El tema de las vacunas en los bebés siempre ha sido motivo de discusión. Aunque la mayoría de los especialistas recomienda su uso, existen grupos sociales que las rechazan. Conocer los efectos secundarios de las vacunas es información importante para que los padres puedan tomar la decisión sobre su colocación.
Las vacunas fueron concebidas para evitar enfermedades. La polémica en torno a ellas se genera porque la mayoría son creadas a partir del virus que contagia la afección. Sin embargo, su uso ha demostrado la disminución de muchas enfermedades que hace tiempo fueron mortales.
Desde recién nacidos, es importante proteger la salud de los niños. Las vacunas cumplen esta función en enfermedades que pueden ser fatales, dado que previenen algún contagio en edades tempranas. Por ello, es importante el control de vacunas en cada visita al pediatra.
Control de vacunas
Una parte importante de la consulta médica de los pediatras es validar que el bebé tenga al día sus vacunas. Su colocación va acorde a la edad y el desarrollo del bebé. En algunos casos, hay vacunas que necesitan más de una dosis como parte del refuerzo.
Las vacunas básicas con las que debe contar todo bebé previenen siete enfermedades infantiles, que son las siguientes:
- Difteria.
- Tétanos
- Tos ferina.
- Hepatitis B.
- Poliomielitis.
- Enfermedad neumocócica.
Por supuesto, este esquema varía de país en país. En algunos países subdesarrollados sigue siendo obligatoria la vacunación contra la tuberculosis en el primer día de nacimiento, por ejemplo.
Desde el segundo mes de vida se suministran todas las vacunas; los refuerzos se colocan cada dos o cuatro meses, dependiendo de las indicaciones. En el caso de las vacunas DTap (difteria, tétanos y tos ferina) y antipoliomielitis, se refuerzan hasta los cuatro o seis años.
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¿Cuáles son los efectos secundarios de las vacunas en los bebés?
No siempre las vacunas provocan algún tipo de reacción en los bebés. En muchas ocasiones, todo depende del sistema inmunitario del niño y su tolerancia a las vacunas. Los efectos se pueden clasificar en leves, moderados y complejos.
Las reacciones más comunes son fiebre, hinchazón o dolor donde fue colocada la vacuna e irritabilidad. Algunos niños también presentan pérdida del apetito; en estos casos, considerados efectos leves, el tratamiento se basa en antipiréticos.
Las reacciones moderadas pueden presentar fiebre igual o mayor a 40 °C. Además, se pueden prolongar por más de cinco días, con presencia de llanto continuo durante tres horas o más. Como parte de los efectos secundarios graves o complejos de las vacunas puede haber convulsiones o pérdida del estado de consciencia.
¿Cómo contrarrestar los efectos secundarios de las vacunas?
Ante cualquier reacción inesperada después de una vacuna, lo recomendable es consultar al especialista. Sin embargo, existen tratamientos comunes que pueden ayudar a minimizar los efectos básicos.
- En caso de fiebre. Si se trata de malestar o fiebre leve, pueden aplicarse cuidados caseros como paños húmedos en la frente. También bañar al bebé disminuye la temperatura corporal.
Si la fiebre es elevada, se debe aplicar el tratamiento indicado por el médico, la mayoría de las veces se trata con antipiréticos (como acetaminofén). Algunos doctores recomiendan suministrar una dosis de este medicamento de forma preventiva aunque no haya fiebre.
Infecciones, dolor, malestar
- En caso de hinchazón o infección. Suele ocurrir que la zona donde se aplicó la vacuna se enrojezca; en estos casos, se puede aplicar una compresa de agua fría para minimizar la molestia.
Si hay presencia de bulto o hinchazón, no se debe tocar. Este desaparecerá por sí solo. En caso de un absceso, lo recomendable es consultar al médico.
- En caso de dolor o malestar. Por lo general, el brazo o pierna donde se colocó la vacuna queda un poco dolorida y esto causa irritación o malhumor en los niños. Lo aconsejable es poner a descansar al bebé y evitar tocar la zona de dolor.
Cuando se origina alguna de las reacciones consideradas graves o complejas, hay que solicitar ayuda inmediatamente. La atención rápida del niño ante cualquier síntoma o emergencia garantiza su progreso.
Dudas más frecuentes sobre el proceso de vacunación
Hecha una rápida revisión sobre los principales efectos adversos de las vacunas, vale la pena repasar algunas de las dudas más comunes por parte de los padres.
1. ¿Las vacunas son seguras?
Es importante entender que para que una vacuna haya sido aprobada para su uso clínico debió haber pasado por un riguroso proceso de investigación. Es difícil predecir cuánto tiempo es necesario, pero puede alcanzar varios años en condiciones normales.
Una excepción clara a la regla fueron las primeras vacunas contra la COVID-19, y fue debido a las condiciones de urgencia que permitieron destinar grandes recursos a la investigación.
2. ¿Hay más probabilidades de que mi hijo sea autista si lo vacuno?
Un artículo de investigación explora la interesante polémica sobre el probable vínculo entre el autismo y las vacunas, específicamente la que previene contra el sarampión, la rubéola y la parotiditis.
Lo cierto es que en sus inicios se trató de varios errores durante un trabajo científico cuyos resultados fueron erróneos y sacados de contexto debido a los problemas de análisis. En definitiva, hoy en día no existen evidencias que relacionen al trastorno del espectro autista con la vacunación.
3. ¿Las vacunas pueden dañar de alguna manera las defensas de los bebés o niños?
Todo lo que ha sido demostrado en la actualidad apunta justamente a lo contrario. La exposición temprana a las vacunas (que en muchos casos tienen partículas inofensivas de agentes infecciosos) es un evento capaz de estimular al sistema inmunitario.
Esto permitirá principalmente el desarrollo de anticuerpos, unas proteínas que combaten específicamente a los microorganismos patógenos. Por eso, cuando ocurra una exposición real, el organismo del bebé o niño tendrá más herramientas para “luchar”.
Recomendaciones sobre la vacunación
- Solo especialistas. Las vacunas deben ser suministradas bajo estricta supervisión del personal de salud, así como se tiene que garantizar que hayan sido fabricadas por un laboratorio autorizado. De igual manera, hay que cuidar las medidas higiénicas durante la dosificación.
- Indicación médica. Los pediatras son los únicos que deben indicar cuándo es el momento de vacunar a un bebé, según las directrices de salud pública. Algunos niños no cumplen con todas las condiciones para ser vacunados, ya sea por sus características o por tener una enfermedad transitoria.
Con toda esta información, de seguro podrás formarte una opinión acerca del tema. Cuanto más sepas, más herramientas tendrás para decidir lo que es mejor para tu hijo. Además, claro, siempre es bueno tener la opinión de un profesional.
Bibliografía
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- Benedicto A. La supuesta asociación entre la vacuna triple vírica y el autismo y el rechazo a la vacunación. Gac Sanit. 2012;26(4):366–371. Disponible en: https://scielo.isciii.es/pdf/gs/v26n4/especial1.pdf.