El orden en los primeros años de vida del niño

El orden en los primeros años de vida del niño es una constante que ayudará a que se sienta más seguro, más cómodo y más valioso en todo tipo de ambientes.
El orden en los primeros años de vida del niño
Pedro González Núñez

Escrito y verificado por el educador infantil Pedro González Núñez.

Última actualización: 21 febrero, 2021

El orden en los primeros años de vida es primordial siempre. En un ambiente bien organizado y ordenado, el ser humano es más feliz y productivo. Por eso, durante los primeros años de desarrollo del niño, es importante que se trabaje en este sentido para que el bebé evolucione correctamente e interiorice la importancia de una vida organizada desde su más tierna infancia.

De hecho, según la famosa formadora María Montessori, el niño demuestra desde que nace una sensibilidad muy especial hacia el orden. Se nota especialmente durante los dos primeros años de vida del pequeño, cuando la infancia muestra una predilección y necesidad específica por el orden natural de la vida.

Bebé aprendiendo la importancia del orden en los primeros años.

El orden en los primeros años de vida del niño según María Montessori

Comencemos explicando la necesidad de orden del niño recién nacido a través de las investigaciones llevadas a cabo por una de las grandes personalidades que más y mejor han postulado sobre la educación infantil.

María Montessori, basándose en sus observaciones, logró que viéramos la figura del niño desde una perspectiva diferente. Para ello, descubrió que el orden era una necesidad vital de la infancia, especialmente en sus primeros meses de vida.

Según Montessori, el niño llega a un mundo que le es totalmente desconocido y ajeno. Así pues, en sus primeros años de vida ha de ir, poco a poco, adaptándose al medio en el que vivirá el resto de su existencia.

Para ello, el pequeño se centra, sobre todo, en la observación. Por eso es tan importante una correcta colocación de los objetos. Si el pequeño se desarrolla en un entorno cómodo y ordenado, verá que es más fácil relacionarse con el ambiente, identificar y orientarse en el espacio.

Confianza y seguridad

Un ambiente ordenado permite que el niño vaya sintiéndose cada vez más confiado y seguro. En un entorno organizado, empezará a gatear, a explorar todo por sí mismo y a descubrir el mundo que lo rodea.

Así que, cuando el pequeño empieza a moverse con mayor libertad, primero gateando y luego caminando, es básico que lo haga en un entorno ordenado en el que, además de sentirse cómodo en un espacio familiar, no encuentre obstáculos que le puedan dañar mientras explora.

Recordemos que los niños se sienten mejor en ambientes controlados y familiares. Por eso los objetos deben estar situados en lugares que le resulten conocidos. Así, ganan también en capacidad de orientación y manejo de los espacios.

La sensibilidad infantil al orden

Y es que los niños, cuanto más pequeños son, mayor sensibilidad al orden muestran. Por eso hemos de evitar constantes modificaciones y cambios y, sobre todo, el desorden, ya que así creamos en su joven mente inseguridades y perturbaciones nada beneficiosas para su desarrollo intelectual.

En este momento podemos hablar de un término tal vez menos conocido, pero igualmente importante. El orden ayuda al niño a un correcto desarrollo de la propiocepción. Si no sabes qué significa, recuerda que se trata del conocimiento del chico de la posición de las partes de su cuerpo con respecto al entorno que lo rodea.

El orden permite que el niño desarrolle mejor la propiocepción y, además, le ayuda a ir coordinando sus propios movimientos, ya que, en los primeros estados de su desarrollo, dicha coordinación es muy limitada.

Dicho esto, el orden también redunda en la necesidad de no realizar cambios en el ambiente familiar. Así, el pequeño, cuando es transportado de un lado a otro por su madre, puede ir observando cuanto le rodea, de forma que lo relaciona, lo interioriza y lo va comprendiendo cada día mejor.

Madre con su bebé explorando el salón de casa.

Las rutinas y el orden en los primeros años

Las rutinas son necesarias para los más pequeños. Les permiten sentirse más seguros y confiados en espacios y horarios que conocen. En este caso, sería también una especie de expresión del orden.

Las rutinas permiten a los niños predecir qué puede ocurrir, lo que les ayuda a sentirse más confiados y seguros en su entorno ordenado y organizado.

Todo ello sirve para que los chicos, según van creciendo, puedan asumir responsabilidades, ayudando a los padres y docentes en todo cuanto puedan hacer dependiendo del nivel de independencia de cada uno.

María Montessori ya habló de esta necesidad del orden en los primeros años de vida del niño y, de hecho, en las escuelas que siguen su método se profundiza mucho en esta enseñanza tan importante para los peques.


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  • Montessori, M., Sanchidrián Blanco, C. (2013). El método de la pedagogía científica: Aplicado a la educación de la infancia. Madrid: Biblioteca Nueva.

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