Dolor de ingle en el embarazo: causas y qué hacer

El dolor de ingle en el embarazo es común y, en la mayoría de los casos, es benigno y transitorio. Sin embargo, es importante conocer las posibles causas y su tratamiento.
Dolor de ingle en el embarazo: causas y qué hacer
Leidy Mora Molina

Escrito y verificado por la enfermera Leidy Mora Molina.

Última actualización: 15 octubre, 2023

El dolor en la ingle es una condición común que afecta a hasta 1 de cada 3 mujeres en algún momento del embarazo. Suele ser más frecuente en el segundo y tercer trimestre debido a los cambios fisiológicos que ocurren en esta etapa.

En ocasiones puntuales, puede ser el resultado de problemas graves durante la gestación, como un parto prematuro o un desprendimiento de placenta. Por lo tanto, es importante evaluar los síntomas que acompañan a este malestar.

Te explicaremos si es normal experimentar dolor en la ingle durante el embarazo, cuáles son sus causas, cómo se trata y algunas formas de prevenirlo. ¡Sigue leyendo!

¿Es normal el dolor de ingle en el embarazo?

El dolor en la ingle se experimenta en la zona donde se une la parte baja del abdomen y el muslo superior interno. Durante el embarazo, su aparición suele estar relacionada con las modificaciones anatómicas, hormonales y mecánicas que ocurren en el organismo para albergar al bebé.

Esta molestia durante la gestación puede aumentar de intensidad y, según la Asociación Americana de Embarazo, una de las molestias agudas más comunes informadas por las mujeres es una sensación punzante alrededor de la zona del útero, el abdomen o la ingle.

Aunque este dolor puede ser incómodo para la mujer embarazada, en la mayoría de los casos puede atribuirse a cambios normales que ocurren durante el embarazo. Por lo tanto, no suele ser una situación de emergencia. No obstante, siempre es aconsejable consultar con un especialista cuando aparece, en especial si se vuelve más intenso.



Causas del dolor de ingle en el embarazo

Una serie de factores pueden ocasionar dolor en la ingle durante la gestación. Esta área está compuesta por tejidos que pueden verse afectados por la presión ejercida por el útero. Entre las causas más comunes de este malestar se encuentran las siguientes.

1. Incremento de la relaxina

La relaxina es una hormona encargada de otorgar elasticidad a los músculos, ligamentos y articulaciones para facilitar el parto. Sin embargo, puede causar un estiramiento excesivo de estos elementos, lo que lleva a problemas durante el embarazo, tales como los siguientes.

Disfunción o diástasis de la sínfisis púbica

Estas condiciones se caracterizan por la separación o estiramiento excesivo del hueso púbico, lo que provoca dolor en la ingle y la pelvis. Los síntomas incluyen un dolor punzante que se irradia hacia la parte inferior del abdomen, la espalda, la ingle, el perineo, el muslo y la pierna.

Estiramiento del ligamento redondo

Los ligamentos redondos son dos estructuras que sostienen el útero y se extienden hasta la ingle. A medida que avanza el embarazo, estos ligamentos se estiran y pueden causar dolor, a veces intensificándose en el área de la ingle. Por fortuna, este malestar es inofensivo.

2. Peso uterino sobre la pelvis

La presión ejercida por el útero en crecimiento puede comprimir nervios y tejidos, lo que puede desencadenar molestias en la zona pélvica y la ingle. Esta suele ser la causa más común de este dolor hacia el final del embarazo.

Por otro lado, los miomas también pueden contribuir al problema. Estos son tumores benignos que se encuentran en las paredes internas o externas del útero. Dependiendo de su ubicación y tamaño, pueden generar dolor debido a la presión que ejercen.

3. Adaptaciones posturales

El peso uterino también provoca modificaciones leves en la postura de la embarazada. Un estudio publicado en The Healer detalla que las mujeres embarazadas a menudo informan de dolor lumbar, problemas en las piernas, dolor en la cintura pélvica e incontinencia urinaria.

Asimismo, señala que el dolor en la pelvis, la zona lumbar y el cuello puede deberse a alteraciones en la curvatura de la columna y cambios posturales durante el embarazo. Estas modificaciones anatómicas son resultado del aumento de la laxitud ligamentosa y el peso del feto.

