Más empatía y menos competitividad en la adolescencia

La empatía y la competitividad son dos valores totalmente distintos, aunque están igualmente presentes en la adolescencia. En el siguiente artículo, te explicamos cómo es posible que haya más empatía y menos competitividad en esta etapa tan determinante de la vida.
Más empatía y menos competitividad en la adolescencia

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 06 febrero, 2019

En la adolescencia, los sentimientos competitivos entre adolescentes son mucho más potentes que las muestras de empatía. Sin embargo, es necesario evaluar la diferencia entre ambas actitudes y por qué sucede, para así encontrar soluciones que conduzcan a mostrar más empatía y menos competitividad.

Por un lado, la empatía es la capacidad de pensar las cosas desde el punto de vista de otra persona; esto implica la capacidad de reconocer y responder a los sentimientos de los demás de manera adecuada.

En la adolescencia, estas habilidades ayudan a los jóvenes a resolver problemas sociales, a manejar sus emociones y las de otras personas. Además, es muy importante para evitar conflictos.

En cuanto a la competitividad, puede llegar a ser positiva para los adolescentes en su justa medida. El motivo es que, entre otras cosas, les permite alcanzar su máximo potencial.

Sin embargo, es un problema cuando pasa a ser algo obsesivo. La competencia trae consigo el riesgo de que los jóvenes puedan tener una idea errónea de sus capacidades. Es recomendable que eduques a tu hijo enseñándole que lo importante es que debe superarse a sí mismo y no tener en mente el trabajo o el nivel de los demás.

Por otra parte, debes tener en cuenta que la presión social es uno de los aspectos que dificulta en mayor medida que exista más empatía entre los adolescentes. Si bien es cierto que es posible que este sentimiento surja de manera individual, no sucede lo mismo al estar en grupo, cuando la influencia es aún mayor.

Empatía en la adolescencia

La empatía, en su forma más básica, es la capacidad de sentir el dolor de otra persona, o al menos imaginarlo de una manera vívida y personal. Se trata de un sentimiento muy positivo para los adolescentes, ya que les sirve para aprender a no hacer a los otros aquellas cosas que no les gustaría sufrir en primera persona.

La adolescencia es una etapa de cambios que pueden provocar temores en un joven que no quiere crecer.

Asimismo, la empatía es uno de los aspectos que más se tienen en cuenta a la hora de explicar las relaciones entre adolescentes. Un déficit en la empatía puede llevar a que los adolescentes tengan problemas de conducta y sean agresivos o antisociales. Por ello, se recomienda a los padres fomentar la empatía en los niños a medida que se desarrollan.

Ciertamente, la adolescencia es una etapa ideal para adquirir valores y comportamientos que pueden acompañar de por vida a los jóvenes. La empatía es una actitud que contribuye a que los adolescentes adquieran buenos comportamientos y mayor sensibilidad por cómo se sienten las otras personas.

Por otro lado, también favorece el compañerismo y el trabajo en equipo. El hecho de preocuparse por los demás o de tener en cuenta sus sentimientos, provoca que los jóvenes puedan unir fuerzas para obtener un resultado mucho mejor en cualquier tipo de actividad que pretendan alcanzar.

“La derrota no es el peor de los fracasos. No intentarlo es el verdadero fracaso”
–George Edward Woodberry–

Competitividad en la adolescencia

La adolescencia es una etapa en la cual los jóvenes buscan y forjan su identidad personal. En este proceso, el sentimiento de competitividad es constante y se traduce en las continuas comparaciones que los jóvenes hacen con sus similares. De hecho, los adolescentes suelen compararse con el objetivo de obtener la conformidad de muchas de sus acciones.

Esto significa que, mediante las comparaciones, ellos adquieren una perspectiva de la realidad en la que atribuyen logros y éxitos. Así surge la competitividad, en una incesante búsqueda por ser mejor que los demás alimentada por la inseguridad personal que acompaña a esta etapa.

Si bien es cierto que en muchas situaciones de la vida la competitividad es positiva para aumentar y mejorar el rendimiento, se considera uno de los problemas más grandes en la adolescencia. En esta etapa, esta cualidad propicia la falta de compañerismo y una idea errónea de la realidad desde una edad muy temprana e influyente.

Los deportes para practicar en familia son la mejor inversión de tiempo que pueden dar a sus hijos.

Asimismo, la competitividad en la adolescencia puede ser realmente preocupante, ya que los jóvenes se atribuyen éxitos o fracasos según las comparaciones con el rendimiento en alguna actividad con el resto de sus compañeros. Sin embargo, las amistades no deben actuar como termómetro para saber cuál es el nivel de competencia que tiene una persona en un ámbito de la vida.

Finalmente, la idea de incluir más empatía y menos competitividad en la adolescencia consiste en llevar a cabo un cambio de perspectiva por parte de los adolescentes. Para que esto sea posible, los padres deben ayudar a sus hijos mediante una buena educación y valores.


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