual puede afectar el ánimo de todos. Por lo que procura tener grandes canastos o cajones para guardar los juguetes de los niños. Además, por supuesto, de educar a los hijos para que ellos mismos aprendan a recoger su propio desorden. Es crucial cultivar habilidades para que desde la infancia sean conscientes de que deben ayudar en el mantenimiento de la casa.

En el desorden del hogar se puede encontrar felicidad escondida

El caos a causa del desorden puede ser muy dañino para el bienestar emocional de los padres y de sus hijos. No obstante, saber manejar el tiempo de manera inteligente y encontrar la felicidad que se esconde tras los juguetes en el suelo es necesario.

La infancia de los hijos es una etapa que pasa con gran rapidez y no vale la pena fijarse en cosas que pueden ordenarse con calma después.

Cuando hay muñecas, carritos y colores en el suelo significa que los niños se divirtieron y pusieron a prueba su creatividad. Al ver los biberones en el lavado piensa que tus pequeños están sanos y tienen la fortuna de contar con una familia que suple sus necesidades físicas y emocionales. Aprende a apreciar más allá del desorden lo afortunada que eres al estar al lado de tus hijos.

Los juguetes se pueden poner en su lugar y los platos se lavan en un par de minutos. No obstante, el tiempo que desperdicias enfocando tu energía en la limpieza extrema nunca regresará. De nada sirve tener los pisos relucientes si tus hijos no pueden correr libremente por ellos por temor a ensuciarlos. Así que bríndales a tus pequeños la compañía que merecen.


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