Es importante destacar que si esta es la causa, el dolor puede ocurrir o agravarse si la gestante permanece en la misma posición durante mucho tiempo o al cambiar de posición durante la noche.

4. Complicaciones del embarazo

Aunque es común que el dolor en la ingle sea benigno, no se debe descartar la posibilidad de que pueda ser un síntoma de complicaciones durante el embarazo. Algunos problemas que pueden causar dolor en la ingle incluyen los siguientes:

¿Cuándo acudir al médico?

El dolor en la ingle durante el embarazo puede manifestarse en uno o ambos lados y puede ser leve, agudo y punzante, empeorando al moverse o cambiar de posición. A veces, este dolor puede irradiarse hacia la vagina y las piernas, lo que dificulta el movimiento.

Pero, ¿cuándo se debe consultar a un médico? Se debe buscar atención médica cuando el dolor se intensifica con el tiempo y se acompaña de síntomas como:

  • Fiebre.
  • Sangrado.
  • Dolor abdominal.
  • Ganglios inflamados.
  • Dolor o ardor al orinar.
  • Contracciones dolorosas antes de la semana 37 del embarazo.
  • Malestar intenso que se irradia hacia el lado derecho del abdomen.

Recomendaciones para aliviar el dolor de ingle en el embarazo

El dolor de ingle en esta etapa puede ser transitorio, durar solo unos días y reaparecer en ocasiones o extenderse hasta después del parto. Existen algunas medidas que pueden ayudar a aliviarlo. Algunas de ellas son las siguientes:

  • Aplicar una almohadilla térmica o compresas frías en el área, usando durante 20 minutos varias veces al día.
  • Emplear un cinturón de apoyo para el embarazo. Un estudio publicado en BMC Pregnancy and Childbirth sugiere que los cinturones de soporte pélvico pueden reducir el dolor y mejorar la función en mujeres embarazadas con dolor en la sínfisis púbica.
  • Evitar actividades que puedan intensificar el dolor, como cargar peso, mantener la misma posición durante períodos prolongados o realizar actividades repetitivas que empeoren el malestar.
  • Consumir analgésicos de venta libre bajo la aprobación del especialista, como acetaminofén y otros medicamentos que alivien el dolor.
  • Descansar, en especial cuando el dolor aparece después de estar de pie durante mucho tiempo, caminar largas distancias o realizar ejercicios que ejerzan presión en la zona.
  • Considerar terapias como la acupuntura, tratamientos quiroprácticos y fisioterapia si el dolor se intensifica o se vuelve persistente. Sin embargo, es importante consultar al médico antes de optar por estos tratamientos.

El Servicio Nacional de Salud del Reino Unido sugiere algunos cuidados adicionales para enfrentar este tipo de dolor, como colocar una almohada entre las piernas para obtener apoyo adicional en la cama, mantener las rodillas juntas al entrar y salir del coche o distribuir el peso de manera equitativa en ambas piernas al estar de pie.



¿Se puede prevenir el dolor de ingle?

Para prevenir la aparición del dolor en la ingle y otros malestares típicos del embarazo, considera seguir estos consejos:

  • Realiza ejercicios de Kegel regularmente.
  • Cambia de posición con frecuencia para evitar la presión constante en la ingle.
  • Evita movimientos bruscos que puedan tensar los músculos de la ingle.
  • Evade levantar objetos pesados, ya que esto puede agravar el malestar en la zona pélvica.
  • Practica ejercicios adecuados para el embarazo, como la natación y el yoga prenatal, que pueden ayudar a mantener la flexibilidad y fortaleza muscular.
  • Mantén una alimentación saludable para prevenir el sobrepeso y sus posibles efectos en la salud durante el embarazo.

El dolor en la ingle puede ser el resultado de factores fisiológicos o problemas específicos durante el embarazo. Se recomienda evaluar las características del dolor y los síntomas asociados para determinar su origen.

En cualquier caso, es fundamental buscar atención médica si el dolor se intensifica o se acompaña de síntomas preocupantes para descartar posibles problemas graves que puedan afectar el bienestar del embarazo.


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