Dramatización con niños: cómo practicarla

La dramatización teatral surge de forma natural en los niños, desde muy pequeños juegan y dramatizan sin saber que lo están haciendo. Tenemos herramientas para potenciar esta beneficiosa y natural actividad.
Dramatización con niños: cómo practicarla
María Alejandra Castro Arbeláez

Revisado y aprobado por la psicóloga María Alejandra Castro Arbeláez.

Escrito por Azucena Fernández

Última actualización: 26 junio, 2020

La dramatización con niños es una de las actividades más sencillas y gratificantes de realizar con ellos, ya que es la forma natural que tienen de jugar desde que son muy pequeños. Desde muy temprana edad los niños empiezan a realizar dramatizaciones en sus juegos de forma no consciente.

Pensemos que, cuando los niños se hacen pasar por piratas, hadas, superhéroes, duendes, o crean sus propios personajes usando muñecos o figuras de Lego, están jugando. Pero, además, y sobre todo, están utilizando su imaginación y creando dramatizaciones de forma natural.

Estas dramatizaciones que tan sencillas parecen son, en realidad, creaciones complejas que realizan de forma natural, y resultan de lo más beneficioso en su desarrollo. Vamos a ver por qué la dramatización es positiva para los niños y algunas formas en las que puede practicarse.

La dramatización es buena para los niños. Razones

Fomenta la creatividad. El poder de la imaginación de los niños es algo maravilloso de observar. Todo lo que necesitan es un poco de tiempo, espacio y que los animemos. Así pueden llegar a ser cualquier cosa e ir a cualquier lugar. Solo dramatizando.

Inventan historias y aventuras y crean mundos enteros y secuencias de diálogo y acción de forma natural, no necesitan ni pensar en ello. Ellos son la creatividad en su forma más pura.

Dramatizar permite a los niños reflejar lo que experimentan en el mundo que les rodea y recrear sus relaciones sociales a través del juego. Los niños dan sentido al mundo e imitan las interacciones sociales que encuentran a su alrededor a través de juegos imaginativos con amigos, hermanos, padres e incluso animales de peluche.

Dramatización con niños: cómo practicarla.

Los niños pueden vivir una aventura con un osito de peluche, pueden convertirse en sus médicos, o compartir una merienda con ellos. No solo es algo realmente adorable, sino que además es una gran forma de que los niños pongan en práctica las habilidades interpersonales y las dinámicas que están aprendiendo.

La dramatización con niños fomenta la cooperación y la resolución de conflictos. Si dos niños quieren ser el mismo personaje en un juego, tienen que resolver dicho conflicto. Pueden, por ejemplo, decidir turnarse con el personaje.

Dramatización con niños. Actividades

Vamos a ver algunas actividades básicas de dramatización que podemos realizar con niños, tanto en el aula como en casa. Podemos promoverlas para que las realicen entre ellos o participar como guías si nos apetece.

Improvisaciones con dos personajes

Si tenemos un grupo pequeño de niños, algo que funciona muy bien es realizar unas sencillas improvisaciones con dos personajes. Dos niños improvisarán y los demás observarán y comentarán. Se irán turnado, de dos en dos, hasta que todos hayan hecho su dramatización.

Los dos personajes tendrán un rol: uno de ellos será el protagonista, y el otro será el antagonista. El protagonista será el personaje que quiere algo, y se lo va a pedir al antagonista. La labor del antagonista es negarle lo que quiere al protagonista, además de intentar que no lo consiga. Así, los dos, aprenden muchas estrategias.

  • Aprenden a argumentar de forma natural.
  • Se ponen en el lugar del compañero, es decir, desarrollan la empatía.
  • Potencian su creatividad inventando un personaje.
  • Trabajan el esfuerzo por conseguir algo.

En esta dramatización nadie gana ni nadie pierde. Es un juego en el que los dos son ganadores porque los dos trabajan por un objetivo que van consiguiendo con el desarrollo de la actividad.

Improvisaciones en grupo

Los niños, en varios grupos, van a crear una mini obra de teatro teniendo como herramienta solo un título. Aportamos como educadores o padres un título para su historia y ellos la desarrollan. Les damos un tiempo limitado para esbozar la idea y después los animamos a dramatizarla.

No solo se lo pasan bien. Además, aprenden a trabajar en grupo, a repartirse el trabajo, a tomar decisiones. Eligen sus propios personajes (toma de decisiones) y buscan un final en común. La idea es representar la dramatización delante de un pequeño grupo de público (otros compañeros o padres) o, simplente, jugar por jugar.

Dramatización con niños: cómo practicarla.

Canciones e ideas

Elegimos una canción con un mensaje que nos parezca bonito o que los niños conozcan y aprecien. Escuchamos todos juntos esa canción y realizamos, después, una representacion de la misma con personajes que cada uno elija y decida para la dramatización.

El tiempo que dedicaremos depende de lo que queramos ahondar en la creación y los objetivos que busquemos. Si buscamos una actividad rápida, podemos realizar la dramatización una vez. Así, nos centrarnos en lo efímero del trabajo y disfrutamos sencillamente del proceso.

Si buscamos objetivos concretos como, por ejemplo, desarrollar una idea y que se fijen en ella, podemos dedicar más tiempo y que, poco a poco, esta idea vaya surgiendo y siendo comentada y dramatizada por el grupo.

La idea de animar a los niños a realizar dramatizaciones a la hora de jugar en casa o en el aula siempre es positiva. Incluir estas dramatizaciones en la educación aporta grandes resultados y, sobre todo, mucha diversión.


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